Genocidio
La organización de derechos humanos Fortify Rights, señaló en un informe divulgado el 19 de este mes que la pasividad de la comunidad internacional frente a los ataques contra los rohinyás en el estado de Rakhine en 2016, hizo que Birmania avanzara con el genocidio. portavoz de esa organización.“Vienen y se van, pero no nos dejan ninguna esperanza de solución permanente. Queremos regresar a nuestro territorio ancestral y no vivir en ruinas como ahora”, añadió. En enero, el gobierno birmano se comprometió con Bangladesh a recibir refugiados. Pero semanas después, solo dejaron regresar a 50 familias, la mayoría con integrantes hindúes.
Luego el proceso se detuvo después de que Birmania reclamara que, primero, un equipo bangladesí y birmano tenía que identificar a los rohinyás como realmente ciudadanos.
Al principio, la ONU y otras agencias internacionales no podían ingresar al estado birmano de Rakhine para evaluar la situación de los retornados. Finalmente, el alto comisionado de la ONU para Refugiados, Filippo Grandi, logró entrar en mayo.
Un mes después, el gobierno birmano suscribió un acuerdo con la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) como primer paso para crear un marco para el retorno de los rohinyás. Pero es un proceso lento.
Y esta semana, la primera ministra de Bangladesh, Sheikh Hasina, urgió a la enviada especial de la ONU a Birmania, Christine Schraner Burgener, que convenciera a ese país de aceptar el retorno de los refugiados rohinyás.
Pero según algunos especialistas, “la mala interpretación de la diplomacia” de Bangladesh es lo que generó la situación actual.
“En vez de recurrir a potencias como China y Rusia, Bangladesh optó por negociaciones bilaterales, lo que estancó la situación. (Birmania) claramente se mostró otra vez desafiante”, añadió.
“Por ejemplo, cada pedido que presentamos, como fijar una fecha para empezar la repatriación, Myanmar, en vez de cumplir con el acuerdo bilateral, insiste en verificar su ciudadanía, una táctica usada para demorar el proceso y dejarlo en punto muerto”, analizó el profesor Delware Hossain, del Departamento de Relaciones Internacionales de la Universidad de Daca, consultado por IPS.
“Lo que tenemos que hacer es hacer lobby con los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad que tienen el poder de imponer sanciones económicas, militares y políticas”, opinó.
“Es triste que no hayamos visto a nuestros cancilleres visitar Moscú, Beijing, Londres y París para comprometerlos a favor de Bangladesh”, apuntó. Rehman agregó que en anteriores casos de genocidio, se identificaron líderes