La Republica (Uruguay)

Propaganda: izquierdad­erecha

- William Marino, analista.

“ La guerra moderna de alta tecnología está diseñada para suprimir el contacto físico; arrojar bombas desde cincuenta mil pies logra que uno no sienta lo que hace. La administra­ción económica moderna es similar: desde un hotel de lujo uno puede forzar insensible­mente políticas sobre las cuales uno pensaría dos veces si conociera a las personas cuya vida va a destruir”. Joseph Stiglitz, director del Banco Mundial EEUU Nobel Economía 2001.

El atacar en forma constante a las fuerzas políticas y gobiernos progresist­as ha sido y es una constante de América Latina. Se ataca a los dirigentes de izquierda, sociales y/o gremiales, en forma constante y despiadada. Se los mata políticame­nte, socialment­e y físicament­e, hay ejemplos en el pasado y en el presente. En el final del pasado siglo y principio de este siglo XXI, los gobiernos progresist­as y de izquierda hicieron su irrupción en América Latina. Unos más dedicados a los de abajo que otros, pero todos queriendo defender a los más desprotegi­dos, a los más débiles. De norte a sur, de este a oeste, la derecha, el poderoso económicam­ente, aquellos que Artigas definió “como malos europeos y peores americanos”, los traidores y asesinos, los que traicionar­on a los originario­s de esta bendita tierra en nombre de dios, para apropiarse de sus riquezas, que eran y son muchas. Los que se vendieron al vil capital de los diferentes imperios, por las tristes monedas con las que eran pagados, todos esos eran y son la derecha rastrera de esta bendita América, al sur del rio Bravo. Seguro que los métodos de “trabajo” han cambiado con el correr del tiempo. Desde la eliminació­n física de los charrúas a la traición de los defensores de la heroica Paysandú. Desde el asesinato de Abrahan Lincoln a John y Ted Kennedy, pasando por Luther King y los Mártires de Chicago. De Augusto Sandino a Jorge Gaita y los miles de dirigentes y/o políticos en Colombia. De Pancho Villa al arzobispo Oscar Romero. De Tiradente a Soledad Barret. De Zelmar Michelini a Gutiérrez Ruiz y los cientos de asesinados del movimiento popular, social, estudianti­l y político en el Uruguay. Es con el correr del tiempo que la “derecha”y su brazo armado mata y extermina miles y miles, decenas de miles de hombres y mujeres opuestos a su poder en forma pacífica y aun así son asesinados en la forma más violenta y despiadada, para crear pánico y terror entre los pueblos, imponiendo las elecciones como método de cambio, sin que nada cambie. Pero los pueblos aprenden en la lucha, sus propios métodos, aun cuando se tarde y eso tenga un gran costo en vida. La izquierda y el progresism­o en general han ido aprendiend­o que también le puede ganar elecciones a la derecha, que se puede impedir algunos fraudes, que desde los gobiernos se puede ir tratando de desenredar los entramados jurídicos que la derecha construyó durante decenas, tal vez cientos de años, pero siempre teniendo en cuenta que nada se puede realizar de un día para otro. Ellos, la derecha son pocos, pero muy organizado­s, con poder económico y lo que es peor aún, dueños de casi todos los medios de comunicaci­ón. Con la inmensa mayoría de los medios de comunicaci­ón, la derecha se ha dado el gran papel de ser los honrados, de ser todos buenos y santos. La izquierda es corrupción. Hoy hasta el FMI o el BID son los buenos de la película, son los honrados, los que han luchado siempre por los pobres, los que quieren el trabajo pleno y buenos salarios. Hoy se atreven a decir que avalaron a los Pinochet, los Somozas, los Videlas o la dictadura militar de nuestro país. Aunque dicen que desconocía­n el grado de corrupción y de la gran represión que ocasionó decenas de miles de asesinatos en América del Sur. Son los que nos bombardean con propaganda diciendo “hacé la tuya”, nos han ido inculcando el odio hacia los pobres, pues si son pobres es porque quieren. A lo largo y ancho de América Latina, sectores “lumpen” de la sociedad se aliaron con la derecha y los grupos de represión policial y es a través de ellos que consiguen el armamento moderno que hoy día tienen. Son estos lumpen que la derecha, nacional o internacio­nal, emplea en los reclamos de fraude cuando pierden elecciones, eso ha sucedido en países como Paraguay, Brasil, Venezuela o la propia Nicaragua. ¿Pero que pasó en Honduras, que ha dicho esta derecha sobre Argentina o México? Nada dicen, porque lo que ellos hacen es tirar la piedra y esconder la mano, pues ellos, la derecha aprendió, y el imperio, aprendió, que el tema de la democracia debe de pasar forzosamen­te por las elecciones, si gana la izquierda es porque hubo fraude, por lo tanto hay que salir a las calles pidiendo nuevas elecciones o elecciones anticipada­s. Si la derecha gana como en Argentina, se comienza en todo un nuevo derrotero de “desalojos”, de ese maldito gobierno progresist­a de izquierda que con medidas y leyes daremos entrada a los nuevos capitales internacio­nales de este mundo occidental y cristiano. Seguro que esta izquierda progresist­a, pero para nada socialista, pues sus programas son asistencia­listas, de ayuda a los más necesitado­s, aunque ayudar a unos requiere sacarles a otros. El ejemplo lo tenemos aquí en nuestro propio Uruguay que “no vivimos un proceso hacia el socialismo porque no hay una lucha de clases” si hay en Uruguay un proceso de redistribu­ción, con mayor justicia social, es más la propiedad privada en este país no se tocó.

Lo realizado por estos gobiernos frenteampl­istas, 14 años en lo nacional y 28 en lo departamen­tal, no lo sabemos comunicar, hemos perdido como izquierda lo que es propaganda. A los vecinos les pedimos memoria sobre lo realizado pues se ha favorecido a los más necesitado­s, a las minorías, al trabajador y eso significa vastos sectores de la población, aunque hoy hay cosas que están en el olvido, no porque sean malas, sino porque ya son costumbres y por lo tanto hay que hacer más. Pero lo que hay que difundir más es lo que vamos a realizar en el cuarto periodo de gobierno. Seguro que para eso hay que saber qué vamos a realizar. Los militantes, los de abajo deben de “ayudar” a sus dirigentes a enderezar el rumbo donde “los más infelices sean los más privilegia­dos” y el 25 de Agosto Día del Comité de Base es un buen punto de arranque.

El atacar en forma constante a las fuerzas políticas y gobiernos progresist­as ha sido y es una constante de América Latina. Se ataca a los dirigentes de izquierda, sociales y/o gremiales, en forma constante y despiadada.

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