El problema es el problema
Se escuchan voces que manifiestan “modificar la política económica ya que está cerca de agotarse” o que hay “aspectos de la economía agotados”. Suena -aunque se matice- a una crítica a las respuestas que el modelo económico brinda a las múltiples necesidades del país y del conjunto de los uruguayos.
Ya en la primera clase de Economía de cualquier alumno se plantea algo básico en esta disciplina; “las necesidades son infinitas y los recursos son finitos”. Dicho de otra forma en cualquier modelo económico, de cualquier país, desde el más subdesarrollado hasta el más rico y próspero resulta imposible dar respuesta satisfactoria a todas las necesidades que emergen de una sociedad.
Decir que el modelo está agotado (aunque sea parcialmente) significa plantear en el fondo que la política económica aplicada por los gobiernos frenteamplistas no se encuentra en condiciones de resolver algunos problemas de la sociedad y de la gente. Es grueso.
Creo que hay un problema de enfoque profundo. El problema no es el modelo, el problema son los problemas. Los problemas del mundo de hoy y los desafíos que nos depara esta nueva era vienen cambiando a ritmo vertiginoso. Nos encontramos con nuevas realidades, nuevas caracterizaciones de la sociedad, nuevas relaciones de producción, nuevos códigos de relacionamiento.
La era del mundo digital prevalece sobre la era del mundo real. Esto implica cambios profundos en el campo de lo productivo, de lo laboral y social. Cambios de paradigmas y reglas de juego.
El modelo económico debe adaptarse a estas nuevas realidades. Debe tener la suficiente flexibilidad para “entender” los nuevos paradigmas y actuar sobre ellos. Es el cambio de la adaptación a la nueva realidad no el cambio del rumbo o de orientación en lo esencial. La inversión como ancla de la economía, los equilibrios macroeconómicos y el clima favorable de negocios debe continuar como norte. El problema es cómo nos paramos ante los nuevos problemas. El problema es el problema no es el modelo.