El FA comenzó a analizar propuesta programática con vistas a diciembre
Los frenteamplistas discuten en todo el país el documento de la Comisión Nacional de Programa.
El Frente Amplio comenzó a discutir, a lo largo y ancho del país e incluso fuera de fronteras, la propuesta programática para el período 2020-2025.
El sábado 13 de octubre, el Plenario Nacional recibirá las distintas propuestas para introducirle modificaciones o mantener el texto tal y como surgió de la Comisión Nacional de Programa (CNP) que preside Ricardo Ehrlich. La idea es que la nueva hoja de ruta del FA para el cuarto gobierno sea considerada y aprobada durante el Congreso de diciembre próximo. En dicha instancia, además, se presentarán los nombres de aquellos frenteamplistas con aspiraciones de postularse como precandidatos. Las precandidaturas deberán contar con al menos el 20% de los votos del Plenario y en diciembre el Congreso analizará su proclamación. Desde hace casi un mes atrás, los frenteamplistas discuten en los Comité de Base el documento elaborado por la CNP. En el mensaje, al que tuvo acceso LA REPÚBLICA, la Comisión presentó el documento con el objetivo de su análisis y discusión abierta. Para su elaboración, en la que participaron más de mil personas, el Frente Amplio se organizó en 32 unidades temáticas, dos de las cuales fueron coordinadas en el interior del país. Participaron especialistas de las diversas áreas, así como integrantes del gobierno nacional y de los gobiernos departamentales del Frente Amplio y municipales, así como representantes de organizaciones sociales y de la academia, que participaron en instancias de contexto frenteamplista, como abierta, no partidarias, muchas de las cuales se realizaron en el interior del país. En el mensaje a los frenteamplistas, la CNP destacó diez ejes centrales desde el punto de vista político que, a continuación, reproducimos textualmente:
“1. Como nunca, hoy es necesario levantar bien alto los principios de izquierda, que no solo implican una opción social y política, sino que acompañan una opción de vida, como ciudadanos y ciudadanas, como personas y como gobernantes; la solidaridad y la humildad, que hacen a la dignidad del ser humano, y la ética como principio, como conducta, como compromiso.
2. El Uruguay es hoy otro país. El camino recorrido en los sucesivos gobiernos frenteamplistas ha fortalecido el entramado social, ha generado sólidas capacidades a todo nivel y ha avanzado notablemente en la agenda de derechos. Esos avances son hoy una sólida plataforma para asumir los desafíos del futuro y permiten llegar más lejos. Debemos asumir con fuerza y convicción un nueva generación de reformas, buscar nuevas respuestas y explorar nuevos caminos hacia un nuevo ciclo de transformaciones.
3. La solidaridad es un pilar de la fuerza constructora de futuro de la sociedad: el Uruguay del siglo XXI debe ser un país de iguales, un país de mujeres y hombres libres, con igualdad de derechos y oportunidades.
4. El Uruguay, un buen lugar para vivir. Ello implica un Estado que vele por el bienestar de toda la poblaci´`on en todo el territorio, con igualdad de derechos y responsabilidades. También implica asumir con fuerza y conciencia los desafíos de seguridad de nuestro tiempo. La Seguridad Humana plena es un derecho fundamental.
5. Una economía soberana e integrada al mundo, basando su competitividad en una matriz socio-institucional que permita una expansión permanente de las capacidades productivas, de la eficiencia económica y la productividad sistémica, incorporando investigación, conocimiento científico y tecnológico, generando trabajo digno, al tiempo de asumir plenamente el uso responsable y sustentable de los recursos naturales.
6. Responsabilidad ambiental para el desarrollo sostenible: desde la promoción de cadenas de valor orientadas hacia el reciclaje y la economía circular, de modelos de producción y gestión del territorio para la reducción del impacto sobre los recursos naturales, la salud el ambiente, hasta los cambios culturales que fortalezcan conductas sociales responsables ante el consumo innecesario de bienes.
7. Un país de trabajo y aprendizajes. Serán prioridades las políticas públicas para la creación de empleo desde el desarrollo productivo, desde la inversión directa del Estado, del apoyo al trabajo asociativo y del firme y enérgico desarrollo de las oportunidades de formación y capacitación durante toda la vida. El Uruguay del siglo XXI debe ser un país de aprendizajes y capacidades, por el trabajo y el empleo de hoy y por el trabajo y el empleo del futuro.
8. Políticas sociales: un Estado que vela por el bienestar de toda su población y que ampara y se ocupa en forma prioritaria de quienes nacen en los contextos sociales más desfavorables. La prioridad serán los niños y los adolescentes. Educación y trabajo serán las políticas sociales más firmes. La nueva generación de reformas debe avanzar en la calidad de vida y bienestar de toda la población, en todos los aspectos, desde la Salud hasta la Vivienda o la Seguridad, garantizando el derecho a una opción de vida plena en todo el territorio.
9. La Educación es y será una prioridad. Son objetivos centrales: la universalización de la culminación de los ciclos de enseñanza media y la generalización del acceso a las oportunidades de enseñanza terciaria y superior, la formación de los futuros docentes; la profundización de la coordinación, complementación y coordinación de las instituciones del Sistema de Educación Pública y su compromiso con todo el territorio.
10.Vivienda: las políticas de vivienda serán una bandera principal de la agenda de derechos del período 2020-2025, multiplicando el esfuerzo país y las iniciativas desarrolladas en los últimos años”.
“El Uruguay del siglo XXI debe ser un país de aprendizajes y capacidades, por el trabajo y el empleo de hoy y por el trabajo y el empleo del futuro”. “Educación y trabajo serán las políticas sociales más firmes”. “Las políticas de vivienda serán una bandera principal de la agenda de derechos del período 2020-2025”