Uruguay libre de Odebrecht
El caso de la constructora de obras públicas Odebrecht constituye la red de corrupción más impactante de la historia que salpicó y modificó el mapa de todo el continente.
La investigación iniciada en EEUU no tiene inocencias. Fue una gran oportunidad para debilitar al gobierno del PT en Brasil, y de paso dejar claro que con el imperio se juega hasta que ellos quieren y digan basta.
Las declaraciones de los“arrepentidos” dejan bastante que desear, ya que a cambio de una declaración -que puede ser de dudosa credibilidad- se exonera de penas y períodos carcelarios a los empresarios y políticos corruptos. Si para muestra bastara un botón tenemos el caso de Marcelo Odebrecht, ex presidente de la Compañía condenado a 19 años de prisión y que gracias a su colaboración apenas cumplió 2 años y medio en la cárcel y ahora está en libertad en régimen de arresto domiciliario.
Así vale la pena tener una empresa presente en 21 países, con 180.000 empleados, que facturaba unos 40.000 millones de dólares anuales y que creó una Oficina de Sobornos, especializada en manejar y circular el dinero ilegal que pagaba en la mayoría de los países de América Latina que se dice distribuyó unos 788 millones de dólares de coimas a cambio de conseguir concesiones de obra pública que le generaron beneficios de 3.336 millones de dólares en un período aproximado de 10 años.
Que los métodos del Lava Jato y las intenciones de EEUU no sean demasiado santas, no puede opacar ni ocultar el tsunami generado en todo el continente con la causa Odebrecht. Es como querer exonerar a Figueredo porque todos sabemos que la FIFA le adjudicó el mundial a Qatar y no a EEUU a cambio de millones de dólares distribuidos a la mayoría de sus corruptos dirigentes.
No hay posibilidad en esta materia de mirar para el costado, ni advertir la enorme red que ha corroído en casi toda América Latina. Casi toda, porque Uruguay está invicto y exonerado en esta materia, lo que deberíamos sugerirnos algo sobre nuestro país y nuestros gobiernos.
El escándalo ha salpicado los gobiernos de Brasil, Colombia, Perú, República Dominicana, Argentina, Venezuela, México, Ecuador y Panamá. Muchos de ellos han terminado en situaciones políticas muy complejas y gente procesada a granel.
En Brasil -epicentro de la investigaciónhan sido procesados más de 77 ejecutivos que han solicitado reducción de condenas. Políticos presos sobre todo pertenecientes al Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMBD) que tiene en sus filas al propio presidente de la República Michel Temer -que ha permanecido increíblemente intocado-, y preso al principal referente legislativo Eduardo Cunha, de quienes se ha probado millones de dólares recibidos en sobornos. Lula está preso por un apartamento de 200.000 dólares de dudosa verosimilitud en cuanto a que pertenece a él o a su esposa, aunque hay varias figuras del PT en prisión y gran parte de la red de corrupción que se desarrolló en la empresa Petrobras fueron en sus gobiernos.
En países como Perú renunció el Presidente Kuczynski luego que se solicitara su destitución. La investigación ha llegado hasta el hueso y han estado en prisión por esta causa el ex presidente Ollanta Humala y su esposa Nadine Heredia por recibir dineros ilícitos para las campañas del 2006 al 2011, así como se ha destituido a varios presidentes de estados regionales.
El ex presidente Alejandro Toledo tuvo que huir a EEUU, adonde se solicita su extradición, y no se salva Keiko Fujimori, Alan García y la ex segunda vicepresidenta Mercedes Araoz. Las consecuencias han sido graves.
En Panamá las coimas se estiman en unos 59 millones de dólares en 4 años. También hay gente presa por lavado de activos, empresarios, exfuncionarios del gobierno y en particular está en prisión el ex presidente Ricardo Martinelli. También en Ecuador se probaron 50 millones de dólares de sobornos por 3 obras muy puntuales donde fue separado de su cargo y en prisión el exvicepresidente Jorge Glas, así como varios ex ministros y autoridades principalmente del sector de hidrocarburos.
Hay otros casos particulares como Colombia, donde se estiman que las coimas fueron de 30 millones de dólares en pocos años, y el proceso llamó a declarar a varios exministros, al propio presidente y se ha encarcelado al senador Bernardo Miguel Elías. Lo novedoso del caso colombiano es que la multinacional Odebrecht tuvo la osadía de demandar al Estado colombiano por una cifra millonaria que equivale a todo el presupuesto anual del país caribeño. Como perlita tiene que gastarse entre 4 y 5 millones de dólares para defender sus derechos en los tribunales internacionales lo que ha generado una legítima indignación en las autoridades del país.
Otros países como México, Venezuela, Argentina o República Dominicana han encontrado serias dificultades para avanzar en las investigaciones por causas diferentes, a pesar que de que las pruebas de las presuntas irregularidades están arriba de la mesa desde hace un buen tiempo.
En México la corrupción es un mal endémico e instalado como un cáncer en el narco-estado mexicano. El principal implicado es Emilio Lozoya de quien se dice entregaron unos 10,5 millones de dólares de sobornos para la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto, sin embargo, las investigaciones van lentas y no llegan a ningún puerto.
En Argentina han existido dificultades de intercambio de información con Brasil, en particular por el pedido de los“arrepentidos” de no ser juzgados en ese país. Recién ahora se ha llegado a un acuerdo con lo que se estima que en la época del kirchnerismo en 6 grandes contratos de obra pública se abonaron unos 35 millones de dólares de coimetas y el principal señalado es Julio De Vido ex ministro de Planificación del gobierno de Cristina Fernández.
En República Dominicana ha sido muy gorda la cosa: 92 millones de dólares los que, según los arrepentidos, los “regalitos” se abonaron durante los mandatos de Hipólito Mejía, Leonel Fernández y el actual mandatario Danilo Medina. La investigación está trunca o al menos va a la periferia sin tocar a las altas autoridades.
En Venezuela dicen los empresarios que se realizaron obras por 2.370 millones de dólares, muchas de ellas ni siquiera se realizaron. Maduro desconoce a la fiscal que ha investigado el tema, quien tuvo que salir del país y nombró un Tribunal y magistrados propios que naturalmente no han avanzado en la causa.
En nuestro país, en nuestro querido país, NADA. ¡Perdón, nada no! Fue procesado Betingo Sanguinetti, ex dirigente de Peñarol y hermano del ex presidente Sanguinetti, quien quedó preso en Andorra por lavado de activos en el caso Odebretch.
No estaría mal que todos aquellos que hablan ligeramente de corrupción se dieran cuenta de los valores que acuñamos y que en un panorama negro en la región en esa materia, en Uruguay -con millones de dólares en juego y gente que se ha enriquecido ilegalmente en otros países- nosotros estamos vacunados. También sería bueno que esos que dan diaria cátedra sobre ética y moral, digan “espejito, espejito” una vez cada tanto.
Eso no quiere decir no reconocer que tenemos prácticas y corruptelas que debemos corregir y combatir. Pero somos Blancanieves y la Cenicienta en este entorno latinoamericano en el que nos encontramos, y debería enorgullecernos a todos.
Seamos exigentes con este flagelo, no seamos autoflagelados, es una cosa distinta.