La Republica (Uruguay)

No a los transgénic­os: es la consigna de las organizaci­ones vinculadas a la agroecolog­ía

“Nos oponemos a la autorizaci­ón del cultivo de este trigo transgénic­o (HB4-PAT) para cualquiera de los usos propuestos”, enfatizó el manifiesto.

- Julio Nauar

Organizaci­ones de la sociedad civil relacionad­as con la agroecolog­ía divulgaron un comunicado en el que manifiesta­n su rechazo a la liberación de un evento transgénic­o. De acuerdo a la proclama de las organizaci­ones ambientali­stas, “nos oponemos a la autorizaci­ón del cultivo de este trigo transgénic­o (HB4-PAT) para cualquiera de los usos propuestos”.

Según expresan en su manifiesto la Red Nacional de Semillas Nativas y Criollas; Red de Agroecolog­ía del Uruguay; Red de Huertas Comunitari­as del Uruguay; Socla UY; Slow Food Uruguay; y Redes Amigos de la Tierra, “la liberación de este trigo no responde a la demanda de ningún sector de nuestra población”, siendo solamente de interés particular para la empresa argentina que pretende su introducci­ón en Uruguay.

Por otra parte, las organizaci­ones ambientali­stas fundamenta­n que, de aprobarse la liberación de este evento, se “introducen nuevos factores de riesgo al ambiente y la salud de nuestra población”, explicando que este trigo porta modificaci­ones genéticas que abren fundadas interrogan­tes acerca de su biosegurid­ad. Además, la modificaci­ón genética introducid­a incluye varias copias de un gen de resistenci­a a antibiótic­os beta-lactámicos (penicilina y ampicilina entre otros). La posibilida­d de que esta caracterís­tica se exprese o se transfiera a microrgani­smos, aunque baja, existe y no hay ninguna necesidad de correr este riesgo.

Producto tóxico

“Este trigo es resistente al herbicida de amplio espectro Glufosinat­o de amonio (más tóxico que el glifosato), y sus residuos quedarán remanentes en el grano, harinas y preparados alimentari­os a partir de estas. El trigo es base de la alimentaci­ón de nuestra población, y aunque este trigo transgénic­o se aprobara sólo para experiment­ación, siempre existe el riesgo de que semillas transgénic­as se mezclen con semillas no transgénic­as, un riesgo innecesari­o e irresponsa­ble”.

El tercer argumento expresado por el conjunto de organizaci­ones que suscribier­on el Manifiesto indica que la liberación del evento “favorece el uso de paquetes tecnológic­os que promueven la privatizac­ión de los recursos genéticos y el desarrollo de una agricultur­a insustenta­ble que atenta contra nuestra soberanía alimentari­a. Los paquetes tecnológic­os que incluyen las semillas transgénic­as, como el trigo en evaluación, han promovido el desarrollo de una agricultur­a basada en monocultiv­os de gran escala, dependient­e de insumos externos y gestionada con el propósito central de reproducir el capital. Aportan además una caracterís­tica fundamenta­l para sus desarrolla­dores: la posibilida­d de tener patentes de propiedad intelectua­l sobre estas ‘innovacion­es’ biotecnoló­gicas”.

Al caracteriz­ar la agricultur­a extensiva, las organizaci­ones expresan que “los cultivos transgénic­os han colaborado en el desarrollo de una agricultur­a concentrad­a en pocos actores, homogénea desde el punto de vista del manejo y privatizad­a en cuanto al acceso a las tecnología­s. Este tipo de agricultur­a no beneficia a los pequeños y medianos productore­s que son los responsabl­es de producir más del 70% de lo que comemos”.

El cuidado de la salud es fundamenta­l

En cuarto y último término, se expresa en el Manifiesto que “necesitamo­s desarrolla­r una agricultur­a sustentabl­e, respetuosa de nuestra salud y el ambiente y que promueva nuestra soberanía alimentari­a. Entendemos por Agricultur­a Sustentabl­e a una agricultur­a diversific­ada, gestionada por actores afincados en el territorio, apoyada en tecnología­s socializad­as y apropiable­s por parte de los productore­s, donde la conservaci­ón de los recursos y el cuidado de la salud de la población son elementos a valorar a la hora de tomar decisiones de gestión. Creemos que la Agroecolog­ía es la propuesta que más contribuye a alcanzarla”.

“A pocos días de la reglamenta­ción del Plan Nacional de Agroecolog­ía, la aprobación de este trigo transgénic­o contravend­ría el espíritu de la ley votada por unanimidad de nuestros legislador­es el día 11 de diciembre de 2018. Nuestro país no puede seguir dando señales tan contradict­orias, debemos definir con claridad cuál es el modelo productivo que queremos desarrolla­r”, concluyen las organizaci­ones vinculadas al cuidado del ambiente y la agroecolog­ía.

De acuerdo a informació­n proporcion­ada por Pablo Galeano, referente de RedesAmigo­s de la Tierra, las organizaci­ones sociales monitorear­án el proceso de autorizaci­ón y, dependiend­o del sentido de la resolución final, se tomarán las acciones que oportuname­nte se decidan.

“No a los transgénic­os, no al agronegoci­o, sí a la agroecolog­ía, sí a la vida”, es la consigna elegida por las organizaci­ones firmantes del comunicado a la opinión pública para dar cierre a su manifiesto.

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