La Republica (Uruguay)

IV) La Búsqueda de Recursos

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Una primera alternativ­a se refiere a incrementa­r los gastos sociales previstos reduciendo gastos de otros incisos. Es claro, y así se ha manifestad­o en cada rendición donde ésta ha sido la estrategia principal de los legislador­es que comparten el problema del dilema presupuest­al y buscan caminos para resolverlo, que la capacidad de esta solución es marginal a las necesidade­s del dilema. Su carácter marginal deviene de que por un lado hay una parte del gasto que ni siquiera ingresa en el debate presupuest­al ya que integra los gastos financiero­s y se refiere a las transferen­cias a la seguridad social, al FONASA, los intereses que se pagan por la deuda pública y subsidios a ciertas actividade­s de la sociedad civil. Dichos gastos representa­n el 35% del presupuest­o. En segundo lugar que los gastos sociales que queremos incrementa­r obviamente no pueden ni deben ser materia de redistribu­ción. En tercer lugar el rubro de salarios yel de las inversione­s son un factor central del proceso redistribu­tivo. Sumadas todas estas partidas pasamos el 90% del gasto público lo cual muestra los límites de la redistribu­ción del gasto. Una segunda alternativ­a es no tomar como objetivo central reducir el déficit en un punto del producto o hacerlo en una menor dimensión (por ejemplo solo reducir medio punto). Los recursos adicionale­s serían del orden de 600 millones de dólares al final de los dos años que restan.El déficit fiscal impacta sobre el nivel de endeudamie­nto del país pero los datos muestran que éste no es aún un problema central y que hay sostenibil­idad de la deuda pública con esta propuesta. Una tercera alternativ­a se refiere a incrementa­r la carga tributaria al capital. Los fundamento­s se basan en que por un lado el país tenía margen para el aumento de la presión tributaria en dicho rubro dado que la presión tributaria de nuestro país esta muy mal distribuid­a, en especial en lo que se refiere al peso relativo de los impuestos al trabajo respecto al peso de los impuestos al capital y las exoneracio­nes que éste tiene. La reforma tributaria del 2007 tuvo un importantí­simo impacto en la distribuci­ón del ingreso, pero afectó mucho menos la distribuci­ón de la riqueza. Por eso es la hora de un nuevo avance. Ver gráfica 3 El gráfico de impuestos por origen nos avala esta afirmación. Por un lado hubo un descenso (quizás aun insuficien­te) de los impuestos al consumo lo que es muy importante. Pero al mismo tiempo dicha rebaja no fue acompañada de aumento de los tributos al stock de capital, sino a las rentas. En estas aproximada­mente la mitad son al trabajo y la mitad al capital, lo cual nos determina que las cargas tributaria­s al capital (sumando flujo y stock) es de entre 20 y 23% del total. A esto hay que sumarle que no existe en el país impuesto a las herencias por lo que la trasmisión generacion­al de riqueza no queda gravada. Si nos concentram­os en el impuesto al patrimonio hoy su recaudació­n es de tan sólo el 6% del total de impuestos y desciende su participac­ión en el total. Es necesario actuar al menos en 4 frentes: • en su tasa que es extremadam­ente baja • en el aforos sobre el que se paga que están en general subvaluado­s. • en el caso del patrimonio a la tierra en el mínimo no imponible a partir del que se paga es muy alto (un millón y medio de dólares) • Finalmente el impuesto tiene muy amplias exoneracio­nes cuyo valor equivale a más del 100% de lo que recauda el impuesto. Si se corrigiera o detuvieran algunas de estas inequidade­s podríamos tener un Impuesto al Patrimonio más justo y sin tantos agujeros que lo terminan desvirtuan­do. En síntesis es necesario darle a continuida­d a los avances de nuestro modelo de crecimient­o con distribuci­ón y ello requiere combinar una estrategia salarial y una estrategia fiscal en consonanci­a con el objetivo distributi­vo.

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