Huelga de camioneros paraliza Brasil y hay rumores de la salida de Temer
24 de los 27 estados brasileños se encuentran totalmente bloqueados.
Brasil estaba ayer al borde de la paralización, en el cuarto día de una protesta de camioneros contra el aumento del precio del diésel, con bloqueos de carreteras que provocan desabastecimiento de combustibles y alimentos. El paro que comenzó el lunes se convirtió en una de las mayores crisis para el presidente de Brasil. De la mano de la medida de fuerza reaparecieron los posteos “intervención militar ya” y también los rumores de que el presidente Temer podría salir para que asuma el titular de la Cámara de Diputados, el conservador Rodrigo Maia. Temer, del Movimiento Democrático Brasileño (MDB), que hace dos días desistió de ser candidato a la presidencia en las elecciones de octubre: tiene el 0,9 por ciento de intenciones de voto y su gobierno es rechazado por el 72 por ciento de los encuestados. Su impopularidad y falta de comando parecen haber llevado al país a una crisis de ingobernabilidad. Ni sus aliados le responden.
El movimiento, que se produce a menos de cinco meses de las elecciones generales de octubre, afectaba a 24 de los 27 estados, incluyendo los más ricos de la mayor economía latinoamericana: Sao Paulo (11 bloqueos), Rio de Janeiro (17) y Minas Gerais (43), todos en el sudeste, según la Policía Federal de Carreteras (PGR). También había entre 20 y 40 bloqueos en los estados agrícolas del sur y del centro-oeste de esta potencia exportadora agropecuaria, como Mato Grosso, Mato Grosso do Sul, Paraná y Santa Catarina.
Los problemas de aprovisionamiento de combustible obligaron al aeropuerto internacional de Brasilia a admitir desde el miércoles solo la llegada de aviones con combustible suficiente para partir. Otros aeropuertos podrían verse rápidamente confrontados a problemas semejantes.
Varios frigoríficos suspendieron sus actividades, en este país de dimensión continental con una red ferroviaria poco desarrollada.
En Minas Gerais, mil litros de leche son tirados por día a causa de los problemas de transportes, indicó el Sindicato de la Industria Láctea de ese estado.
El puerto de Santos (estado de Sao Paulo), el mayor de América Latina, prácticamente no registra entradas ni salidas de camiones desde hace tres días, “pero las operaciones de carga y descarga de navíos se siguen llevando a cabo con normalidad”, indicó la administración del terminal. El brasileño común siente el impacto en los aumentos de precios de todo tipo de productos. Los precios de algunas frutas y hortalizas registraron alzas de hasta 400%, de acuerdo con informes de prensa.
Las filas de vehículos se extienden frente a las estaciones de servicio que disponen aún de reservas, pero que hacen pagar con creces la escasez. El litro de gasolina supera con facilidad los 5 reales (cerca de 1,4 dólares), frente a 4,215 reales de media nacional a fines de abril. En algunos casos llega a 7 reales. El movimiento sin embargo parece contar con
apoyo popular.
“Pienso que esto se produce por una mala gestión del gobierno federal, una mala gestión con todos esos casos de corrupción”, dijo Ana María Lobo, de 54 años, aguardando su turno en una gasolinera de Sao Paulo, en referencia a los escándalos que en los últimos años vapulearon al país.
“Este movimiento ya no es nuestro, es de la sociedad”, declaró en Brasilia el presidente de la Asociación Brasileña de Camioneros (Abcam), José da Fonseca Lopes. Una nueva reunión entre el gobierno del presidente Michel Temer y los representantes de los camioneros está prevista por la tarde, después del fracasado encuentro de la víspera.