“Mi personal me dijo que no hablara de esto”
Según la noticia dada ayer por medios internacionales y atribuídas a un funcionario estadounidense, se le pidió específicamente a DonaldTrump que no hablara de una posible invasión a Venezuela, ya que tendría una mala repercusión, pero lo primero que dijo el presidente durante la cena fue:“Mi personal me dijo que no hablara de esto”. A continuación, preguntó a cada presidente si estaba seguro de que no quería una solución militar, dijo el funcionario, y añadió que cada uno respondió a Trump claramente que estaba seguro.
Finalmente, McMaster explicaría al presidente en una conversación a solas cuáles eran los peligros de una invasión.
En conjunto, estas conversaciones de trastienda, de las que no se había informado previamente en detalle y en toda su extensión, revelan cómo la crisis económica y política venezolana ha recibido una atención en la cima que hubiera sido inconcebible durante la presidencia de Barack Obama. Pero según sus detractores, pone de manifiesto cómo la política exterior de“Estados Unidos primero” a veces puede parecer directamente temeraria y dar argumentos a los enemigos del país.
La Casa Blanca se negó a hacer declaraciones sobre las conversaciones privadas. Pero un vocero del Consejo de Seguridad Nacional reiteró que Estados Unidos estudiará todas las opciones a su disposición para ayudar a restaurar la democracia y llevar la estabilidad a Venezuela. Bajo la conducción de Trump, Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea han aplicado sanciones a decenas de altos funcionarios venezolanos y el mismo maduro, a los que acusan de corrupción, narcotráfico y violaciones de los derechos humanos. Washington ha aportado más de 30 millones de dólares a los vecinos deVenezuela para ayudarlos a absorber más de un millón de migrantes que han huido del país.
Para Maduro, que denuncia desde hace tiempo que Estados Unidos tiene planes militares para apoderarse de Venezuela y sus enormes reservas petroleras, las declaraciones belicosas de Trump le permitieron recuperar, aunque por poco tiempo, algo de la popularidad perdida justamente cuando se lo culpaba de la escasez de alimentos y la hiperinflación. Pocos días después de las declaraciones del presidente sobre la opción militar, Maduro envió a sus leales a las calles de Caracas para condenar la beligerancia del“emperador”Trump, ordenó ejercicios militares en todo el país y amenazó con la cárcel a los opositores que, según él, conspiraban con Washington para derrocarlo.