¡VAMOS QUE VAMOS!
Uruguay se juega el pase a semifinales frente a Francia. El pueblo celeste con el alma en Rusia.
Los afectos del contingente uruguayo de la Base Artigas se unen en una sola voz al momento futbolístico de auge que vive el país, se han disfrutado los partidos con ilusión, impregnaron las instalaciones con banderines de los países que integran el Mundial y hasta se unen con compañeros de otras bases para deleitar la contienda que ha dejado a Uruguay bien favorecido.
“Estamos muy ilusionados, es como un sueño ver a nuestro cuadro en los cuatros de final, aunque tenemos los pies en la tierra. Apoyamos 100% a la celeste y estamos orgullosos de tener un equipo poderoso. Mañana (por hoy) vendrán los compañeros de la base rusa a acompañarnos durante el partido, almorzaremos con ellos, es grato compartir esta emoción. El sábado los acompañamos nosotros que juega su equipo”, manifestó el Teniente de la Base Artigas, Luis Manzanares, durante entrevista para REPÚBLICA Radio.
“La emoción del Mundial la vivimos con la misma intensidad que si estuviéramos en Uruguay, y tratamos de ponerle nuestra impronta con los medios que tenemos acá, hemos decorado el comedor con banderas de nuestro país, también tenemos una bandera de Rusia, y la gente de la dotación pintó las banderitas de los países que integran el mundial, tipo escuela. A medida que vamos pasando de fase vamos separando las banderitas y hoy tenemos nuestra selección dentro de los ocho”, relató emocionado Manzanares.
Para los 12 uruguayos que se encuentran en la Antártida no soplan vientos favorables en estos días de jornada laboral, pues cuenta Manzanares que los días son más cortos porque amanece a las 10:00 de la mañana y a las 4:00 de la tarde se oculta el sol. Ayer, justo cuando conversaba para la REPÚBLICA, estaba -8° grados, pero les ha tocado -°46 grados, los vientos llegan a un máximo de 93 nudos, lo que se traduce a unos 190 kilómetros por hora.
Rusia es la base, junto con Chile, más cercana la uruguaya, nada más y nada menos que el anfitrión del mundial, dice Manzanares que se encuentran a cuatro kilómetros y medio. Después tienen a China por acceso terrestre y agua, a seis kilómetros y medio.
Hay una solidaridad especial entre quienes viven en la Antártida de manera permanente, siempre se habla de un espíritu especial que parece impregnar esa zona del mundo, más allá de banderas y divisiones políticas. “Acá existe un espíritu de cooperación, un lazo de amistad y de culturas que se conjugan a diario y tenemos el privilegio de poder vivirlo”, comentó el teniente a cargo de la Base Artigas.
Las tareas
En esta época del año las tareas de la Base disminuyen en el exterior, al menos las que son de gran exposición al frio, relata el Teniente que el tiempo no se los permite porque son más o menos dos metros de nieve. “Cada vez que vamos a entrar a un lugar hay que ir con la pala para poder pasar. Pero las tareas internas de mantenimiento siguen. Recuerden que tenemos generadores de energía que debemos controlar todos los días, el buzo que se encarga de los residuos, aquí hay que clasificar la basura para llevarla posteriormente al continente, es una gran experiencia que nos ha tocado vivir acá”.
En este momento hay 12 uruguayos, nueve que son fijos de la dotación y tres personas que se quedaron después del verano para ejercer trabajos de mantenimiento.
Destacó Manzanares que el 99% del personal que va en verano a la Antártida es personal científico en busca de material para sus investigaciones, además del personal de mantenimiento de UTE y Antel que acude para asegurarles la energía, las comunicaciones y solventar algunas reparaciones de la base a manos del personal de las Fuerzas Armadas.
“Nuestra misión acá es apoyar logísticamente con personal, seguridad, alojamiento y alimentos a toda la actividad científica de nuestro país”.