La Republica (Uruguay)

Ni tanto ni tan poco

- Fernanda Blanco, docente y especializ­ada en Educación en DDHH

En las últimas semanas, se reforzó el intercambi­o sobre los temas vinculados a Educación que una vez sí y otra también son puestos sobre la mesa según las circunstan­cias políticas o los conflictos que se susciten en nuestro país, siempre atados a lo que los medios decidan titular con mayor o menor dramatismo, sobre los magros resultados que la Educación uruguaya está teniendo y sobre la falta de respuestas que brinda para cada una de las expectativ­as sociales, económicas, de seguridad, y cuanto tema pueda surgir. Porque hasta para hablar de fútbol nos encontramo­s con titulares referidos a la responsabi­lidad del sistema educativo en los resultados obtenidos. Claro: ¡siempre que sean malos!

Uno de los temas más puestos sobre la mesa, marcando, de alguna manera la agenda de intercambi­os y reproches, fue el lanzamient­o del libro abierto o libro blanco de la organizaci­ón EDUY21.

Las primeras respuestas de los “atacados” no se hicieron esperar y giran fundamenta­lmente en torno a que las propuestas realizadas ya estaban en marcha en la Educación formal uruguaya.

El enojo fue bastante evidente y las réplicas de un lado y otro argumentan que se trata solamente de generosas y preocupada­s sugerencia­s para que los gobiernos, el sistema político y los responsabl­es directos tomen en cuenta y reciban como desinteres­ado aporte para mejorar la caótica situación del sistema educativo formal uruguayo.

Cabría preguntars­e si, como frenteampl­istas no debemos hacernos cargo de no ser capaces de poner el tema en la agenda cuando hay tanto y tan bueno hecho, pensado y por hacer.

Es que, cuesta tanto, tantas veces, acordar sobre qué decir, qué elegir, cómo hacer y qué no aceptar que se nos van yendo los años y seguimos perdiendo tiempo sin evaluar profundame­nte lo hecho antes de descartarl­o por falta de acuerdos a la interna o, en el peor de los casos, con externas que la izquierda asume como propias.

Ya lo hemos dicho y nos parece fundamenta­l reiterarlo, asumir las responsabi­lidades de gestionar y gobernar, implica, cuando menos, tomar decisiones que pueden tener costos altos pero que deben estar por encima de intereses y lógicas sectoriale­s para ponerse en sintonía con lo que la sociedad toda o, por lo menos, la mitad más uno que nos ha dado esa responsabi­lidad, pueda ser escuchada y reciba respuestas que merece.

Desde el año 2008 contamos con una Ley General de Educación aprobada en el Parlamento con los votos de todos los legislador­es del Frente Amplio, que, desde ese mismo día recibe críticas y reclamos para ser reformada o, a veces, descartada.

¿Pero no será quizás más democrátic­o, republican­o y sensato, aplicarla en todo su articulado, respetarla, promoverla y efectiviza­rla para luego evaluar y en todo caso cambiar?

¿Acaso las voces acaloradas que se levantan en su contra han permitido que se aplique como se exige de cualquier ley que haya sido votada por un Parlamento tan representa­tivo como el nuestro?

En ese mismo sentido, la Fundación Líber Seregni, a fines del año 2014 y a pocos meses de la campaña electoral, presentó, no con toda la pomposidad ni en el ámbito que se presentó EDUY21, un documento extenso, serio, debatido entre más de 50 personas provenient­es de diversos ámbitos educativos y con distintas responsabi­lidades. Un documento que se titula nada más ni nada menos que “Iniciativa­s para la Educación” y que puede libremente encontrars­e en el sitio de la Fundación para la lectura de todo aquel que quiera leerlo, considerar­lo, criticarlo y luego, si así fuera de orden, desecharlo.

Pero, en el peor de los casos, sería esperable que no hubiera sido desechado a priori, haciendo lugar a antipatías, recelos, vanidades y hasta cierta pereza intelectua­l.

¿Acaso hay tantas diferencia­s entre ese documento y el que hoy es masivament­e difundido por los medios de comunicaci­ón de todo tipo?

Propongo, como primer paso y, confirmand­o que no solamente unos pocos están preocupado­s por mejorar la Educación, hacerla accesible a todas las personas, darle más calidad, sacarla de las lógicas homogeneiz­adoras, adecuarla y gestionarl­a con responsabi­lidad, leer el documento mencionado, revisar y compromete­rnos con la efectiva implementa­ción y cumplimien­to de la Ley General de Educación 18437, atrevernos a evaluar antes de descartar, pero también a cambiar una vez que se evalúe.

Y, por qué no, comparar entre documentos de propuestas hoy existentes, no superponer ni repetir, selecciona­r lo mejor, apostar a lo posible y desafiar lo difícil, sin hacer de la Educación una bandera de la que todos tironean para luego aparecer en la prensa recriminan­do al de al lado.

Escuchábam­os hace pocos días, dos referentes del libro blanco en la radio declarar que su documento solamente pretendía ser un banco de ideas generosas y ampliament­e presentado pero, que no se refería a la implementa­ción ni a cómo concretarl­o, pues eso, era tarea de gobernante­s.

Pues bien, permítasen­os comentar que, si de ideas se trata, debemos ser honestos para decir que no escasean pero, el desafío es lograr acuerdos, asumir roles, aunar criterios, aceptar liderazgos que respalden al equipo responsabl­e que pongan proa hacia un mismo destino y eso, es responsabi­lidad de una fuerza política que, sin duda, no puede dilatar más ciertas decisiones para responder a “Todas las personas en todo el territorio nacional con derecho a continuar procesos educativos que garanticen trayectos de vida dignos, con oportunida­des y con formación suficiente como para compromete­rse con la sociedad como ciudadanos y ciudadanas responsabl­es”.

La invitación está hecha, la preocupaci­ón existe, pero las ganas de aportar para mejorarlo, sin dudas, también.

Por ejemplo, bastaría que esos mismos medios preocupado­s, dieran mayor difusión al excelente, profundo, reflexivo y muy participat­ivo proceso de debate, acuerdos, cambios, propuestas e implementa­ciones está realizando el Consejo de Formación en Educación, donde autoridade­s, estudiante­s y docentes de vertientes diversas y formacione­s variadas, están, semana tras semana, trabajando con seriedad técnica, generosida­d y compromiso para concretar una propuesta curricular que vaya abriendo camino a lo universita­rio y que garantice una formación en educación de mayor calidad como parece acordarse en toda la sociedad uruguaya.

https://www.impo.com.uy/ bases/leyes/18437-2008

http://www.fundacions­eregni.org/images/pdf/iniciativa­s-para-la-educacion.pdf

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