La derecha venezolana y la estrategia del caos
El fracasado intento de magnicidio contra el presidente Nicolás Maduro el 4 de agosto acuñó la estrategia de sectores contrarios a su gobierno para crear el caos en el país.Pudiera parecer exagerado, pero con el accionar de dos drones que cargaban el potente explosivo C4, la derecha mostró que es capaz de recurrir a todo para llegar al poder.Las investigaciones realizadas por los cuerpos de seguridad venezolanos muestran que todo estaba dispuesto para cometer un magnicidio y el asesinato masivo del alto mando político y militar de la Revolución bolivariana. El día escogido, cuando se celebraba el 81 aniversario de la Guardia Nacional Bolivariana, estaban presentes en la tribuna 167 personas, entre ellas, además del Presidente Maduro, las máximas autoridades de los poderes públicos, ministros y más de cien generales y almirantes de de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Fanb).
En un material audiovisual mostrado la víspera durante una rueda de prensa del ministro para Comunicación e Información, Jorge Rodríguez, uno de los participantes en la acción, el terrorista Juan Carlos Monasterios, enfatizó la idea central del plan de magnicidio era 'que nadie quedara vivo'.A esta carta, según pruebas presentadas en los últimos días por los organismos de seguridad y de inteligencia del Estado, apostaron el exdiputado de Primero Justicia (PJ), Julio Borges, y otros encartados, por no decir que fueron instrumentos de los grandes poderes detrás de la agresión contra la patria de Bolívar. No es una acusación sin fundamento, pues en un material audiovisual el exdiputado de PJ, Juan Requesens, delata a Borges como el autor intelectual del atentado, y quien además lo contacto para que apoyara el traslado a Venezuela del coordinador de la operación terrorista, Monasterio Venegas.
Tras las investigaciones de rigor aparecieron pruebas innegables de que la planificación y entrenamiento de los autores de la acción terrorista se realizó en el municipio colombiano de Chinácota, ubicado en el Norte de Santander, algo que estaba registrado en un dispositivo electrónico (tablet) ocupado a uno de los grupos capturados.El ministro Rodríguez dijo en conferencia de prensa que el tablet perteneciente al llamado equipo número dos 'estaba conectada al mando remoto del dron homicida y contenía todo lo referente al itinerario que debía seguir desde el Centro Empresarial Cipreses hasta posarse por encima de la tarima presidencial'. De haberse consumado el plan, el país seria una presa fácil para una intervención militar extranjera, algo que se encuentra entre los diseños el Comando Sur de Estados Unidos y es denunciado en los últimos meses por fuentes que incluyen a la periodista argentina Stella Calleoni y el presidente de Bolivia, Evo Morales, por citar dos ejemplos.En este intento de sembrar el caos en Venezuela también cabe mencionar la acción de los medios de comunicación nacionales e internacionales.
El fracaso del plan los dejo sin argumentos, según fuentes gubernamentales, pero a la vez los llevo a tratar de restarle importancia y veracidad a la denuncia del gobierno venezolano. Sobre esta estrategia desarrollada por la derecha y sus mentores extranjeros, el académico y Presidente de la Fundación Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg), Roberto Hernández puntualizo que 'los magnicidios suelen ser catastróficos'.