En América Latina y el Caribe, la educación sexual está empantanada
La educación sexual integral, un elemento reconocido para el avance de las sociedades igualitarias y la prevención de violencias múltiples, está empantanada en las políticas públicas de la región o peor aún, en franco retroceso. Así lo mostró el análisis
LLa interrogante sobre cómo incluir la educación sexual integral en las curriculas de educación pública permeó el 8vo Congreso de Educación, Orientación y Terapia Sexual, realizado en la capital cubana del 27 al 29 de junio y dedicado a promover que las escuelas se posicionen
de este desafío. Representantes de Ministerios de Educación de una veintena de países junto a investigadores y expertos de organizaciones de las Naciones Unidas, insistieron en que no basta con estar de acuerdo con las ventajas de la educación sexual integral si no se logra concretarla.
Esa fue una de las conclusiones de los trabajos que
aseguró durante la clausura la doctora Mariela Castro Espín, directora del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) de Cuba.
Obstáculos para el cambio
Las directrices operacionales del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Umfpa), publicadas en 2014, buscan
Sin embargo, está lejos de haber sido institucionalizado en la mayoría de los países de Latinoamérica y el Caribe, según confirman estudios actualizados en 2018 por la Oficina Regional del Umfpa, pese a las bases legales que los sustentan.
Más aún: 33% de los países tuvieron retrocesos en sus políticas públicas, mientras que otros tantos se quedaron sin avances normativos en los últimos tres años.
Según los estudios, el diseño curricular en esta materia se realiza, principalmente, de manera centralizada y en 73% de los países se incluyen esos contenidos en la malla curricular, aunque la calidad, profundidad e integralidad es muy diversa.
Resistencia a las guías metodológicas
Entre 2015 y 2017 países latinoamericanos como Panamá, Paraguay o Colombia, por solo citar algunos, fracasaron en sus intentos de aprobar guías metodológicas para la educación de la sexualidad en sus sistemas educativos estatales.
Fuertes resistencias promovidas desde espacios políticos y religiosos movilizaron a asociaciones de padres, a partir de campañas clásicas de desinformación muy bien construidas, en protesta contra esos instrumentos docentes que supuestamente amenazaban el papel de las familias en la de niñas y niños.
Al estilo del medioevo, se quemaron libros en las calles, se montaron manifestaciones populares y se generó un clima de intolerancia que aún subsiste en muchos de esos países, bajo lemas al estilo de
acusando a estas metodologías de los comportamientos sexuales entre adolescentes, entre otras quejas.
Opinan las especialistas
explicó Mary Guinn Delaney, asesora regional en Educación y Salud para América Latina y el Caribe de la Unesco. del profesorado, el personal de salud y otros sectores clave en los enfoques, contenidos y metodologías de esa educación, la falta de voluntad política y la desarticulación entre los diferentes sectores sociales están entre los retos más importantes para implementarla, según la cita de La Habana.