Una revolución que quiere ser silenciada
Sin lugar a dudas la educación es uno de los temas más relevantes que preocupan a los uruguayos y es sentido como una de los grandes items a abordar con mayor profundidad y con la exigencia de más y mejores resultados que los obtenidos hasta el momento.
Hemos dicho en otras oportunidades y lo reiteramos una vez más. Hemos logrado avances muy importantes en educación en el perìodo de los gobiernos progresistas, más no hemos encarado una “Reforma Educativa”, esto es repensar la educación desde la construcciòn de sus mismos cimientos, con una mirada de corto, mediano y largo alcance que contenga una base política y social que permita consolidar ese proceso.
También hemos dicho que si bien hay resultados, el esfuerzo realizado en recursos presupuestales versus los logros obtenidos no tienen una correlación satisfactoria. Esto es, sentimos que de acuerdo a los recursos destinados a la educaciòn los resultados han sido menores a los esperados.
Obviamente estamos muy lejos de quienes piensan y pregonan que la educación en nuestro país es un desastre, o que se ha retrocedido o que tenemos resultados adversos en todas las áreas. No es así; los problemas son muchos, el camino de soluciones en general ha sido el correcto y las dificultades más importantes se encuentran focalizadas fundamentalmente en la educación media. La educación primaria, la educación técnica y la educación terciaria han mejorado mucho o han mantenido niveles más que aceptables que son una base importante para seguir avanzando.
En el medio de ese panorama, el Plan Ceibal transversaliza toda la educación, generándo una plataforma inédita en el mundo. La tecnología al servicio del aprendizaje de nuevas generaciones que asumen otros códigos de relacionamiento en la sociedad. La nueva alfabetización del siglo XXI, seres en clave digital independientemente de su orìgen social. No tengo ninguna duda que el Ceibal es el experimento de inclusión social más audaz del planeta.
Liderado e impulsado directamente por el Ex Presidente Tabaré Vázquez, el Plan Ceibal se ha transformado en un buque insigna de los cambios producidos en nuestro país en los últimos años. El mundo nos mira, no porque hemos ganado un mundial o porque hemos tenido una gran crisis política, económica o social, sino porque ha hecho realidad algo que nadie creía posible: que cada uno de los niños de las escuelas públicas cuenten como herramienta con una computadora portátil.
Uruguay es el primer país del mundo en aplicar el proyecto “One Laptop per Child” que traducido significa “un ordenador por niño” fundado por Nicholas Negroponte del Massachussets Institute of Technology (MIT). Este es un arquitecto estaodounidense de orígen griego, fundador y director del MIT Media Lab, un laboratorio de diseño y nuevos medios del MIT donde es profesor. Negroponte impulsó el proyecto que pretende producir computadoras portátiles de bajo costo, con un precio de 100 dólares para disminuir la brecha digital en los países menos desarrollados, proyecto que presentó en 2005 en el Foro Económico de Davos.
El proyecto busca alcanzar la justicia social promoviendo el igual acceso para todos a la información y a las herramientas de comunicación, con acceso universal y gratuito a todos los alumnos y maestros. El Plan ha contribuido a reducir la brecha digital entre los extremos de la distribución de ingresos, considerando el decil de personas más pobres y el decil más rico (conexión a internet y tenencia de computadoras).
Uruguay convirtió un privilegio en un derecho para todos. Las consecuencias de esta medida en los órdenes de inclusión, pero fundamentalmente en la enseñanza pùblica aún no hemos visto su verdadera dimensión y el tiempo nos dará la respuesta. Es claro que la medida actúa “desde el pie”como seguramente ninguna otra podrá realizar.
Hay señales incipientes que muestran la hilacha de la colcha. Las competencias desarrolladas por el propio Plan en robótica ha llevado a alumnos de diferentes partes del paìs a obtener reconocimientos internacionales. En el liceo del Tala, en el Liceo rural de Las Toscas o en la Escuela de Mercedes los alumnos han tenido importantes premios internacionales en las Universidades más importantes del mundo.
Son gérmenes que están ahì. Son plataformas invisibles que de vez en cuando muestran su potencialidad y que demuestran que el Uruguay tiene elementos acumulativos más que interesantes para encarar una reforma educativa de fondo y que trastoque los cimientos del sistema.
Sin embargo a veces las mezquindades o la necesidad de diferenciarse políticamente intenta atacar estos planes que deberían asumirse como un logro nacional.
Los exabruptos de la diputada del Partido Nacional Bianchi -supuesta experta en temas educativos- con un lenguaje soez y poco profesional tiraron las primeras piedras.
Ahora le toca el turno a las sospechas, las versiones de prensa entre las sombras, las informaciones con titulares rimbombantes que no se condicen con el desarrollo de la publicación periodística donde se relatan hechos absolutamente normales de la vida comercial de cualquier ciudadano, que apuntan a los integrantes del Plan.
En realidad apuntan de manera edulcorada contra el propio Plan. El sentido es “aminorar” los logros, dar argumentos para rebajar el Plan Ceibal y dejarlo en un manto de dudas, con fines meramente electorales.
Nos estamos acostumbrando y dando por natural ciertas formas que emulan a Discépolo, simulando un barro que nos enloda a todos, por el simple hecho de abrazar una tarea tan noble como la actividad polìtica. Seguimos calladamente asistiendo al folklore de ciertas formas de comunicación que encierran una manera de hacer política que es destructiva. Con éste y con otros temas.
Sigo apostando a la discusión con altura, al respeto por el otro, a tender puentes entre quienes piensan diferente y a fortalecer los principios democráticos y republicanos.
Esa sì, una apuesta por la positiva.