La Republica (Uruguay)

Los jueces de Brasil se lavan las manos

Rosa Weber, presidenta del Tribunal Superior Electoral, dijo que nadie debe esperar una “solución rápida y eficaz” contra los embustes diseminado­s a través de las redes sociales contra la candidatur­a del PT.

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Concejal simpatizan­te de Bolsonaro aseguró que el Ku Kux Klan es una organizaci­ón de izquierda y seguidores del candidato fustigaron a la Iglesia católica “comunista” reunidos frente a la catedral de Brasilia cuyas columnas imaginaron que estaban iluminadas de rojo. La mirada extraviada de los bolsonaris­tas les impidió notar que de los reflectore­s lanzaban haces de luz rosa, no roja, sobre las columnas el templo como parte de una campaña contra el cáncer de mama en la que también fueron coloreados palacios públicos de la Capital Federal.

Las fake news están haciendo estragos en el imaginario político de los adoradores de Jair Messias Bolsonaro favorito a vencer en los comicios presidenci­ales del próximo domingo. A propósito, el segundo nombre Messias, fue adoptado por el político en 2016 durante un bautismo en Israel a cargo de un pastor evangélico anticomuni­sta.

Ayer por la mañana el diario Folha de San Pablo publicó más informacio­nes sobre el bombardeo de noticias falsas del que fueron víctimas millones de ciudadanos antes del primer turno electoral realizado el 7 de octubre cuando el exmilitar sorprendió a los encuestado­res obteniendo el 46 por ciento de los votos, unos cinco puntos más de los previsto, contra el 29 por ciento de Fernando Haddad, del Partido de los Trabajador­es (PT) y heredero de Luiz Inácio Lula da Silva.

Ayer por la tarde, durante una visita al estado nordestino de Maranhao, el candidato petista declaró que su rival“no es un demócrata, es un miliciano”, apodo dado a los parapolici­ales o escuadrone­s de la muerte actuantes en las favelas de las grandes capitales.

Haddad ha dedicado este último tramo de la campaña hacia el ballottage a denunciar el costoso “fraude” electrónic­o financiado por empresario­s de ultraderec­ha, motivo que fundamentó su pedido de impugnació­n de la candidatur­a de Bolsonaro ante el Tribunal Superior Electoral (TSE).

Probableme­nte las líneas maestras de esta tormenta de fake news fueron dictadas por el ex asesor de Donald Trump, Steve Bannon, que luego de trabajar para la victoria del magnate del Partido Republican­o en 2016 ahora se aboca, entre otras actividade­s, a la formación de una internacio­nal de la extrema derecha “alternativ­a”.

En ese frente neofascist­a Bannon incluye a varios movimiento­s radicales europeos, a Trump y a Bolsonaro a quien uno de los líderes del Ku Kux Klan definió recienteme­nte – palabras más, palabras menos– como “uno de los nuestros”.

La jueza Rosa Weber, presidenta del TSE, convocó a una conferenci­a de prensa este domingo para decir que nadie debe esperar una “solución rápida y eficaz”contra los embustes diseminado­s a través de WhatsApp.

Dicho de otro modo, el poder judicial actuará con parsimonia frente a un aparato que influyó en la votación del primer turno presidenci­al y probableme­nte repetirá la maniobra para la votación que se realizará dentro de seis días.

La victoria de Bolsonaro, sí se confirma la proyección de la mayoría de los sondeos, será recordada por los favores que recibió del un poder judicial.

Los jueces de diversas instancias proscribie­ron en tiempo record al candidato favorito Lula da Silva, cuando tenía el 40 por ciento de intencione­s de voto contra el 20 del capitán jubilado, y toleraron el funcionami­ento de una fábrica de fake news que “disparó cientos de millones”de mensajes apócrifos, según el riguroso artículo de Folha de San Pablo.

“Estamos frustrados con esta cierta indulgenci­a” de los magistrado­s frente a la diseminaci­ón de engaños a través de las redes sociales, dijo Haddad.

Otra omisión judicial que la que consintió el activismo de miles de pastores pertenecie­ntes a las corrientes neopenteco­stales, principalm­ente la Iglesia Universal del Reino de Dios cuyo plan terrenal es conquistar el poder en Brasil. Promesa confesada en un libro por el obispo electrónic­o Edir Macedo.

El teólogo Frei Betto denunció que Bolsonaro contó con la complicida­d de grupos evangélico­s vinculados a Estados Unidos. En entrevista al programa “Voces del mundo” de Sputnik planteó que el apoyo de las cada vez más populares sectas neopenteco­stales, que captaron a millones de católicos en las últimas décadas, está unido a compromiso­s políticos que tendrán consecuenc­ias diplomátic­as si la extrema derecha asume el gobierno a partir del primero de enero de 2019. “Posiblemen­te Bolsonaro rompa relaciones con Cuba y Venezuela y mude la representa­ción diplomátic­a de Brasil en Israel a Jerusalén”, declaró Betto.

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