Excavan debajo de una piscina en Rocha en busca de pescador desaparecido en dictadura
Denuncia apunta a que los restos fueron enterrados junto a su motocicleta; pasaron georradar.
Por orden judicial, un grupo de arqueólogos independientes encabezado por el arqueólogo José López Mazz comenzó ayer las tareas de excavación en un predio privado del departamento de Rocha en busca de los restos de Oliver Sena, un pescador de la zona desaparecido durante la dictadura cívico militar. El sitio señalado es el fondo de la piscina de un hotel abandonado ubicado en un punto cercano al balneario La Paloma. Funcionarios del cuerpo de Bomberos debieron desmalezar la piscina que estaba cubierta de juncos y arbustos, tarea que demandó varios días. Información en poder de los denunciantes sostiene que los restos de Sena habrían sido enterrados debajo de la piscina, junto a su motocicleta. Las tareas de excavación fueron precedidas por el escaneo del terreno con un georradar proporcionado por la Universidad de la República operado por el ingeniero Gonzalo Cetrángolo. Los técnicos detectaron anomalías en el terreno a partir de lo cual la jueza Letrado del Chuy de primer turno, doctora Alma Susana Matto, autorizó la excavación. El equipo está integrado además por los arqueólogos Camila Gianotti, Hugo Inda, el experto español Carlos Marín, y por Martín Márquez como colaborador. La organización“Dónde Están” de Francia, brindó apoyo financiero para la investigación que tiene costo cero para el Estado. Ayer, los técnicos, en presencia del juez subrogante Rafal Gómez, trabajaron en el lugar hasta que la lluvia lo permitió. Hoy se reanudarán las tareas.
Un misterio
De acuerdo con la denuncia presentada por López Mazz y el hijo de Sena, y patrocinada por el abogado Óscar López Goldaracena, el pescador desapareció en la madrugada del 2 de diciembre de 1974 de la casa donde vivía en Punta del Diablo. Al otro día tenía que levantarse temprano y le había pedido a un vecino que le avisara a las 6 de la mañana. Cuando el vecino golpeó a su puerta, nadie respondió. Su esposa había viajado el día anterior a visitar a los padres de Sena. Cuando regresó, no pudo ingresar a la casa porque la llave no se encontraba en el lugar acordado. Sena no estaba. Por la ventana, se veía un farol encendido, un plato con comida servida y un cenicero con colillas de cigarrillo. Ningún morador de la zona vio a Sena. Desapareció de su domicilio sin dejar rastros. También desapareció su moto Suzuki, modelo 1950, color rojo. Familiares lo buscaron por la zona durante varios días sin obtener ningún resultado. Oliver Sena no formaba parte de organización política alguna.