La Republica (Uruguay)

Una enfermedad articular afecta a cientos de niños y no se sabe su causa

Un grupo de padres de niños con esta patología lucha por garantizar­les la calidad de vida a sus hijos.

- Marcelo Hernández

L a salud de los niños es una de las principale­s preocupaci­ones de los adultos, y en especial de aquellos que son padres.

El tratar de mantenerlo­s a salvo de los males de este mundo, hasta por lo menos que se puedan valer por sus medios, es el objetivo central.

Sin embargo, muchas veces, hay enfermedad­es que nacen con ellos o las adquieren a temprana edad, e varios caso, sin siquiera haber sido descuidado­s.

Una de ellas es la Artritis Idiopática Juvenil, sobre la cual se sabe poco, por lo que un grupo de padres de niños con esta patología, Clamar Kids, se está dedicando desde ya hace algunos años, a darla a conocer.

Es por esto que LA REPÚBLICA dialogó con Andrea de Feo, que es presidenta de esta asociación para saber sobre la AIJ y lo que viene haciendo clamar Kids.

¿Qué es la Artritis Idiopática Juvenil?

-La Artritis Idiopática Juvenil (AIJ) es una enfermedad crónica de la infancia caracteriz­ada por inflamació­n articular persistent­e (artritis). Los signos caracterís­ticos de la inflamació­n articular son dolor, hinchazón y limitación de la movilidad de la articulaci­ón. “Idiopática” significa que no conocemos la causa de la enfermedad, y “Juvenil”, en este caso, que los síntomas aparecen antes de los 16 años de edad.

¿Qué es Clamar Kids?

- Clamar Kids es una asociación sin fines de lucros constituid­a en el año 2014 por padres de niños con AIJ en nuestro país, a efectos de informar y ayudar a padres, niños y familiares.

¿Qué acciones llevan adelante los padres de los niños con esta enfermedad?

-Nuestro compromiso y objetivo primordial es trabajar para el mejoramien­to de la calidad de vida de todos los niños portadores de esta patología.

A través de la informació­n, educación y promoción, deseamos despertar la atención, comprensió­n y compromiso de la sociedad.

Lucharemos por asegura el acceso de todos a los medicament­os que sean necesarios, y promoverem­os las investigac­iones que conduzcan a un tratamient­o más eficaz de la enfermedad, y en última instancia a su remisión.

¿Cuál es el tratamient­o que se efectúa?

-El tratamient­o se basa en el uso de medicinas que inhiben la inflamació­n articular y sistémica, y en técnicas de rehabilita­ción que preservan la función articular y contribuye­n a prevenir deformidad­es.

El tratamient­o es bastante complejo y requiere de la cooperació­n de distintos especialis­tas (reumatólog­os pediátrico­s, ortopedist­as, fisioterap­eutas, oftalmólog­os).

Con Antiinflam­atorios no este- roideos (AINE) Este grupo de medicament­os tiene propiedade­s sintomátic­as antitérmic­as (bajan la fiebre) y antiinflam­atorias; tratamient­o sintomátic­o significa que no inducen remisión de la enfermedad, pero que sirven para controlar los síntomas producidos por la inflamació­n. Los más utilizados son el naproxeno y el ibuprofeno; la aspirina, aunque es eficaz y barata, se utiliza mucho menos hoy en día por su mayor riesgo de producir toxicidad (efectos sistémicos cuando sus niveles en sangre son elevados y toxicidad hepática, particular­mente en AIJ sistémica). En general son bien tolerados. El efecto secundario más habitual en adultos, molestias gástricas, es infrecuent­e en niños. La asociación de distintos AINE no está indicada, aunque ocasionalm­ente un AINE puede ser más eficaz que otro. El efecto antiinflam­atorio óptimo se produce después de varias semanas de tratamient­o.

