Cataluña sigue sin presidente tras votación del Parlamento
Los independistas no logran conseguir apoyo.
El candidato de Junts per Catalunya a la Presidencia de la Generalitat (Gobierno catalán), Quim Torra, no obtuvo los votos favorables necesarios durante la primera ronda en el Parlamento de Cataluña para ser investido presidente. Fueron 66 votos a favor, 65 en contra y cuatro abstenciones.
Ahora, el independentista deberá volver a someterse a un segundo pleno de investidura el 14 de mayo en el que no necesitará la mayoría absoluta del hemiciclo (68 votos) para ser investido presidente. Le bastará una mayoría simple para conseguirlo, algo para lo que serán suficientes los votos favorables de su propio partido, Junts per Catalunya, y de Esquerra Republicana de Cataluña, su socio independentista. La primera ronda encalló por las reticencias de la Candidatura d'Unitat Popular (CUP), el ala dura y anticapitalista del indepen- dentismo catalán, de investir a un presidente que no sea Carles Puigdemont, vetado por el Gobierno de España y con causas abiertas con la justicia española. Cualquier candidato que no sea Carles Puigdemont es visto por la CUP como un signo de sumisión al Gobierno del Partido Popular.
En cualquier caso, las cuatro abstenciones de la CUP podrían convertirse en cuatro votos favorables el 14 de mayo si la militancia de los anticapitalistas decide cambiar el sentido de su voto y brindar su apoyo a Torra durante el cónclave que celebrará el 13 de mayo en el Gran Teatre de la Passió de Cervera de Lleida (Cataluña). En su primera intervención como presidenciable en el hemiciclo catalán, Torra planteó un plan de choque contra el artículo 155 y señaló que la tarea del nuevo gobierno sería "recuperar las instituciones intervenidas por el Gobierno de Mariano Rajoy" a raíz del referéndum del 1 de octubre de 2017.
También se fijó como objetivo reabrir las embajadas catalanas en el exterior, motor de la internacinalización del conflicto catalán, y rechazó que su gobierno fuese a ser autonomista. "Haremos república", dijo Torra. Unas palabras que muchos en el hemiciclo interpretaron como un guiño para ganarse a los anticapitalistas. La oposición, con Ciutadans al frente, le reprochó duramente un discurso centrado única y exclusivamente en seguir una hoja de ruta independentista y exento de referencias a los problemas sociales, estructurales y económicos de Cataluña.