El “Lifeline”, con 233 migrantes a bordo, podrá desembarcar en Malta
Las condiciones sanitarias en el barco son insostenibles.
El barco humanitario 'Lifeline', que espera desde hace una semana que un puerto lo acoja, podrá atracar finalmente en Malta, e Italia se hará cargo de una parte de los 233 migrantes que se encuentran a bordo, anunció el primer ministro itialiano, Giuseppe Conte. El Gobierno portugués dijo que está dispuesto a recibir parte de los migrantes del buque "Lifeline" al igualq ue el francés. La nave de 32 metros de eslora y bandera holandesa, llevaba días esperando autorización para poder desembarcar a estas personas en un puerto. Uno de los migrantes tuvo que ser evacuado este lunes por motivos médicos. La ley del mar establece que los rescatados deben ser desembarcados en el puerto seguro más cercano en cuanto sea posible, como insisten las ONG.
"Acabo de hablar por teléfono con [el primer ministro maltés, Joseph] Muscat. El barco de la oenegé Lifeline atracará en Malta", dijo citado en un comunicado oficial, explicando que Italia acogerá a "una parte" de los migrantes. El 'Lifeline' "será sometido a una investigación para asegurarse de su nacionalidad y del respeto de las reglas del derecho internacional por parte de su tripulación", señaló Conte. Conte no precisó cuándo podrá atracar el barco en Malta, ni cuántos migrantes acogerá su país, pero expresó su deseo de que "otros países europeos hagan lo mismo". Una fuente cercana al gobierno maltés, interrogada por la AFP, precisó no obstante que "Malta autorizará el desembarco solo después de que los Estados miembros confirmen que asumirán su cuota de migrantes". El primer ministro maltés informó por su parte que las fuerzas armadas de su país evacuaron a una persona del 'Lifeline' durante la madrugada, tras recibir una solicitud. "Circulan muchas informaciones, muchos comunicados, pero nuestra situación actual es que el navío no tiene ninguna información", lamentó por su pare Erik Marquardt, un portavoz de la oenege alemana Lifeline, que fleta el barco homónimo.
Al 'Lifeline' se le había prohibido hasta ahora entrar en los puertos malteses, debido a que era responsabilidad de las autoridades italianas o libias. "¡Y ya van dos! Después de que se enviara el 'Aquarius' a España, ahora le toca a la oenegé Lifeline ir a Malta con este navío fuera de la ley que será secuestrado", tuiteó en reacción Matteo Salvini, ministro del Interior y vice primer ministro de Conte. "Para las mujeres y los niños que huyen realmente de la guerra las puertas están abiertas, ¡para todos los demás no!", añadió. Italia parecía mantenerse en la férrea postura que defiende desde la llegada al poder, el 1 de junio, del gobierno formado por la Liga de Matteo Salvini (extrema derecha) y el Movimiento Cinco Estrellas (M5S, antisistema). Las oenegés, "consciente o inconscientemente cómplices de los traficantes" de personas, tienen prohibido entrar
en los puertos italianos, había insistido el lunes Salvini.
Durante un viaje relámpago a Trípoli, Salvini había adelantado que Italia propondrá en la cumbre europea del jueves y el viernes en Bruselas la instalación de "centros para recibir e identificar" migrantes
al sur de Libia.
Calor y falta de higiene
Entre tanto, las personas a bordo del 'Lifeline' seguían soportando ayer el calor y unas condiciones sanitarias que no dejan de degradarse desde hace una semana, cuando fueron rescatados por este buque de unos 30 metros de eslora y que se encuentra a unas 30 millas náuticas de las costas de Malta. "A bordo no hay un aseo químico, solo tres pequeños WC en mal estado que todo el mundo utiliza. El comandante del navío abrió sus aseos pero solamente para las 44 mujeres y los niños", añade el diario.
La crisis con los rescates de personas a la deriva en el Mediterráneo se ha agravado con las decisiones de Salvini, después de que dejara sin puerto al buque Aquarius, que fue acogido por España en el puerto de Valencia, y de que se haya negado a autorizar la entrada a ningún otro buque de ONG.
Antes del carguero Alexander Maersk, un buque de la Guardia Costera italiana tuvo que esperar días para poder desembarcar a 900 rescatados en Sicilia