Ni tanto ni tan poco
En las últimas semanas, se reforzó el intercambio sobre los temas vinculados a Educación que una vez sí y otra también son puestos sobre la mesa según las circunstancias políticas o los conflictos que se susciten en nuestro país, siempre atados a lo que los medios decidan titular con mayor o menor dramatismo, sobre los magros resultados que la Educación uruguaya está teniendo y sobre la falta de respuestas que brinda para cada una de las expectativas sociales, económicas, de seguridad, y cuanto tema pueda surgir. Porque hasta para hablar de fútbol nos encontramos con titulares referidos a la responsabilidad del sistema educativo en los resultados obtenidos. Claro: ¡siempre que sean malos!
Uno de los temas más puestos sobre la mesa, marcando, de alguna manera la agenda de intercambios y reproches, fue el lanzamiento del libro abierto o libro blanco de la organización EDUY21.
Las primeras respuestas de los “atacados” no se hicieron esperar y giran fundamentalmente en torno a que las propuestas realizadas ya estaban en marcha en la Educación formal uruguaya.
El enojo fue bastante evidente y las réplicas de un lado y otro argumentan que se trata solamente de generosas y preocupadas sugerencias para que los gobiernos, el sistema político y los responsables directos tomen en cuenta y reciban como desinteresado aporte para mejorar la caótica situación del sistema educativo formal uruguayo.
Cabría preguntarse si, como frenteamplistas no debemos hacernos cargo de no ser capaces de poner el tema en la agenda cuando hay tanto y tan bueno hecho, pensado y por hacer.
Es que, cuesta tanto, tantas veces, acordar sobre qué decir, qué elegir, cómo hacer y qué no aceptar que se nos van yendo los años y seguimos perdiendo tiempo sin evaluar profundamente lo hecho antes de descartarlo por falta de acuerdos a la interna o, en el peor de los casos, con externas que la izquierda asume como propias.
Ya lo hemos dicho y nos parece fundamental reiterarlo, asumir las responsabilidades de gestionar y gobernar, implica, cuando menos, tomar decisiones que pueden tener costos altos pero que deben estar por encima de intereses y lógicas sectoriales para ponerse en sintonía con lo que la sociedad toda o, por lo menos, la mitad más uno que nos ha dado esa responsabilidad, pueda ser escuchada y reciba respuestas que merece.
Desde el año 2008 contamos con una Ley General de Educación aprobada en el Parlamento con los votos de todos los legisladores del Frente Amplio, que, desde ese mismo día recibe críticas y reclamos para ser reformada o, a veces, descartada.
¿Pero no será quizás más democrático, republicano y sensato, aplicarla en todo su articulado, respetarla, promoverla y efectivizarla para luego evaluar y en todo caso cambiar?
¿Acaso las voces acaloradas que se levantan en su contra han permitido que se aplique como se exige de cualquier ley que haya sido votada por un Parlamento tan representativo como el nuestro?
En ese mismo sentido, la Fundación Líber Seregni, a fines del año 2014 y a pocos meses de la campaña electoral, presentó, no con toda la pomposidad ni en el ámbito que se presentó EDUY21, un documento extenso, serio, debatido entre más de 50 personas provenientes de diversos ámbitos educativos y con distintas responsabilidades. Un documento que se titula nada más ni nada menos que “Iniciativas para la Educación” y que puede libremente encontrarse en el sitio de la Fundación para la lectura de todo aquel que quiera leerlo, considerarlo, criticarlo y luego, si así fuera de orden, desecharlo.
Pero, en el peor de los casos, sería esperable que no hubiera sido desechado a priori, haciendo lugar a antipatías, recelos, vanidades y hasta cierta pereza intelectual.
¿Acaso hay tantas diferencias entre ese documento y el que hoy es masivamente difundido por los medios de comunicación de todo tipo?
Propongo, como primer paso y, confirmando que no solamente unos pocos están preocupados por mejorar la Educación, hacerla accesible a todas las personas, darle más calidad, sacarla de las lógicas homogeneizadoras, adecuarla y gestionarla con responsabilidad, leer el documento mencionado, revisar y comprometernos con la efectiva implementación y cumplimiento de la Ley General de Educación 18437, atrevernos a evaluar antes de descartar, pero también a cambiar una vez que se evalúe.
Y, por qué no, comparar entre documentos de propuestas hoy existentes, no superponer ni repetir, seleccionar lo mejor, apostar a lo posible y desafiar lo difícil, sin hacer de la Educación una bandera de la que todos tironean para luego aparecer en la prensa recriminando al de al lado.
Escuchábamos hace pocos días, dos referentes del libro blanco en la radio declarar que su documento solamente pretendía ser un banco de ideas generosas y ampliamente presentado pero, que no se refería a la implementación ni a cómo concretarlo, pues eso, era tarea de gobernantes.
Pues bien, permítasenos comentar que, si de ideas se trata, debemos ser honestos para decir que no escasean pero, el desafío es lograr acuerdos, asumir roles, aunar criterios, aceptar liderazgos que respalden al equipo responsable que pongan proa hacia un mismo destino y eso, es responsabilidad de una fuerza política que, sin duda, no puede dilatar más ciertas decisiones para responder a “Todas las personas en todo el territorio nacional con derecho a continuar procesos educativos que garanticen trayectos de vida dignos, con oportunidades y con formación suficiente como para comprometerse con la sociedad como ciudadanos y ciudadanas responsables”.
La invitación está hecha, la preocupación existe, pero las ganas de aportar para mejorarlo, sin dudas, también.
Por ejemplo, bastaría que esos mismos medios preocupados, dieran mayor difusión al excelente, profundo, reflexivo y muy participativo proceso de debate, acuerdos, cambios, propuestas e implementaciones está realizando el Consejo de Formación en Educación, donde autoridades, estudiantes y docentes de vertientes diversas y formaciones variadas, están, semana tras semana, trabajando con seriedad técnica, generosidad y compromiso para concretar una propuesta curricular que vaya abriendo camino a lo universitario y que garantice una formación en educación de mayor calidad como parece acordarse en toda la sociedad uruguaya.
https://www.impo.com.uy/ bases/leyes/18437-2008
http://www.fundacionseregni.org/images/pdf/iniciativas-para-la-educacion.pdf