Zerbino y la multiplicación de los panes y los peces
Pablo Zerbino, presidente de la Asociación Rural del Uruguay repite sin cesar una frase muy impactante en la que afirma: “Cada peso invertido en el agro se multiplica por 6,22 unidades monetarias”. En buen romance significa que cuando un privado o el gobierno inyectan una unidad monetaria en las dichas actividades éstas tienen un derrame hacia atrás y hacia adelante de 6,22. Basado en esta afirmación y el relato de una construcción que tiene 180 años en el país se afirma que “el Uruguay es el agro, todo lo demás casi no existe ”o“si no hay agro todo se cae abajo”.
La vieja controversia Industria/Agro que a lo largo del siglo XX se disputaron para “quienes” se transferían los recursos con diferentes modelos y momentos, parece estar detrás de esta discusión. El comercio quedaba a la cola y su crecimiento o decrecimiento era de “rebote” y los servicios parecieron en ese período un sector marginal.
La afirmación del presidente de la ARU proviene de un trabajo realizado por la economista María Inés Terra junto a otros profesionales denominado “¿Cuál es la importancia real del sector agropecuario?” publicado en julio de 2009 pero sobre datos del año 2005.
Si bien se trata de un excelente trabajo -muy extenso y fundamentado- la fecha de análisis -2005- es previa a la reforma tributaria del año 2007 y una revolución productiva tecnológica que se dio desde 2006 hasta el presente, que transformó la realidad del sector. Los cereales y oleaginosos son muy distintos ahora que en ese momento, la silvicultura y la producción de celulosa ni hablar, así como una diversificación productiva muy diferente a la que primaba en esos tiempos. La tecnología o los procesos innovadores aplicados hoy en al agro no tiene nada que ver con lo que había en esa fecha, y podríamos seguir.
Dicha revolución productiva agropecuaria no obsta ni nubla las dificultades actuales del sector, ampliamente difundidas y que afecta más a unos que a otros, ya que la homogeneidad no es el factor común y aglutinante de la agropecuaria nacional.
Dicho esto -a efectos de matizar y poner en su verdadero contexto las afirmaciones realizadas es interesante analizar dicha afirmación.
El estudio manifiesta que el agro genera un llamado “efecto difusión total” de 6,22, servicios muy pegado 6,08, la industria manufacturera un 5,47 y el resto 5,88 (entraría acá el comercio).
Esto sugiere que todas las actividades de la economía contribuyen de manera sustancial a la vida nacional y al valor agregado nacional. No solo el agro, también las demás actividades con contribuciones muy cercanas, aunque el agro por lo que vemos es la que multiplica algo más.
Observando el estudio con más detenimiento también vemos que no toda la actividad agropecuaria tiene el mismo efecto multiplicador; no es lo mismo la expansión que genera el rubro aves y huevos o legumbres y hortalizas (mucho derrame) que la silvicultura, la madera o el arroz (bastante menos).
Es necesario complementar estos análisis con el efecto que tienen sobre el empleo. Parece ser que las actividades agropecuarias son menos intensivas en este aspecto, la multiplicación se intensifica por otro lado. El sector servicios tiene mejores remuneraciones y recluta trabajadores más calificados que el agro, es algo que parece bastante evidente.
También es bastante intuitivo que el apoyo público que se le ha brindado al agro ha sido significativamente superior a otros sectores de la Economía, por ejemplo al Comercio.
Antes de la reforma tributaria de 2007 el agro contribuía muy poco a las arcas nacionales a través de los impuestos. Si uno sacaba la relación de Tributos sobre el PBI del sector agropecuario frente a otros sectores, la relación era claramente favorable al sector. Lentamente esa contribución se fue “emparejando” con el resto, pero aún subsisten ciertas asimetrías.
El economista y ahora candidato por el Partido Colorado Ernesto Talvi parece querer retornar a este viejo esquema. Con su discurso de “crear muchas UPM” en las actividades agropecuarias nos sugiere un esquema de exoneraciones en el que el agro no paga a expensas de los demás sectores de la Economía que pagarán más, volcando recursos hacia un sector de la actividad en detrimento de otro. No es una propuesta demasiado liberal que digamos y además bastante alejada de las tradiciones del Partido Colorado, pero es lo que hay hoy sobre la mesa.
La actividad agropecuaria es muy importante para el país, pero no es lo único importante ni mucho menos. La palabra equilibrio parece ser la más adecuada para definir la contribución que los diferentes sectores de la economía realizan al bienestar nacional.
La multiplicación de los panes y los peces se da con el trabajo conjunto de todos los sectores de la actividad nacional donde cada uno aporta lo suyo y acentúa su propia particularidad.
Nadie parecería ser más que “naides”.