La Republica (Uruguay)

PEÑAROL CAMPEÓN

Los aurinegros obtuvieron el Clausura tras ganarle de forma agónica a Progreso con gol de “Maxi” Rodríguez.

- Matías Canabarro

Peñarol tendrá que hacer espacio en sus desbordada­s vitrinas, pues anoche añadió otro título a su vasta colección. El grito que brotó de la garganta del Campeón del Siglo, gracias al agónico gol de Maximilian­o Rodríguez a los 94’, resonó en todas partes donde había un hincha aurinegro.

Fue una jornada histórica para el club, pues quedará en los libros como el primer título que consigue en el Campeón del Siglo. El Torneo Clausura 2018 quedó en poder de Peñarol con una fecha de anticipaci­ón, dato que demuestra a las claras que su consagraci­ón estuvo lejos de ser casual.

El trofeo obtenido hace que los aurinegros aseguren su lugar en la definición del Campeonato Uruguayo, que peleará con Nacional, y también sellen su clasificac­ión a la fase de grupos de la próxima Copa Libertador­es.

Y eso que Progreso le puso las cosas difíciles para conseguir un triunfo que le permite, además, sacarle dos puntos a Nacional en la Tabla Anual (los tricolores tendrán la posibilida­d de recuperarl­a hoy).

Poca puntería

Peñarol dejó claro de arranque cuál era su postura. En menos de dos minutos tuvo dos chances de gol, y en ambas participó Fabián Estoyanoff, novedad de la oncena que mandó a la cancha el “Memo” López.

En la primera, metió el centro que Núñez transformó en cabezazo que pasó cerca. En la jugada siguiente, se intercambi­aron los roles, y el juvenil metió un centro desde la banda que“Lolo”mandó al arco, donde fue controlado por Fuentes.

Sin embargo, Peñarol no sostuvo la intensidad inicial, y en los minutos posteriore­s las acciones se emparejaro­n. El dueño de casa abusaba del pelotazo y le costaba encontrar su mejor versión colectiva, en la que siempre el lesionado “Cebolla” Rodríguez ejerce un rol fundamenta­l.

Quien tuvo trabajo extra fue Guzmán Pereira, pues Walter Gargano mostró una imprecisió­n propia de quien lleva varios me- ses sin pisar una cancha con frecuencia. Era imposible que tan extensa inactivida­d no se notara en la cancha; lo que no puede recriminar­le el hincha es la entrega, pues peleó cada pelota como acostumbra.

A partir de la mitad del capítulo, y aunque jamás lució un rendimient­o colectivo que hiciera a los hinchas pararse a aplaudir, Peñarol tuvo varias oportunida­des para irse al descanso en ventaja. Un cabezazo deViatri despejado por Fuentes, quien casi de inmediato le tapó un bombazo a Giovanni González (en el rebote, Viatri tuvo otra chance de cabeza). Como para hacer aún más influyente su figura, el arquero del“Gaucho”voló para mandar al corner una chance que Darwin Núñez se fabricó a sí mismo.

Antes de la muerte del primer tiempo, un tiro de“Tito”Formiliano estuvo cerca de meterse en el arco de Progreso, que terminó el episodio sin recibir intrusos. El empate volvería a la cancha con los protagonis­tas en el segundo tiempo.

¿Querías emoción?

El segundo tiempo fue como un sueño para los hinchas de Peñarol. El dramatismo estuvo presente desde su nacimiento, y cada minuto que pasaba aumentaba su intensidad.

La suerte parecía dispuesta a darle la espalda a los mirasoles. El equipo era una máquina de suceder ocasiones de peligro, pero increíbles atajadas de Fuentes, alguna pierna que aparecía de la nada o la falta de puntería se alternaban para impedir que el Campeón del Siglo estallara de alegría. La mejor atajada del arquero de Progreso, de las muchas que tuvo, ocurrió a los 66’, cuando un centro de Estoyanoff derivó en un cabezazo de Lores que el arquero despejó con una reacción tan rápida como efectiva. Los cabuleros confirmaro­n que no era la noche de Peñarol diez minutos más tarde, cuando su equipo desperdici­ó una chance insólita: tras un tiro de Guzmán Pereira desde las puertas del área, el rebote quedó boyando a un metro del arco; desde allí,“Maxi”Rodríguez sacó un derechazo que se estrelló en el palo y dejó a todo el Campeón del Siglo tomándose la cabeza.

La ansiedad aumentó cuando Fuentes mandó a las nubes un bombazo de Viatri, que instantes más tarde sacó una volea (tras pase de “Maxi”) que pasó a centímetro­s del travesaño.

No parecía ser la noche de Peñarol. La entrada seguía destrozánd­ose su garganta para alentar a los jugadores, que hacían todo pero no veían materializ­ado el fruto de sus esfuerzos.

Y tanta insistenci­a tuvo premio. En el último suspiro del partido, como más le gusta a Peñarol, un momento de lucidez del“Lolo”, que en lugar de pegarle al arco enganchó y se la pasó a “Maxi” Rodríguez, terminó con el rosarino empujando la pelota a la red y el Campeón del Siglo estallando de alegría.

Después, el pitazo del árbitro y la fiesta aurinegra. La copa fue al aire mientras los hinchas cantaban extasiados.

La primera parte del trabajo está hecha. Con el Clausura en el bolsillo, Peñarol luchará por hacer realidad el gran objetivo que le queda: obtener el bicampeona­to Uruguayo.

Con un gol de “Maxi” Rodríguez a los 94’, Peñarol venció 1-0 a Progreso y obtuvo el título del Clausura. El trofeo fue especial para los mirasoles, pues es el primero que consiguen en el Campeón del Siglo. Ahora, el equipo del “Memo” López se aseguró un lugar en la definición del Uruguayo y sigue soñando con ganar la Anual.

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