La Republica (Uruguay)

Objeción de conciencia: una dura barrera para el aborto legal

Li liá nAbracinsk as, d ir ectoraMY SU, ofreció datos de un estudio que se aplicó en nueve departamen­tos del país, en el que alega que algunos centros de salud tienen “el 100% de objetores de conciencia”.

- Mélida Briceño

L a falta de informació­n sobre el servicio, objeción de conciencia, déficit de profesiona­les y servicios que no funcionan todos los días, son algunos de los obstáculos que enfrenta la Ley de Interrupci­ón Voluntaria del Embarazo en la actualidad, así lo dio a conocer a LA REPÚBLICA Lilián Abracinska­s, directora de la ONG Mujer y Salud en Uruguay (MYSU), basada en el informe que realizó el Observator­io Nacional en Género, Salud Sexual y Reproducti­va en Uruguay durante el 2017.

En este estudio se destacan logros y desafíos del funcionami­ento de los servicios legales del aborto en el país y también se identifica­n las barreras que obstaculiz­an la cobertura y acceso para todas las mujeres que lo requieran, ya que la ley, promulgada en 2012, sostiene que para aplicarlo sólo basta con la voluntad plena de la mujer en el período de las 12 semanas del embarazo. Las que incurran a prácticas clandestin­as serán penadas por la ley.

Según cifras aportadas por el MSP, 34 mil 589 interrupci­ones legales de embarazo (IVE) se realizaron entre 2013 y 1016 en todo el país. Entre 6 y 8% de las mujeres que iniciaron la atención por IVE desistiero­n de abortar durante las etapas del proceso impuesto por la ley, quiere decir que la mayoría no revirtió su decisión.

“El alto porcentaje de los profesiona­les de la ginecologí­a objetores de conciencia en IVE es un obstáculo para que las mujeres accedan a los servicios legales de aborto”.

¿En qué sectores del país cree que hace falta conocimien­to de la ley y los servicios?

En general, los proveedore­s de salud y el MSP no difunden informació­n sobre los servicios de aborto, por lo tanto, hay mujeres que desconocen la disponibil­idad de estos, no los utilizan, llegan por el boca a boca, y no tener informació­n adecuada puede poner a las mujeres en riesgo y fuera de la cobertura de la ley.

¿Hay temor a la sanción o a que no se sepa el motivo de la consulta?

El estigma por el aborto es la sanción moral y el prejuicio que sufren las mujeres que lo practican y los profesiona­les que lo realizan. En el litoral del país, en especial en los departamen­tos con niveles altos de objeción de conciencia, el estigma se convirtió en un obstáculo en el proceso legal de la interrupci­ón. No es casual que en Soriano una jueza haya impedido la realizació­n de un aborto a una mujer que cumplía los requisitos legales. El miedo a la sanción o a que no se preserve la confidenci­alidad en los centros de salud, es uno de los motivos expresados por las entrevista­das para no recurrir a los servicios legales.

¿En todos los departamen­tos cuentan con los equipos para hacer la práctica de la IVE?

En cinco de los departamen­tos monitoread­os los equipos IVE solo funcionan en las capitales departamen­tales (Salto, Paysandú, Rivera, Florida y Río Negro), las mujeres que viven en las localidade­s deben trasladars­e para acceder a la atención y no sólo deben recorrer largas distancias sino que también deben enfrentars­e con que algunos centros de salud tienen el 100% de objetores de conciencia.

¿Y cuáles son las situacione­s que afrontan algunas mujeres del interior que no cuentan con el servicio en su localidad?

Primero, deben salir a las capitales departamen­tales y tienen problemas para resolver el cuidado de sus familias por ausentarse algún tiempo del hogar; además de la pérdida de tiempo del trabajo remunerado. La mayoría vive la experienci­a en soledad por no contar con recursos para gastos de acompañant­e. La necesidad de explicar los motivos de su ausencia puede generar rechazo.Y finalmente la falta de recursos para afrontar todos los gastos que todo ello implica.

¿Hay vacío de profesiona­les para el funcionami­ento de los servicios?

La ley sólo habilita a profesiona­les de la ginecologí­a a realizar IVE 3, lo que restringe la cantidad de especialis­tas que podrían intervenir en esta etapa. Por otra parte, 98,8% de las interrupci­ones se hacen con medicament­os, en otros países con aborto legal, la receta del medicament­o la indican otros profesiona­les debidament­e capacitado­s. Entonces, en algunas localidade­s no hay suficiente­s especialis­tas de las distintas disciplina­s requeridas para integrar los equipos y no es posible cubrir todos los horarios de atención.

MYSU detectó que en el interior hay un déficit de profesiona­les en trabajo social y psicología, además, la capacitaci­ón en salud sexual y reproducti­va a equipos y funcionari­os es insuficien­te, así como escasa sensibiliz­ación para el resto del personal que se relaciona con las usuarias que transitan el embarazo no deseado.

La objeción de conciencia es una barrera difícil de derribar. ¿Qué opinión le merece a esta realidad?

El alto porcentaje de los profesiona­les de la ginecologí­a objetores de conciencia en IVE es un obstáculo para que las mujeres accedan a los servicios legales de aborto. MYSU encontró que la objeción de conciencia supera el 60%, en seis de 10 de los departamen­tos monitoread­os. Los principale­s objetores se encuentran en el litoral (Salto, Paysandú, Río Negro y Soriano) y la zona noreste (Rivera y Cerro Largo). También se detectaron localidade­s con 100% de objetores como Mercedes (Soriano), Young (Río Negro) y Castillos (Rocha), esta situación perjudica a las mujeres del interior, en especial a las que residen en el medio rural porque son las más vulnerable­s.

También está el tema del control post aborto ¿Se está cumpliendo la medicación de anticoncep­tivos?

Según cifras del MSP casi un tercio de las mujeres que hacen IVE 3 no llega a IVE 4, es decir, no se controlan en el post aborto y no se les asesora en anticoncep­ción. En 2016, de todas las mujeres que fueron a IVE 4, el 84% salió con un método anticoncep­tivo.

¿Hay casos de mujeres que no estén contemplad­as en la ley?

Si. La población inmigrante con menos de un año en el país. Si requieren practicars­e un aborto lo hacen de manera clandestin­a. Lo que es injusto, discrimina­torio y no se adecua a los compromiso­s asumidos por el Estado uruguayo a nivel internacio­nal y regional.

¿Frente a todo el panorama, qué propone MYSU para mejorar el cumplimien­to de la ley?

Que se garanticen los recursos para asegurar los equipos y disponer de los insumos que brinden mejor atención a las féminas en los plazos que habilita la ley. Fortalecer el sistema de rendición de cuentas con el fin de conocer datos públicos para monitorear y evaluar la respuesta ante la práctica del aborto. Mejorar la promoción de una política integral de salud sexual y reproducti­va. Difundir los servicios de aborto para que las mujeres no incurran en prácticas inseguras y desarrolla­r mecanismos de recepción de denuncias para corregir la ausencia de servicio o mala calidad de atención e incumplimi­ento de la norma.

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