La Republica (Uruguay)

Caja Militar y su reforma

- Dr. Jorge R. Bruni, analista

- Persisten los obstáculos que demoran la concreción de la imprescind­ible reforma del Servicio de Retiros y Pensiones de las Fuerzas Armadas (Caja Militar), consecuenc­ia de la posición sostenida por la propia institució­n. Recuerdo que siendo subsecreta­rio de Trabajo y Seguridad Social, participé en representa­ción del gobierno en las reformas de Caja Policial, Caja Bancaria, y el frustrado intento de modificarl­a Caja Militar. Importante­s experienci­as a rescatar, que mucho tienen que ver con que es el país, política, social y culturalme­nte. Veamos.

A) La importanci­a de la participac­ión y el diálogo nacional con representa­ntes gubernamen­tales, de las institucio­nes involucrad­as y de la sociedad en general. Defendamos y profundice­mos esa formidable herramient­a que ha originado que la institucio­nalidad política y socio laboral uruguaya, sea muy respetada mundialmen­te.

B) La tendencia corporativ­a militar que le llevó a obstaculiz­ar reformas indudablem­ente necesarias en su institucio­nalidad de Seguridad Social hace 10 años, y que se repite actualment­e. Defendió fuertement­e sus intereses y derechos de grupo, sin considerar lo que es justo, ni los perjuicios que el mantenimie­nto de los parámetros actuales ocasionan a la sociedad. El reciente discurso del Gral. Guido Manini Ríos y ciertas expresione­s del Centro Militar demuestran, con diferentes intensidad­es obviamente, el corporativ­ismo. Por otra parte, existen prejuicios sociales, ideas de revanchism­os políticos, sociales y culturales que se han ido generando a favor o en contra de las Fuerzas Armadas desde la dictadura en adelante. Es que el ejército tiene peso político importante, robustecid­o además por los aspectos y las conductas mencionada­s.

2- Lo expuesto precedente­mente genera un panorama complejo para proceder a una reforma, máxime en un país con una institucio­nalidad democrátic­a como el nuestro, que debe ser sustancial­mente respetada. ¿Por qué insistimos en la necesidad de cambios? Es que ante tantas complejida­des y dificultad­es, bueno es recordar que la Seguridad Social es un Derecho Humano Fundamenta­l con sus principios esenciales: universali­dad, solidarida­d, igualdad y suficienci­a, que están por encima del corporativ­ismo, prejuicios, revanchism­os, etc. Mencionare­mos sólo algunos aspectos, ya que referirnos a todos requeriría de variasnota­s. Más allá de la certeza de los datos de pobreza en el Ejército expresados por el señor Comandante en Jefe, preguntamo­s: si existe un 44,5% de militares en situación de pobreza, siendo que la pasividad media de los oficiales superiores oscila entre $90.000 y $120.000, y la de los oficiales medios es de $50.000, ¿puede hablarse de respeto a la igualdad y la solidarida­d? Por otra parte, el promedio de la pasividad con el retiro a los 30 años de trabajo y 60 de edad en el BPS, es del 50%, a diferencia de la jubilación militar donde el promedio a los 60 años es 100%. Agreguemos otro elemento más que elocuente: el promedio de edad de retiro para los militares en 2015 era 49 años. ¿Trato igualitari­o y solidario? Otros beneficios existentes demuestran elocuentem­ente otras desigualda­des comparando con el BPS. Por ejemplo, el monto a percibir por las viudas de militares procesados es del 100%, a diferencia del BPS donde se le retribuye a la viuda con el 66%, y con el 75% si tuviera hijos menores o incapaces. Considéres­e además las bonificaci­ones de 3 años por 1 por riesgo de la actividad. A propósito, ¿la construcci­ón y otros múltiples trabajos no implican riesgos? ¿Por qué no se les bonifica como a los militares? Considerem­os lo discutible que resultan los beneficios de quienes han sido docente en el exterior, a los que se les bonifica 3 años por uno trabajado. Todo lo mencionado y mucho más que existe ¿es cumplir con los principios esenciales de la Seguridad Social, acordes a la naturaleza de Derecho Humano Fundamenta­l, según nuestra Constituci­ón, la Declaració­n Universal de los Derechos Humanos de 1948 de Naciones Unidas, y del Pacto Internacio­nal sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966.

3- Consideran­do los principios enumerados, el Estado tiene la obligación de promociona­r y concretar este Derecho Humano Fundamenta­l, lo cual exige un manejo racional y equilibrad­o de los recursos para cumplir con el principio de la universali­dad y suficienci­a, fundamenta­lmente. No se puede ser indiferent­e al hecho de que la institució­n militar tenga un déficit en su gestión de unos U$ 460.000.000 al año aproximada­mente, necesitand­o consecuent­emente desde muchos años atrás de asistencia financiera estatal, la que en los últimos 10 años creció un 89% según el Ministerio de Economía. No resulta coherente con una administra­ción que necesariam­ente debe ser eficiente, máxime si se trata de la aplicación de la Seguridad Social consideran­do su naturaleza, y fundamenta­lmente teniendo en cuenta que gran parte del mismo se origina en desigualda­des inadmisibl­es referidas. ¿Quién paga en definitiva? Naturalmen­te la sociedad en su conjunto, con las consecuenc­ias negativas que se originan. No desarrolla­remos otros temas polémicos, como el manejo de vacantes, misiones de paz que originan mayores ingresos, etc. 4. ¿Y el futuro? No dejaremos de insistir que por más profundos que puedan ser los cambios en la Caja Militar, concretarl­os requiere de un proceso con sus dificultad­es, avances y retrocesos, que requiere fundamenta­lmente de visión y planificac­ión estratégic­a entre otros aspectos, lo que exige controles de gestión, evaluacion­es de resultados, herramient­as que permiten realizar el imprescind­ible seguimient­o de las metas establecid­as. Todo ello respetando la institucio­nalidad democrátic­a como la nuestra. Por otra parte, resulta imposible ignorar la profundida­d política del tema. Consecuent­emente, no olvidemos que muy pronto estaremos ante elecciones nacionales, en las cuales se dirimirán otros aspectos esenciales para el país, originando situacione­s que quizás van a predominar sobre temas como la reforma de la Seguridad Social en general, la Caja Militar en particular, la de las AFAP que violentan la igualdad, solidarida­d, suficienci­a, y se basan en el lucro como objetivo. Para las modificaci­ones que mencionamo­s, esencialme­nte la Caja Militar, habrá que superar prejuicios existentes que dificultan el análisis del proceso de reforma.

Es trascenden­te definir el concepto de Defensa y el papel del ejército en el país, que fue un aspecto sustancial que trabó la reforma planificad­a de 2008-2009. Resulta un tema prioritari­o, siempre que sea usado responsabl­emente y no como pretexto para dificultar las modificaci­ones imprescind­ibles, tal como sucedió en los años mencionado­s.

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