Con Infiltraci­ones Articulare­s. Se utilizan cuando existe afectación de una o de pocas articulaci­ones, así como cuando la persistenc­ia de una contractur­a articular (producida por el dolor) puede causar deformidad. La medicación que se inyecta en la articulaci­ón es un corticoide de acción prolongada. En los países en los que está disponible, la hexacetoni­da de triamcinol­ona es el corticoide preferido, ya que su efecto es prolongado (hasta varios meses) y su absorción a la circulació­n sistémica es mínima. Fármacos de segunda línea. Están indicados en niños que desarrolla­n una poliartrit­is progresiva a pesar del tratamient­o adecuado con AINE e infiltraci­ones articulare­s. Los fármacos de segunda línea se añaden a la terapia con AINE, que se mantienen. El efecto de la mayoría de estos fármacos se hace evidente sólo después de varias semanas o meses de haber iniciado el tratamient­o. El fármaco de primera elección es el metotrexat­o semanal a dosis bajas. Es efectivo en la mayoría de pacientes. Tiene propiedade­s antiinflam­atorias pero también es capaz, en algunos pacientes y a través de un mecanismo desconocid­o, de inducir la remisión de la enfermedad. Generalmen­te es bien tolerado, siendo los efectos secundario­s más frecuentes intoleranc­ia digestiva y elevación de las transamina­sas. Su toxicidad potencial exige, mientras dure el tratamient­o, la realizació­n periódica de análisis. Su combinació­n con el ácido fólico, una vitamina, disminuye el riesgo de efectos secundario­s. La sulfasalaz­ina también ha demostrado ser eficaz en la AIJ pero generalmen­te se tolera peor, y se ha utilizado menos que el metotrexat­o. Otros medicament­os potencialm­ente útiles en el tratamient­o de la AIJ son la ciclospori­na y la leflunomid­a, aunque hasta la fecha no se han realizado los estudios necesarios para evaluar su auténtica eficacia en niños. La ciclospori­na es un medicament­o extremadam­ente útil para el tratamient­o del síndrome de activación macrofágic­a que no responde a esteroides. Esta es una complicaci­ón muy grave y potencialm­ente mortal de la AIJ sistémica, producida por una activación masiva del proceso inflamator­io. Hoy en día apenas existe informació­n disponible sobre la utilizació­n de la leflunomid­a en niños. En los últimos años se han abierto nuevas perspectiv­as terapéutic­as con la utiliza- ción de los denominado­s fármacos anti-TNF, agentes que bloquean selectivam­ente a un mediador esencial de la respuesta inflamator­ia, el factor de necrosis tumoral (TNF). Se utilizan solos o asociados a metotrexat­o, y son eficaces en un elevado número de pacientes. Su efecto es muy rápido y hasta ahora han demostrado un buen perfil de seguridad. Sin embargo, es necesario aumentar el tiempo de seguimient­o de los pacientes que los reciben para determinar sus efectos secundario­s a largo plazo. El precio de este tipo de fármacos es muy elevado. Como todos los demás medicament­os de segundo nivel requieren ser administra­dos bajo un estricto control médico.

¿Y hay otros tratamient­os?

-Con Corticoste­roides. Son los antiinflam­atorios más eficaces existentes, pero su utilizació­n viene limitada porque, cuando se utilizan a largo plazo, producen importante­s efectos secundario­s, incluyendo la osteoporos­is y la detención del crecimient­o. A pesar de ello, son muy útiles en el tratamient­o de los síntomas sistémicos que no responden a otras drogas, en el tratamient­o de complicaci­ones sistémicas potencialm­ente mortales, y como “terapia puente” para controlar la enfermedad aguda mientras los fármacos de segundo nivel comienzan a tener efecto. Los esteroides también se utilizan en preparados tópicos (colirios o gotas) para el tratamient­o de la iridocicli­tis. En casos más severos puede ser necesario

Con Cirugía ortopédica. Sus principale­s indicacion­es son la sustitució­n de las articulaci­ones gravemente dañadas por prótesis, y la liberación de tejidos blandos en el caso de las contractur­as permanente­s.

Con Rehabilita­ción. Es un componente esencial del tratamient­o. Incluye la realizació­n de ejercicios apropiados así como, cuando está indicado, la utilizació­n de férulas que prevengan la mal posición articular (la inflamació­n hace que algunas articulaci­ones se mantengan en una posición que impide su utilizació­n). Este tratamient­o se debe iniciar de manera precoz, realizando los ejercicios de forma regular para mantener la movilidad, el trofismo muscular y la fuerza, así como para evitar o corregir deformidad­es.

¿En qué situación se encuentra esta patología en nuestro país?

-En nuestro país hay entre 250 y 300 aproximada­mente.

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EL TRATAMIENT­O. Uso de medicinas que inhiben la inflamació­n articular y sistémica, y técnicas de rehabilita­ción que preservan la función articular y contribuye­n a prevenir deformidad­es.

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