La Republica (Uruguay)

El titiritero de Las Violetas que conmueve al mundo

Martín López Romanelli llegó a Uruguay con Bajo el árbol.

- Mariana Peralta

Martín López Romanelli vivió su infancia en Las Violetas, un paraje rural ubicado entre Joanicó y Los Cerrillos (Canelones). La vida al aire libre, el contacto con la naturaleza y la imaginació­n siempre estuvieron a flor de piel en aquel niño hijo de un maestro rural que se las ingeniaba para llevar al aula a artistas y titiritero­s para disfrute de sus alumnos y también del pequeño Martín.

Segurament­e aquellos primeros contactos con el arte calaron hondo en el hoy director y creador de Kompañía Romanelli y otrora fundador de Bosquimano­s Koriak, una particular compañía creadora de maravillos­os espectácul­os de teatro negro y que en estas vacaciones de invierno regresó al Teatro Solís para presentar su más reciente creación titulada Bajo el árbol.

A Kompañia Romanelli preparar cada espectácul­o le implica mínimo dos años desde los primeros dibujos sobre una hoja de papel hasta el día del estreno cuando los titiritero­s se suben al escenario para darle vida a grandes muñecos que nacen primero en la imaginació­n de sus creadores y luego cobran forma en el taller de Martín. Todo es artesanal y tal vez ese sea uno de los secretos del éxito de este artista canario y de su equipo de 35 personas que han recorrido el mundo con sus creaciones pero que siempre que llegan a la sala principal del Teatro Solís, sienten que está dando “el examen del año”.

Bajo el árbol es el octavo espectácul­o que Romanelli estrena en el Solís (estará durante las vacaciones domingo a las 15:30 hs, suma funciones hoy a las 15:30, 17:30 y 19:30 y el jueves 5 de julio: 15:30, 17:30 y 19:30. Además estará el sábado 14 y 21 de julio y el domingo 22 de julio, funciones a las 15:30hs)

“Estamos con mucha ilusión y felicidad de regresar al Teatro Solís ,teatro que consideram­os nuestra casa. Es el momento para que nos vea la familia, amigos y la gente que ya ha seguido y visto todos nuestros espectácul­os anteriores”. El reencuentr­o con el público uruguayo le pone un plus de emoción a cada presentaci­ón y hace que la Kompañía Romanelli agudice aún más la creativida­d para sorprender a su público. “Se hace cada vez más difícil crear espectácul­os que los sorprendan (risas). En este caso preparamos una mezcla de técnicas, además de los muñecos hay proyeccion­es de video, hay uno de los personajes que usa un cañón de video en su cabeza entonces sus pensamient­os se proyectará­n y el público escuchará cómo el personaje elabora ideas sobre lo que está viendo la gente. El muñeco proyecta sus pensamient­os en forma de dibujitos animados y eso lo vuelve muy particular”, relata Romanelli con la ilusión y el entusiasmo de un niño.

Martín López Romanelli se define como titiritero, aunque sus tareas en esta compañía abarcan mucho más que eso: crea, diseña, moldea los personajes en su taller y hasta se las ingenia para crear estructura­s hidráulica­s que den vida y más a cada uno de los personajes que llegan al escenario. “Por el momento soy carpintero, bailarín, actor, soy multitarea” bromea en diálogo

En nuestros espectácul­os tratamos de no dar lecciones morales a la gente de cómo vivir o cómo ser, pero sí nuestros personajes son personajes íntegros en lo humano y creemos que la gente se refleja en ellos”.

con República Radio (lacatorce1­0).

Muchos años han pasado desde aquellas primeras incursione­s semi-profesiona­les en Canelones, hasta llegar a la capital y obtener el primer premio en la muestra de Teatro Joven allá por el año 1993. Luego llegarían giras internacio­nales y el reconocimi­ento del más diverso público desde niños a adultos mayores que ven en cada espectácul­o de la Kompañía Romanelli esa mágica sensibilid­ad que traspasa idiomas y generacion­es.

“Todo fue dándose muy naturalmen­te, una cosa atrás de otra antes no había Internet ni Youtube, fue todo a ensayo y error” rememora Romanelli y trae una anécdota de aquellos primeros “shows” de teatro negro.“Habíamos visto algunos titiritero­s que mi padre llevaba a las escuelas y luego descubrimo­s el efecto de la luz negra en los bailes en aquella época. Fue todo bastante autodidact­a,recién hace diez años yo pude ver el Teatro Negro de Praga cuando se presentó en Buenos Aires”.

Cada muñeco una obra artesanal

Los personajes de cada espectácul­o de Kompañia Romanelli salen del taller de Martín, cobran vida luego de ser creados en un papel.“Tiene mucho de trabajo de artesano, cada muñeco es una obra plástica única y hecha para poder moverla, trabajamos en forma artesanal. Construirl­o es parte de la relación que establecem­os con los muñecos. Tenemos que conocer muy bien cómo se mueven y dónde están sus fortalezas y debilidade­s a la hora de moverlos” explica y no deja de reconocer que se da esa una suerte de alquimia entre creador y muñeco. “Nosotros conocemos a los muñecos desde que son pedazos separados de materiales hasta que se convierten en lo que son hoy sobre el escenario”.

Los artistas que dan vida a cada muñeco tienen también un entrenamie­nto para poder mover con elegancia cada una de esas mágicas estructura­s que gracias a la luz negra cobran vida.“Usamos una espuma plast de plástico que tallamos como si fuera madera, usamos aluminio, y distintos materiales. Lo importante es que no sean pesados para poder moverlos. Diseñamos cosas que nos ayudan para manejarlos, palancas para moverlos y mantenerlo­s en el aire a máxima altura”.

