Nacional empató 1-1 por la Sudamericana en Brasil
El agónico gol de Zunino selló el 1-1 ante Fluminense y dejó a los bolsos bien perfilados para definir la serie en el Parque.
El gol de Zunino en el final del partido dejó la serie 1-1 entre Nacional y Fluminense, pero es como si valiera doble, ya que ese resultado le permite al tricolor clasificarse hasta con un 0-0 en el Parque Central. El bolso está a 90 minutos de las semifinales en la Sudamericana.
E l Parque Central será una caldera el próximo miércoles, cuando se resolverá la serie que Nacional comenzó a encaminar en Rio de Janeiro. Porque el 1-1 ante Fluminense fue una muy buena noticia para un equipo que, sin ser brillante, no mereció volver derrotado de Brasil.
El cabezazo a la red de Matías Zunino a minutos del final no solo hizo estallar de alegría a miles de hinchas tricolores en todas partes, sino que además dejó al equipo del “Cacique” muy bien perfilado para llegar a las semifinales de la Copa Sudamericana, para lo que deberá ganar o empatar 0-0 la revancha (el 1-1 forzará los empates y cualquier otra igualdad clasificará al“Flu”).
Demasiado castigo
El primer tramo del partido, jugado bajo lluvia en Rio de Janeiro, albergó lo mejor de Nacional en el capítulo.
Con la paciencia como bandera, el equipo del “Cacique” demostró tener en claro que nada es mejor que los centrales rivales tomando decisiones con la pelota. No salió a presionar la primera línea, sino que dejó que los jugadores menos habilidosos del rival pensaran y escogieran caminos erróneos. Y en cada salida defectuosa había varios bolsos esperando para empezar un contraataque rápido.
Por esa vía llegaron las tres chances que tuvo Nacional en 15’. La primera sirvió más que nada de anuncio, pues el pase de Bergessio terminó en un tiro que Zunino estrelló, tras un inesperado rebote, en su propia cara. Más preciso estuvo el volante unos pocos instantes después, cuando otra mala salida del“Flu”no terminó en gol porque un defensa la salvó en la línea.
De otra recuperación en campo rival nació el kilométrico tiro del “Colo”Romero, que no fue a parar a la red por cuestión de centímetros.
La efectividad que le faltó a Nacional le sobró a Fluminense, que se puso en ventaja en su primera llegada. El VAR, novedad de esta serie, fue protagonista de la acción que se produjo a los 17’. Una pelota quieta bien ejecutada por Sornoza generó un cabezazo de Gum a la red. El línea lo anuló, pero la asistencia tecnológica cambió el veredicto y sentenció el 1-0.
En la línea de tiempo del partido, el gol de Fluminense marcó el comienzo de una nueva época. Su efecto se advirtió más que nada en la postura de los albos, que parecieron olvidar todas las virtudes exhibidas hasta entonces.
Al equipo de Medina le costó muchísimo cuidar la pelota, que pasó casi todo el tiempo en pies rivales. Para colmo, la sucesión de un par de pases sin demasiadas pretensiones o una pelota puesta en profundidad bastaban para mostrar la peor cara defensiva de Nacional.
Un ejemplo de esto último se dio a los 25’, cuando un comprometedor pase de Fucile generó una pésima resolución de “Rafa” García, quien en lugar de despejarla se la regaló al rival en el área. Que la pelota no parara en la red fue casi un milagro.
Lentamente, Nacional fue reencontrándose con su juego. Al final del episodio, recuperó la pelota y construyó cosas interesantes que, si bien no tuvieron premio por la falta de precisión en el último toque, invitaron a los hinchas a ilusionarse con una reacción.
Fluminense, equipo que demostró tener notorias carencias, se fue al vestuario con un premio demasiado grande para lo que fue su trabajo en la primera parte.
Agónica alegría
El caos que reinó durante el tramo inicial del segundo tiempo favoreció a Fluminense, que no sufría sobresaltos que pusieran en riesgo su ventaja. Nacional intentaba volver a ponerse en sintonía, pero le faltaba fútbol y principalmente, al igual que en el resto del partido, precisión en la resolución de las jugadas que elaboraba esporádicamente.
Encima, algunos jugadores empezaron a dar muestras de cansancio, en las que probablemente haya influido el clásico jugado el fin de semana pasado. Nadie pareció más cansado que Jorge Fucile, quien padeció buena parte del complemento y fue constantemente superado.
Buscando alterar el curso de las cosas y, sobre todo, volcar a favor de su equipo la posesión de la pelota, Alexander Medina movió el banco y mandó a la cancha a Luis Aguiar, quien sustituyó a Carlos De Pena.Y el “Canario” tuvo una posibilidad tras una buena jugada colectiva, pero tardó demasiado tiempo en definirla y un defensa extirpó el peligro.
Los corazones tricolores sufrieron otro golpe a los 75’, cuando un pase profundo dejó mano a mano a Luciano, quien eludió a Conde y puso el 2-0. Mientras saltaba los carteles para festejar con el público carioca, advirtió que el línea tenía la bandera en alto, lo que invalidó el tanto.
El reloj continuaba su imparable marcha y el trámite seguía igual. Fluminense controlaba la pelota pero no generaba demasiado peligro, característica que compartía con Nacional.
Para tratar de cambiarlo, el “Cacique” puso a Tabaré Viudez para jugar los últimos quince minutos, variante a la que se unió el ingreso de Leandro Barcia a los 85’.
Cuando el partido agonizaba y el 0-1 no parecía tan mal negocio (pese a que el“Flu”lo consiguió en una jugada aislada), llegó el ansiado empate. Aguiar ejecutó un corner con calidad: le puso la pelota en la cabeza a Zunino, quien la mandó contra el palo y selló el 1-1, que se adecuaba más al trámite.
El partido se convirtió en historia con un empate que, si bien está lejos de ser definitivo, deja a Nacional un poco más cerca de cumplir su objetivo de meterse entre los cuatro mejores de la Copa Sudamericana.