México progresista, una ventana de oportunidad para Uruguay
“Claramente el crecimiento electoral que captaron fue en grandísima parte hacia el centro político y eso no lo hace un candidatode menor carga ideológica de izquierda”.
El pasado 1 ° de julio no fue un domingo cualquiera dado que por primera vez en la historia de México ganó la elección un candidato de izquierda: Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Es importante destacarque AMLO con el 53%obtenido se convirtió en el presidente electo con mayor respaldo popularen la historia electoral de dicho país.Tambiénque votaron unos 56 millones de ciudadanos, representandouna participación dealrededor del 63%, algo anormal para el promedio de las elecciones en México -país que no cuenta con un sufragio obligatorio-.
Estos datosno son menores ydan una legitimidad muy importante: la coalición que llevo a AMLO al gobierno ganó en 31 de los 32 Estados y obtuvo una mayoría parlamentaria arrolladora en ambas cámaras. Mayoría necesaria para llevar adelante un programa de transformaciones profundas y evidentes para uno de lospaísesque registra los indicadores de mayor desigualdad de la región.
Está claro que son muchos los factores que llevaron a generar este hecho histórico, pero me voy a enfocar en dos que entiendo fueron claves para concretarlo.
El primero, el desgaste del gobierno del Partido Revolucionario Institucional (PRI) encabezado por Enrique Peña Nieto. Este período finaliza conun enojo generalizado por parte de la población, principalmente por su ineficaz gestión en materia de seguridad pública, economía y por diversos escándalos de corrupción.
Específicamente en lo que refiere a la seguridad pública, como indicadorelocuente, el pasado año se registraron más de 29.000 asesinatos según lo que indica elSistema Nacional de Seguridad Pública, 22% más que el año anterior y uno de los registros más altos en décadas.
En el plano económico, la infla- cióncerró el pasado año en su mayor nivel en 17años,el aumento del desempleo y una tasa de informalidad laboral del 56.9%, llevaron a que México ocupe el lugar 45 de inclusión y desarrollo económico entre 78 economías del mundo, de acuerdo con el Reporte de Crecimiento y Desarrollo Inclusivo (IDI) 2017 del Foro Económico Mundial. Para adicionar, y solo como dato interesante, el ranking es encabezado por Noruega y nuestro país ocupa el puesto número 12. En cuanto a la corrupción, el gobierno de Peña Nieto se encontró salpicado por este problema constantemente y a todo nivel, incluso el episodio más icónico lo tuvo a él como protagonista en el denominado caso de“La casa blanca”.Una mansión que su esposa compró a un contratista de obra pública, -lo cual se encuentra prohibido-y lo llevó a pedir una “Profunda disculpa por el agravio e indignación que causé”.
Cada vez la ciudadanía castiga más este tipo de hechos, y lo hace – a mi juicio- con justa razón porque los servidorespúblicosdeben velar porel interés colectivo. Si los partidos políticos no son duros con la corrupción, no tienen buenas prácticas vinculadas a la ética y la transparencia, están condenados al desagravio ciudadano y al fracaso electoral.Todo este combo llevo al PRI a acaudalar un gran peso del “voto castigo”, consiguiendo en esta última contienda electoralla peor votación de su historia, algo menos del 16% de lo sufragado.
El otro elemento clave es a mí entender la concreción de unprogramapolítico y un discurso amplio que abarca desde la izquierda hasta el centro del espectro político. Esto fue una virtud queAMLO y el equipo delMovimiento Regeneración Nacional (Morena), supieron capitalizar luego de sucesivas derrotas electorales. A pesar de ello mantuvieron el deseo intacto, y luego de sucesivo e intermitente trabajo,crearon una organización con una estructura quefue capaz de ir retando, derrotando y captando cuadros políticos a los demás partidoshistóricamente constituidos.
Claramente el crecimiento electoral que captaron fue en grandísima parte hacia el centro político y eso no lo hace un candidatode menor carga ideológica de izquierda.Lo anterior se vio reflejado, por ejemplo, en el discursoque brindó ya como presidente electo con un mensaje claro que sentó las bases de la dirección a la que apuntará su gobierno. En este sentido, señaló: “El nuevo proyecto de nación buscará una auténtica democracia y no una dictadura abierta ni encubierta. Los cambios serán profundos, pero con apego al orden legal”.
Creo que éste debiera ser otro aprendizaje para el Frente Amplioy para el rumbo de la próxima batalla programática y electoral que se avecina. Aquí también el centro político representará el desafío para poder alcanzar un cuarto gobierno, y debemos entender que eso no nos hace renunciar ni a nuestros principios ni a nuestros valores de izquierda.
Retomando algunos de los desafíos inmediatos que tendrá AMLO, además de hacer frente a la violencia y a las diferentes violaciones a los DD. HH, se sumará la necesidad imperiosa deestablecer una estrategia para abatir la pobreza. Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), la cantidad de personas en precariedad que deja el gobierno del PRI es de un 45% de la población.Lo anterior, sumado a la relación con EE. UU bajo la administración Trump, los problemas migratorios y la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), -principal acuerdo comercial de México- serán algunas de las cuestiones a atender con mayor emergencia.
Además de ello, deberá tambiénconciliar los intereses de su alianza electoral en el ejercicio del gobierno. Si bien Morena, como el Partido del Trabajo son organizaciones de izquierda, también en la coalición ganadora se encuentra Encuentro Nacional, organización política con base evangelista y con algunos de sus sectores de matriz ideológica conservadora.
Para finalizar me gustaría dedicar unas líneas a la relación de México-Uruguay y las oportunidades que este contexto pueden permitir. La relación comercial de México con nuestro país cuenta con una ventaja sobre la región dado que es el único integrante del Mercosur con el que tiene un TLC. Tas la entrada en vigor del mismo, se triplicó el intercambiopasando de comerciar 136 millones de dólares a 506 millones. En este sentido, es probable e interesante que se puedaprofundizar el TLC y añadir nuevos capítulos de corte progresista como se hizo con el reciente acuerdo con Chile de la presidenta Michel Bachelet.
Entre dichos puntos puede estar una profundización en materia de servicios, comercio electrónico, pymes, ambiente, transparencia, normas laborales y género. Sin duda siempre es más fácil llegar acuerdos cuando existe sintonía, por lo que nuestro país deberá aprovechar esta ventana de oportunidad para poder seguir fortaleciendo la integración con uno de los países más importantes de nuestra región.