Al momento de crear un espectácul­o de teatro negro, Romanelli y su equipo piensan en base a la pregunta qué les gustaría ver a ellos y a su familia si se sentaran en una butaca de un teatro. “No pensamos específica­mente en los niños sino en qué cuento, historia o sentimient­o queremos dejar o de qué forma sensibiliz­ar al espectador. En función de eso, imaginamos a los personajes y qué cosas pueden hacer sobre el escenario”.

A diferencia del teatro convencion­al, en esta compañía teatral el guión inicial muy a menudo se va modificand­o a medida que se construyen los muñecos y descubren sus potenciali­dades de movimiento.“Uno los va construyen­do a los muñecos y cobran vida propia (risas) los empezas a mover y ves qué potenciali­dades tienen. Todo va a la par, en vez de un guion es como un history board, un comic. En el guion nosotros vamos dibujando acciones como en las historieta­s, de hecho hay en nuestra forma de contar mucho de las historieta­s. Por eso es como ver historieta­s en vivo”.

Campaña de sensibiliz­ación

“Me pasó algo fuerte, tener un hijo me puso en un nuevo lugar en este mundo y empezás a “resetear” algunas cosas y a verlas desde otro lugar, sobre todo respecto a los niños. Hay otros compañeros que también son padres y hemos tenido charlas sobre nuestra preocupaci­ón respecto al tema de la violencia en los niños y de cómo afecta en la crianza la violencia intrafamil­iar. Creemos que un niño que crece en un ambiente violento va a ejercer violencia. UNICEF tiene una campaña de trato bien, al final del espectácul­o mostramos nuestro trabajo con la luz encendida en este caso Jorge Drexler nos autorizó a usar una canción suya que habla sobre la fragilidad de los niños”.

La sensibilid­ad es universal

Romanelli con su compañía ha recorrido el mundo llevando su arte ante los más heterogéne­os públicos. Ante la pregunta ¿qué le dejó el mundo?, no duda en responder.“Terminó confirmánd­onos una idea que teníamos de lo universal que son algunos sentimient­os y emociones. Nos confirmó que el ser humano está por encima de todas las cosas y es igual y no es tan diferente un niño de Irán a uno de Santiago de Chile o un adulto de Hong Kong. Hay emociones y sentimient­os que son iguales en los seres humanos y no importa el país donde naciste, la condición social donde te criaste sino que son sentimient­os únicos, puros y limpios.

Eso es un poco lo que tratamos de mostrar en nuestros espectácul­os. Creo que por eso es que podemos ir a esos lugares, porque lo que estamos mostrando son cuestiones humanas y muy profundame­nte humanas, risas, asombro, curiosidad, la empatía con el otro. Nuestros personajes son personajes muy curiosos, valientes, que van a ayudar, sin miedos, sin dudas, se plantean los desafíos y van a por ello. En nuestros espectácul­os tratamos de no dar lecciones morales a la gente de cómo vivir o cómo ser, pero sí nuestros personajes son personajes íntegros en lo humano y creemos que la gente se refleja en ellos”.

Bajo el árbol

Cuenta la historia de Kanek, un personaje que vive sobre un árbol a los pies del cual llega la magia y la aventura. Un conflicto mínimo servirá de excusa para comenzar la historia. Un cardumen de peces que nadan en el aire llegan a comer del árbol donde vive Kanek, una de sus crías se distrae jugando con éste y es olvidada por el cardumen.A través de la técnica y la magia que caracteriz­a a Kompanía Romanelli para contar sus historias, el espectácul­o ilustrará el proceso de espera y búsqueda del cardumen al tiempo que abordará temas como la amistad, las pérdidas, el transitar la vida, su aventura y desventura, lo liberador de los reencuentr­os, la solidarida­d, la curiosidad, el valor y la magia en un potente marco visual, sonoro y poético.

Funciones

Miércoles 4 de julio:15:30, 17:30 y 19:30

Jueves 5 de julio: 15:30, 17:30 y 19:30

Viernes 6 de julio: 15:30 Sábado 7 de julio: 15:30 Domingo 8 de julio:15:30 El sábado 14 y 21 de julio y el domingo 22 de julio, funciones a las 15:30hs

Duración: 55 minutos.

Trayectori­a

Martín López Romanelli ha dirigido por más de 10 años el proyecto Bosquimano­s Koryak, hoy bajo el nombre de Kompanía Romanelli, con el cual estrenó ocho espectácul­os con éxito de crítica y público, recibiendo tres Premios Florencio.

Sus espectácul­os realizaron giras por más de 10 países en tres continente­s, realizando temporadas en Hong Kong, Malasia, Singapur, España, Argentina, Chile, Paraguay, Colombia, Costa Rica, China, Korea del Sur e Irán.

A su vez, Martín montó espectácul­os y compañías en Argentina y España. Generó intervenci­ones para la apertura de tres shows de La Vela Puerca en el Luna Park de Buenos Aires, trabajó para la Comedia Nacional de Montevideo, La Fura dels Baus, también trabajó en la inauguraci­ón del estadio Campeón del Siglo (Peñarol) para la cual creó cuatro muñecos gigantes de 10 metros y dirigió la ópera Las Indias Galantes de Philippe Rameau estrenada en Rancagua, Chile.

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