La Republica (Uruguay)

Las chinches, los huéspedes más habituales de los hogares

Un parásito científica­mente conocido como Cimex lectulariu­s, atraído por el calor de nuestros cuerpos y el dióxido de carbono que exhalamos.

-

Tan antigua como la humanidad son las chinches, un parásito científica­mente conocido como Cimex lectulariu­s, atraído por el calor de nuestros cuerpos y el dióxido de carbono que exhalamos.

Su desmesurad­a propagació­n en todo nuestro planeta mantiene en alerta a la comunidad científica internacio­nal por ser insectos que, además de dejar una intensa picazón, su avidez por la sangre humana es bien marcada.

Esos animalitos, que salen de noche de sus escondites, les viene bien cualquier clima, por eso, en cualquier sitio del mundo pueden estar establecid­os, incluso viajar de un país a otro en bolsas, asientos u otro mobiliario de los periplos internacio­nales.

Al decir de William Hentley, autor de una pesquisa publicada en la revista Scientific Reports, hay buenos estudios centrados en entender por qué se sienten atraídas por los seres humanos y cómo se mueven por los bloques de apartament­os, pero en realidad nadie ha hablado de cómo entran en la casa en primer lugar.

Hacer que la gente deje de traer esas criaturas consigo al hogar puede ser un gran paso para prevenir su dispersión, apuntó el también entomólogo de la Universida­d de Sheffield, en Reino Unido.

Para profundiza­r en el tema, el equipo de Hentley preparó un dormitorio con bolsas de ropa, unas con tejidos limpios, y otras, con confeccion­es sucias. En esos locales no había personas.

Como resultado, observaron que esos insectos eran dos veces

más propensos a meterse en morrales con textiles antihigién­icos.

Para sorpresa de los investigad­ores, la cantidad de dióxido de carbono (CO2) en la habitación no afectó los resultados: la fuente de ese gas incoloro representa­ría un ser humano, ya que algunos bichos, como los mosquitos, son hechizados específica­mente por ese compuesto químico, el cual emiten. sobrevivir más de un año sin alimentars­e, aunque la mayoría no lograría subsistir más de seis meses sin comida, señala la página del Departamen­to de Salud Pública de Illinois, Estados Unidos (IDPH), por sus siglas en inglés..

Los adultos de la especie, no tienen alas, miden alrededor de un cuarto de pulgada, y -como parte de su habilidad- se vuelven planas para entrar en grietas y rajaduras en donde se esconden mientras dure la luz del día.

Al anochecer, abandonan sus escondites en colchones, box springs o bases de colchones, marcos de cama, mesas de noche, cortinas, sofás y vacios de la pared, zócalos, alfombras, marcos de puertas y ventanas, detectores de humo, interrupto­res y enchufes eléctricos, pintura descascara­da y papel tapiz.

A la interrogan­te de cómo eliminar esos bichos, la publicació­n señala que una solución libre de pesticida es el uso de la aspiradora, pero no todas mueren cuando son aspiradas. Ellas y sus huevos pueden permanecer en los cepillos y accesorios, los cuales pueden ser trasladado­s a otros ambientes o unidades. También, la limpieza con vapor probableme­nte no las extinga, pero puede ser un complement­o útil en el tratamient­o con pesticidas, apunta el artículo del IDPH.

Otra opción de exterminio pueden ser los pesticidas, incluyendo formulacio­nes líquidas y en polvo, pero para garantizar la efectivida­d de esa operación, es recomendab­le que sea realizada por profesiona­les de manejo de plagas.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Uruguay