1) El gasto social y su efecto distributivo.
Decíamos en la primer nota de esta trilogía que a partir de 2005 el Frente Amplio había impulsado un modelo de desarrollo con crecimiento y distribución simultánea quebrando el falso mito liberal que primero hay que crecer para después distribuir. Pero también decíamos que muchas de estas tendencias se han estancado en los últimos 3 años, desde 2015. En la nota anterior vimos el problema de la masa salarial y los salarios más bajos y hablamos de la necesidad de un shock salarial en 2018. Hoy veremos la segunda parte del problema distributivo que nos afecta desde 2015 que se refiere al tema del gasto social y que hemos dado en llamar el “dilema presupuestal”. Este implica un faltante relevante de recursos para el cumplimiento de las metas sociales comprometidas en la campaña electoral de 2014. Ellas eran: • el aumento al 6% del PBI del gasto educativo junto al aumento a 1% del gasto en investigación y desarrollo • la propuesta, que ASSE tenga un gasto por persona igual al de las mutualistas, • la erradicación de condiciones estructurales de pobreza (en especial en vivienda que implicaba la ampliación el plan 7 zonas a 30 zonas) • la mejora de las transferencias monetarias en particular el valor de las asignaciones familiares que permanecen estancadas en valor.