Resistencia espiritual contra la impunidad
La dictadura uruguaya distorsionó la convivencia y alteró para siempre el orden social. Fue un atentado global contra la dignidad humana que también se perpetró contra la fe. A las religiones nos tocó ser sostén de valores y reductos de esperanza en las peores condiciones. El documental Fe en la Resistencia nos trae al presente la memoria en carne viva. Una mirada desde la participación política y su cruce con la fe, revelando el compromiso por la justicia y la dignidad desde una expresión política y religiosa, narrada a través de las voces de personas y colectivos que vivieron en primera línea estas situaciones. Estuvimos en la presentación de la película en la que participamos activamente junto a religiosos de diferentes credos: un documental inédito sobre religión y dictadura en Uruguay que se estrenó el pasado 6 de setiembre en sala Nelly Goitiño del Sodre. Coordinado por el Licenciado Nicolás Iglesias Schneider, la investigación difunde una perspectiva de los años sesenta y la dictadura en Uruguay. Nos han filmado en la Marcha del Silencio, en el Memorial de los detenidos desaparecidos en el Cerro, en nuestros templos, y el centro de la entrega es el rol de las religiones en general en la defensa de los derechos humanos o el lugar de la espiritualidad y la fe en la resistencia a regímenes autoritarios y/o dictatoriales. Como grupos sociales donde se cultiva el amor al prójimo, fue muy importante mantenerse en pie, seguir adelante, ya que inevitablemente ante la inseguridad y vulneración de los derechos fundamentales, ante el canalla terrorismo estatal, la comunidad social necesitaba apoyos. Los cultos en su gran mayoría, como lugares naturales de contención y aliento de vida, nos transformamos en ámbitos de resguardo contra la represión feroz y asesina, y aporte fundamental a la construcción de la ciudadanía en medio de una sociedad agredida y casi quebrada en sus derechos humanos más sensibles. La espiritualidad de las religiones fue baluarte de la sociedad y refugio de democracia donde la gente necesitó cobijarse más que nunca. Uruguay entero padecía la prohibición de reuniones y en muchos casos se unió la necesidad de resistir desde la creencia y junto a eso, desde la ideología de libertad y justicia social.
Mucha de la gente que fue presa o asesinada así como los exiliados, tenían su fe en los Orixás y los Espíritus Sagrados de Umbanda. Los cultos afro y como esencia de la cultura afro, somos solidaridad, entusiasmo, esperanza, no resignación, alegría de vivir, nuestra propia diversidad aporta el poder de resiliencia como plus valor y ejemplo de convivencia al mantener -aun habiendo sido despojados de casi todo- nuestra identidad espiritual afroindígena de culto a la naturaleza a pesar de los horrores de los genocidios y crímenes de lesa humanidad arrastrados desde la época de la invasión y la trata esclavista. Se aporta la persistencia, la tenacidad, la hermandad, la no resignación, el respeto, el amor por la verdad y la justicia y la necesidad de vencer la cultura de impunidad desde todos los frentes posibles creados por la gente común en resistencia, para que haya justicia y garantías de no repetición.