“Una escalada peligrosa”
El secretario de Defensa, Mike Pompeo, ya había alertado de que una ofensiva gubernamental constituiría “una escalada peligrosa”. La embajadora de EE UU ante la ONU, Nikki Haley, trazó en las redes sociales una línea roja ante los nuevos movimientos militares: “Todos los ojos están puestos en las acciones de El Asad, Rusia e Irán en Idlib. Armas químicas, no”.
En medio de la tensión en el Mediterráneo Oriental, el mediador de Naciones Unidas para Siria, Staffan de Mistura, llamaba desde Ginebra a las grandes potencias a evitar un nuevo“baño de sangre”y a afrontar el “momento de la verdad”de buscar una salida política a la interminable contienda civil. De Mistura ha descartado por ahora la reanudación de las conversaciones de paz, que se estrellaron hace un año contra su enésimo fracaso, y plantea el umbral negociador más modesto de una reforma constitucional pactada para una eventual posguerra.
En su nuevo esfuerzo por impulsar la vía del diálogo, el veterano diplomático prevé convocar la semana que viene a representantes de Estados Unidos y Arabia Saudí, de un lado, y de Rusia, Turquía e Irán, de otro. Los presidentes de estos tres últimos países —Vladímir Putin, Recep Tayyip Erdogan y Hasán Rohaní— se reunirán antes este viernes enTeherán. De la cita en la cumbre puede derivarse un aplazamiento del asalto final, a la espera de un acuerdo entre Ankara y Damasco. Incluso un pacto de capitulación con las milicias insurgentes no yihadistas. La alternativa es la escalada bélica descontrolada en Idilb, pese a la advertencia del presidente de EE UU, en una sangrienta reedición de los asedios de Homs, Alepo y Guta Oriental.
Sobre Idlib planea la amenaza de otra crisis humanitaria gigante que desestabilice a los países vecinos de Siria y con riesgo de proyectarse hacia Europa. La ONU teme que su capacidad de reacción pueda verse desbordada por “una situación de emergencia de una magnitud sin precedentes en siete años de guerra”. El Ejército de Israel ha atacado más de 200 objetivos en territorio sirio en los dos últimos años, según informó un alto oficial citado por el diario Haaretz. Las operaciones, en las que se han lanzado 800 misiles y proyectiles se han concentrado en instalaciones, arsenales y convoyes de armamento iraníes o de las milicias chiíes, como la guerrilla libanesa Hezbolá, también aliadas del régimen de Damasco. Las incursiones israelíes en el vecino país árabe han tenido como diana a yihadistas afiliados al Estado Islámico, según reveló la misma fuente militar israelí.