Cárceles abarrotadas
La nueva política del Gobierno de Donald Trump está dejando sin espacio los centros de detención de inmigrantes indocumentados.
Como alternativa, la Administración republicana está utilizando por primera vez a gran escala las prisiones federales. Alrededor de 1.600 indocumentados, incluidos solicitantes de asilo, han sido trasladados a cinco centros penitenciarios, según la agencia Reuters. Desde mayo, el Departamento de Justicia presenta cargos contra cualquier adulto que entre ilegalmente a EE UU.
En caso de que vayan acompañados de menores, la policía fronteriza separa a padres y niños en los centros de detención, una práctica que había terminado en 2006. Los adultos están bajo custodia hasta, al menos, la primera sesión judicial para determinar si serán expulsados de EE UU. Bajo el anterior Gobierno de Barack Obama, se permitía a la mayoría de los inmigrantes sin antecedentes graves seguir en libertad mientras esperaban juicio. Las autoridades también tienen problemas para mantener bajo custodia a los menores y están considerando utilizar bases militares, según la cadena NBC, como ya hizo el Gobierno de Obama.
Por ley, los niños no pueden estar más de 72 horas en centros de la policía fronteriza pero, según la NBC, la mayoría lo superan por el retraso en el proceso de recolocación en instalaciones del Departamento de Salud y Servicios Sociales hasta que se encuentre una familia de acogida.