AMLO y Trump; la incógnita
“Vamos a estar pendientes en estos días, para que se detenga esta acción represiva, racista, inhumana, y ya pronto, muy pronto, al triunfo de nuestro movimiento, vamos a defender a los migrantes de México, de América Central, de todo el continente americano, y a todos los migrantes del mundo”, había dicho AMLO en un evento de campaña. ¿Cómo será el vínculo entre los gobiernos de México y EEUU, ahora que llega al poder un hombre de izquierda, diametralmente opuesto al republicano? Poco después de que se reconociera la victoria de AMLO en los comicios mexicanos del domingo, antes de que las autoridades electorales oficializaran el triunfo del candidato de izquierda, Trump felicitó a quien en unos meses estará manejando al país vecino del sur, el tercer socio comercial de EEUU y con el que desde que llegó a la Casa Blanca, Trump se ha encargado de agriar unas relaciones que por años fueron fluídas. “Felicidades a Andrés Manuel López Obrador por convertirse en el próximo presidente de México. Espero con muchas ganas trabajar con él. Hay mucho por hacer que beneficiará tanto a Estados Unidos como a México”, escribió el mandatario. Los analistas coinciden en que no hay manera de saber qué políticas promoverá López Obrador desde la presidencia, haciendo referencia a lo poco específico que fueron los planteamientos que el presidente electo hizo durante la campaña. No obstante, sí se sabe que le tocará lidiar con un colega en la Casa Blanca que ha manifestado hostilidad constante hacia México y los mexicanos, desde la famosa caracterización de “violadores”, que les endilgó al lanzar su candidatura y que para algunos se ha reflejado en el reforzamiento de los controles migratorios y fronterizos, la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y los aranceles a la importación de aluminio y acero mexicanos. En este sentido, hay un punto que promete ser fuente de roces entre México y Washington. López Obrador ha dicho que México no hará “el trabajo sucio de EEUU” deteniendo a migrantes centroamericanos que atraviesan el territorio mexicano en su ruta hacia el norte. Algo que justamente es lo que el presidente estadounidense qusiera que hiciera el gobierno mexicano.