La Bienal de Sao Paulo alejada de la tendencia
“El poder se ha distribuido de una forma más horizontal” afirman.
La Bienal de Sao Paulo, la segunda mayor del mundo después de la de Venecia, apuesta en su trigésima tercera edición por una exposición sin hilo conductor. Bajo el nombre de “Afinidades afectivas”, busca priorizar la experiencia de los visitantes.
Con siete proyectos colectivos -con curador propio- y otros doce individuales, la muestra reúne 600 obras de más de 100 artistas. “Por esto creemos que todo el mundo puede encontrar una obra o un proyecto que le signifique algo”, afirma Luciana Guimaraes, directora superintendente de la Fundación Bienal.
Creada en 1951, la Bienal de Sao Paulo, una referencia de la capital económica de América Latina, atrae a casi un millón de visitantes locales y extranjeros.
“Para esta edición, mi meta fue explorar una alternativa a la temática centralizada de curaduría, que se ha vuelto el modus operandi incuestionable de las bienales de arte contemporáneas”, explica a la AFP el curador general de esta edición, Gabriel Pérez-Barreiro.
“Invertimos la relación entre curador-tema-artista, al colocar a los artistas en el corazón del proyecto, dándoles real autonomía dentro de la estructura de curaduría. El poder se ha distribuido de una forma más horizontal, alejándonos de un espectáculo monolítico hacia una experiencia polifónica”, sostiene.
Libre tránsito
Las obras están distribuidas en los tres pisos del pabellón, sin orientación de recorrido, bajo la premisa de que cada espectador deberá construir su propio camino de exploración.
Videos, fotos, pinturas y esculturas, entre otros formatos, componen la muestra.
Una argentina asidua de la Bienal, Sol Cernadas, cuenta que al ingresar al pabellón de la Bienal, en el Parque Ibirapuera, tuvo la sensación de que el espacio“fue desaprovechado”, pese a que“hay muchísimas obras”.
En la planta baja, la exposición colectiva“Sentido Común”da la bienvenida.“Somos todos diferentes. Cada uno ve el mundo de una forma distinta”, explica el texto introductorio del español Antonio Ballester Moreno, curador de esa propuesta en la que participan una decena de artistas.
Destacan decenas de hongos de arcilla, de diferentes tamaños y colores, rodeados por pinturas. “Vivan los campos libres”, del mismo Ballester Moreno, muestra “como la combinación de unos elementos produce otros, así como la lluvia, el sol y la tierra crean hongos”, explica el texto descriptivo.