Vivimos en un mundo de locos
Estamos pasando por una etapa histórica novedosa. Con los avances de la globalización de las últimas décadas aumentaron notablemente las desigualdades en el mundo desarrollado. Esta es una de las principales causas de los descontentos existentes en las sociedades desarrolladas. Estos descreimientos se manifiestan en el campo político, donde pierden credibilidad los partidos políticos y los propios políticos. En otras épocas esto descontentos y descreimientos eran aprovechados por los partidos de izquierda, pero en la actualidad están muy golpeados. Aparecen los outsiders, los antidemocráticos, los autoritarios y especialmente los de extrema derecha. El triunfo de Trump en EEUU es una buena demostración de esta situación. Las declaraciones y decisiones de Trump son, entre otras situaciones, las que nos hacen vivir una vida de locos, llena de incertidumbres e inestabilidades. Es un gran generador de caos y vive en una especie de guerra de declaraciones. Ataca permanentemente a sus principales aliados. Con México, por el problema de la migración, les quiere imponer un muro fronterizo. En las fronteras les separa a los hijos de sus familiares lo que afecta especialmente a los mexicanos y centroamericanos. Ataca violentamente al primer ministro de Canadá por sus declaraciones al finalizar la reunión del G7 y a los países integrantes de la Otan, porque no cumplen con los presupuestos dedefensa correspondientes. Se retira del acuerdo del cambio climático, pero sobre todo decide medidas en el campo económico con influencias muy negativas para la economía internacional. Su objetivo central es EEUU primero, para defender el empleo dentro de su país. Seretira del acuerdo Transpacífico que bajo la presidencia de Obama se planteaba para enfrentar los avances de la economía China. Corta las negociaciones para el acuerdo comercial EE UUUnión Europea e inicia un proceso de proteccionismo económico, fijando distintos tipos de aranceles para defender su producción interna. Fija aranceles al acero y aluminio que afectan a sus naturales aliados como México, Canadá y la Unión Europea. Denuncia el acuerdo Nafta entre EEUU, México y Canadá. Pero las medidas más relevantes son contra China, que es el primer exportador de bienes y de productos industriales del mundo y, por ello, el principal defensor del libre comercio. Este enfrentamiento se inicia con fijar aranceles a importaciones provenientes de China por 34 mil millones de dólares. La respuesta de China son aranceles por la misma cantidad en rubros de exportación de EEUU que afectan directamente productos localizados en zonas de población de amplia votación a favor de Trump. La respuesta inmediata es que en las próximas semanas se fijarán nuevos aranceles que alcanzarán a 200 mil millones de dólares. Y aquí entramos en el caos, en una verdadera guerra comercial, con máximas inestabilidades e incertidumbres. Economistas como Paul Krugman, premio Nobel de Economía, considera que va a tener efectos globales muy negativos, inclusive para EEUU. Hay claramente una competencia entre EE UU y China. EEUU tiene hegemonía militar y comunicacional, un fuerte poder financiero y tecnológico. China tiene un gran poder comercial y coloca rubros de alta y media tecnología. Esta competencia y enfrentamientos es muy relevante para el mundo internacional, pero también inclusive, muy especialmente, para la América del Sur, porque China es el principal comprador de bienes enlaregión e inicia nuevas etapas de inversiones en varios países y financiamiento a algunos países como Argentina, Venezuela y Ecuador. En este mundo de locos se agrega el conflicto entre EEUU y Corea del Norte con amenazas de enfrentamientos de armas nucleares. Ambos presidentes juegan con que poseen el arma más grande y más poderosa.Vale la pena señalar que China tuvo un papel importante en su diálogo con Corea del Norte e influyó decisivamente para que se concretara la reunión de este país con EEUU. En este mundo de locos, en la región Argentina y Brasil viven momentos muy difíciles. Macri tuvo que concretar acuerdos con el FMI, lo que significa aplicar los clásicos ajustes económicos con consecuencias negativas para el conjunto de la sociedad argentina. Es un gobierno de derecha, con un equipo económico de derecha, que no puede controlar el mercado cambiario y que no consigue lograr un mínimo de confianza en los distintos sectores sociales. Sin duda esto tiene consecuencias negativas sobre la evolución de la economía uruguaya. En este mundo de locos, todavía es peor la situación que se vive en Brasil. Inestabilidades e incertidumbres de todo tipo, sobre todo por el panorama electoral, donde Lula es el que lleva lejos la delantera para triunfar en la misma, pero un Poder Judicial muy politizado, lo mantiene preso, sin las pruebas necesarias para comprobar si alguna vez cometió delitos. Las incertidumbres se mantienen en el plano económico y ello puede tener reflejos negativos en la región y, especialmente, en Argentina y Uruguay. En este mundo de locos, Uruguay se mantiene con crecimiento económico, pero con caídas del núcleo de la industria manufacturero, con dificultades de competitividad por el atraso cambiario y problemas de empleo. En el plano político la democracia plena está en pleno funcionamiento y nos diferencia del resto de la región. Terminado el campeonato mundial de futbol que tuvo absorbida a toda la sociedad uruguaya, comienza la etapa electoral con elecciones internas en junio del 2019 y las nacionales en octubre. El FA avanzando en su etapa programática e iniciando etapas vinculadas a las candidaturas presidenciales. Mientras tanto es imprescindible atender los descontentos y seguir avanzando en dos temas centrales: seguridad y empleo. Se vienen elecciones difíciles para el FA. Seguramente su principal rival será Lacalle Pou a quien no le ayuda, estas experiencias de la derecha de Argentina y Brasil, ni el funcionamiento del neoliberalismo en el mundo desarrollado. Son factores internacionales y regionales que le pueden afectar sus posibilidades electorales.