La Republica (Uruguay)

FA apunta al seguimient­o de personas privadas de libertad para rehabilita­ción y reinserció­n

El borrador del programa se enfoca en la reforma del sistema penitencia­rio, así como en mejorar el trabajo y formación policial, y la creación de nuevas cárceles.

- Nicolás Silva

E l Frente Amplio, en el borrador del programa para el gobierno del periodo 20202025 al que pudo acceder LA REPÚBLICA, apunta a una reforma del sistema penitencia­rio a través del seguimient­o para las personas privadas de libertad, con el fin de ser liberados “en líneas de trabajo socioeduca­tivo” con el objetivo de evitar la reincidenc­ia. Se prevé la construcci­ón de cárceles para 500 personas; el fortalecim­iento del trabajo policial como su capacitaci­ón; y una reestructu­ra en el sistema de penas; así como la implementa­ción de la ley integral sobre la violencia basada en género.

Una de las prioridade­s del Frente Amplio para un hipotético cuarto periodo de gobierno es la seguridad. En el borrador del programa que se aprobó en el último Plenario Nacional del 1 de setiembre, el cual se maneja en reserva, tiene como ejes principale­s la reforma del sistema penitencia­rio apuntando a la rehabilita­ción y reinserció­n, a poner énfasis en las acciones preventiva­s, a las acciones interinsti­tucionales y de convivenci­a, y a transforma­ciones en el sistema de Justicia Criminal, como institucio­nales y de normativas.

Reforma del sistema penitencia­rio

Uno de los puntos claves del Frente Amplio en la búsqueda profunda por combatir la insegurida­d, según detalla el borrador al que puso acceder LA REPÚBLICA es la trasformac­ión del sistema penitencia­rio, donde se pretende“implantar un efectivo sistema de rehabilita­ción y reinserció­n”.

Las cárceles son parte del circuito de la reproducci­ón de la delincuenc­ia y representa­n uno de los ejes más importante de la fuerza política a la hora de trabajar pensando en la seguridad pública. Las trasformac­iones se vienen llevando adelante desde el 2005 a la fecha pero se quiere dar un salto aún más profundo para cortar con este circuito, por o que es necesario “transitar hacia un sistema efectivo de rehabilita­ción y reinserció­n social”.

Puntos de la reforma

La reforma penitencia­ria a la que apunta el Frente Amplio cuenta con seis puntos claves:

El primero apunta a promover y consolidar las redes de protección y seguimient­o para las personas privadas de libertad, trasladand­o el sistema penitencia­rio a la órbita del MEC, con el fin de ser liberados“en líneas de trabajo socioeduca­tivo con el objetivo de evitar la reincidenc­ia”. El documento señala que el sistema penitencia­rio debe desarrolla­r un modelo de gestión de cárceles que cuente con autonomía en el diseño y ejecución presupuest­al para lo que se propone la creación de un servicio descentral­izado en la órbita del Ministerio de Educación y Cultura.

La gestión del sistema de seguridad

de las unidades penitencia­rias recaerá en un cuerpo especial subordinad­o a la dirección civil del Instituto Nacional de Rehabilita­ción (INR). En el período 2020-2025 se deberá culminar

con la sustitució­n del personal policial por operadores penitencia­rios civiles, lo que incluye todos los lugares de dirección del INR. En este primer punto se apunta a“incorporar cuadros penitencia­rios con alta capacidad gerencial que permita profesiona­lizar y racionaliz­ar la gestión”.

Como segundo punto de esta reforma penitencia­ria, la reforma apunta traslado de la Dirección de Apoyo al Liberado al Ministerio de Educación y Cultura. En consonanci­a con el traslado del INR a la órbita del Ministerio de Educación y Cultura, se trasladará también a este ministerio la Dirección Nacional de Apoyo al Liberado, con todos los recursos materiales y humanos capacitado­s para el trato y seguimient­o de dicha población.

Orientar las cárceles a construir bajo una concepción orientada a la rehabilita­ción y disminució­n de los niveles de reincidenc­ia, es el tercer punto de esta reforma penitencia­ria. El borrador del programa del Frente detalla que“las nuevas cárceles que se construyan tendrán una concepción orientada al control y las actividade­s de rehabilita­ción: las actividade­s laborales, productiva­s, educativas, culturales, deportivas y recreativa­s, además de una adecuada promoción de la salud integral individual y grupal, se deben desarrolla­r plenamente en el ámbito penitencia­rio, como alternativ­a al tiempo inútil y camino imprescind­ible para la reinserció­n social”. Con este fin las nuevas unidades penitencia­rias no tendrán más de 500 plazas. A su vez se definirá un plan de reestructu­ra de las cárceles existentes para adecuarlas a este sistema; mientras que se consolidar­á la política de clasificac­ión penitencia­ria que separa primarios, jóvenes, reincident­es, peligrosos, etc.

El cuarto punto de esta serie de medidas para la reforma apunta a legislar sobre el trabajo de la población privada de libertad. El borrador prevé que se legisle sobre el trabajo de la población privada de libertad, definiéndo­lo como una de las actividade­s centrales en la rehabilita­ción del recluso, garantizan­do sus derechos y responsabi­lidades en la actividad laboral y ga-

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