“Buen acuerdo”
“Para Canadá, la meta es tener un buen acuerdo”, dijo, “y una vez que tengamos un buen acuerdo para Canadá, habremos terminado”.
“La estrategia adoptada por el gobierno de Trump _de ’como yo diga o no se hace nada’_ no parece propicia para llegar al sí”, dijo Michael Camunez, director general de Monarch Global Strategies, que trabajó en el Departamento de Comercio durante el gobierno del presidente Barack Obama.
Philip Levy, alto miembro en el Consejo de Chicago sobre Asuntos Globales y economista de la Casa Blanca durante el gobierno del presidente George W. Bush, dijo: “La estrategia de riesgo calculado del mandatario no ha sido muy eficaz a la fecha en cuanto a acuerdos internacionales”.
El TLCAN, que ha estado vigente 24 años, eliminó la mayoría de las barreras comerciales entre Estados Unidos, México y Canadá. El comercio en la región prosperó. Sin embargo, muchos fabricantes trasladaron sus plantas al sur de la frontera para aprovechar los bajos salarios en México, y después exportaron sus productos a Estados Unidos y Canadá.
Trump asegura que el TLCAN exterminó los empleos fabriles en Estados Unidos. El presidente se ha comprometido a negociar un mejor acuerdo o retirarse del tratado. Las conversaciones para un nuevo pacto comercial comenzaron hace un año, pero se estancaron debido a las exigencias de Washington, entre ellas algunas para fomentar la manufactura en Estados Unidos.
Hace unas semanas, Estados Unidos comenzó las negociaciones con México y dejó a Canadá al margen. El mandatario mexicano Enrique Peña Nieto pretende suscribir un acuerdo antes de que concluya su mandato el 1 de diciembre. El acuerdo anunciado el lunes prevé entre otros aspectos que entre 40 y 45% del contenido de un vehículo sea fabricado en un país de América del Norte donde los trabajadores del sector automotor ganen al menos 16 dólares la hora para que puedan gozar de los beneficios fiscales del tratado, un salario que no se ve en México. Canadá no ha presentado grandes objeciones a las cláusulas sobre autos del acuerdo entre Estados Unidos y México, ya que también beneficiaría a los trabajadores canadienses. Ninguno de los negociadores de Estados Unidos o Canadá ha mencionado públicamente los temas que los dividen.
Pero Daniel Ujczo, abogado comercial del despacho jurídico Dickinson Wright, en Ohio, y otros, afirman que los puntos conflictivos incluyen las barreras comerciales que protegen a los productores lácteos canadienses y la insistencia de Ottawa de que se mantengan las disposiciones del TLCAN para la solución de las controversias.
También discrepan por una cláusula en el acuerdo entre Estados Unidos y México que protege a los fabricantes estadounidenses de medicamentos biológicos _que son excesivamente caros y se producen en células vivas_ de la competencia de los genéricos durante 10 años en lugar de los ocho que Canadá está dispuesta a aceptar. Los canadienses temen que esa protección encarezca los medicamentos y eleve los costos de su sistema de salud.
El gobierno de Trump había insistido en que deseaba llegar a un acuerdo para el viernes, cuando comienza la cuenta regresiva de 90 días que permitirían a Peña Nieto firmar el pacto antes de que deje el cargo.
Pero las normas estadounidenses de comercio estipulan que el equipo de Washington no está obligado a hacer público el texto del nuevo acuerdo durante 30 días adicionales, lo que podría dar más tiempo para alcanzar un acuerdo con Canadá.