Comisión parlamentaria de adicción: “Adolescentes y jóvenes toman para intoxicarse, no para divertirse”
Según una encuesta toman en promedio una o dos veces por semana y usualmente más de los límites.
El alcohol que los jóvenes uruguayos consumen en las llamadas previas es el que genera mayor daño a la salud, porque cuanto más rápido se toma el alcohol mayor es el pico en sangre.
El alcoholismo no es una enfermedad de la vejez, es de la juventud; se centra entre los dieciocho y veinticuatro años, y la bebida más preferida es la cerveza, seguida del vino y el vodka.
La Comisión Especial de Adicciones de la Cámara de Diputados analizó junto al psicólogo Paul Ruiz la investigación que realizara el técnico sobre el tema. Ruiz concurrió en calidad de invitado a la comisión a comienzos de julio.
El profesional, -para realizar su tesis, encuestó a 1.600 adolescentes y jóvenes de entre 18 y 30 años de todo el país abordando la temática del consumo de alcohol, en 2016. La Junta Nacional de Drogas posee encuestas “muy buenas” en su opinión, pero también “muy amplias” ya que refieren a muchas drogas pero ninguna específicamente al alcohol.
El dato más relevante es cuánto toman. Según la encuesta toman en promedio una o dos veces por semana y usualmente más de los límites. Hay un límite planteado entre consumo elevado: 70 gramospara hombres y 56 para mujeres; esta diferencia se tiene en cuenta porque se trata de metabolismos diferentes. Promedialmente los adolescentes y jóvenes toman dos veces por semana y en la mitad de los episodios se pasan de los límites. “Esto quiere decir -explica Ruizque consumen para intoxicarse y no para divertirse”, por lo que estaríamos hablando de un consumo problemático y dañino, no relacionado a la diversión, sino que la idea es tomar para dañarse”. Este es uno de los puntos más relevantes de la investigación.
El peligro de “las previas”
Además de estos datos ya mencionados también se tuvo en cuenta lo relativo a las famosas previas, -bright drink- tan de moda entre los jóvenes antes de salir a bailar. Según la investigación, en promedio hacen dos o
tres previas por mes, lo que los lleva a consumir de 56 a 70 gramos en menos de dos horas. Es uno de los consumos más complicados porque cuanto más rápido se toma el alcohol mayor es el pico en sangre que se genera siendo mayor aún el daño, asociado a peores consecuencias.
En lo que tiene que ver con las preferencias, la primera bebida es la cerveza, la segunda el vino, la tercera el fernet, vodka. Principalmente prefieren la cerveza, y luego por lejos, el vino.
El alcohol y la depresión
Otro dato que surge de la in-
vestigación de Ruiz refiere a la correlación matemática de la ingesta de alcohol con la depresión: cuantos más síntomas de depresión más consumo de alcohol. Explicó que ello “quiere decir que muchos jóvenes no toman porque les guste el alcohol sino porque se sienten mejor cuando toman, que no es lo mismo desde el punto de vista psicológico. Este es otro punto para trabajar desde la prevención”.
La forma más eficaz para llegar a los adolescentes es aplicando políticas desde el sistema educativo. “Se debe enseñarles respecto a las consecuencias que acarrea el consumo y que si van a tomar -sin duda lo van a hacer; en nuestra encuesta casi el 98% tomó alcohol- eviten determinados niveles”, opinó el psicólogo.
Los talleres que imparte el especialista se basan en información y dinámicas y más que nada se formulan preguntas para saber qué saben y discutir respecto a lo que saben.
Interrogado por los legisladores en base a qué parámetros se establecieron los límites en el consumo para realizar la encuesta, Ruiz explicó que existe un patrón científico-técnico manejado por la OMS. La Organización tiene varios manuales sobre consumo de alcohol, define todos los tipos de consumo y plantea algunos lineamientos generales sobre las políticas que deberían seguirse para disminuir su consumo. En el mundo mueren aproximadamente 320.000 jóvenes, de 18 a 29 años- por año por consumo de alcohol según la Organización, por lo que se considera un tema importante. La muerte puede sobrevenir porque la persona tomó alcohol, porque tomó y manejó o tomó e hizo otra cosa que la llevó a perder la vida. También están marcadas las diferencias entre hombres y mujeres, porque estas metabolizan el alcohol en forma muy diferente que los hombres.
“Con los adolescentes también ocurre lo mismo. En los talleres explico por qué la población adolescente es de riesgo. El adolescente tiene la capacidad de soportar mucha más cantidad de alcohol que el adulto y además es menos sensible al efecto “aversivo” y más resistente a la resaca. La etapa adolescente es un período de la vida en la que están absolutamente predispuestos a tomar mucha cantidad de alcohol que es probable que nosotros no podríamos ni tomar”, explicitó el invitado.