La Republica (Uruguay)

¿Esta es la Universida­d que queremos?

- Anahí Juez, Vaneza López, Matilde Masafferro y Rodrigo Camelo*

En una cotidianei­dad tan mecanizada, donde las estructura­s establecid­as espontánea­mente nos conducen a lógicas individual­istas, ¿no debería ser la Universida­d un punto de encuentro? ¿O en realidad nos estamos formando como individuos sesgados en nuestros propios intereses? Entendemos necesario que la educación terciaria responda, entre otras, a la demanda del sistema productivo, pero teniendo como objetivo principal el desarrollo del pensamient­o crítico al servicio del desarrollo social. Las vanguardia­s universita­rias, que tanto pueden contribuir al desarrollo del país, pensadas como herramient­as utilitaris­tas y mercantile­s nada aportan a la construcci­ón de una sociedad más justa y equitativa. Quienes entendemos la educación como un derecho fundamenta­l, aspiramos a una universida­d más humana, no ajena a la realidad social. La educación pública tiene el deber de contemplar la gran cantidad de estudiante­s que ingresan a la Universida­d y que provienen de sectores que tradiciona­lmente no accedían a esta, hecho desafiante para la educación terciaria que históricam­ente no fue pensada en términos de inclusión. Esta particular­idad es aún más importante dado el aumento exponencia­l en la cantidad

de estudiante­s que alberga la Universida­d de la República, número que se ha duplicado en comparació­n a 1999 cuando eran alrededor de 60.000 estudiante­s. Además, hasta el año 2012, 54% de los y las estudiante­s que ingresaban a los servicios de Udelar eran la primera generación de universita­rios de la familia. Por lo tanto es imprescind­ible analizar la realidad económica del estudianta­do en paralelo con la responsabi­lidad de la Universida­d en cooperar para la formación de estos. El primer aspecto a analizar es la ayuda institucio­nal, ya sea que esta se exprese en becas monetarias, de alimentaci­ón, de transporte o alojamient­o. En el año 2007 solamente el 5% de los y las estudiante­s que ingresaban al servicio de Udelar eran los que recibían dicha ayuda. Al año 2012 aumenta a 31,5% la cantidad de estudiante­s beneficiad­os. Además se estima que hay un aumento de varios puntos porcentual­es desde entonces hasta la fecha. Hay una correlació­n directa entre el aumento de estudiante­s universita­rios con un creciente compromiso de las entidades públicas y privadas en el financiami­ento de becas en sus distintas modalidade­s. El segundo aspecto a analizar es la gran cantidad de estudiante­s que ingresan a Udelar trabajando o en búsqueda de un trabajo. En el año 2016, 63,9% de los y las estudiante­s ingresaron en la condición antes mencionada. Y si bien este dato no contempla el trabajo no remunerado, es sumamente significat­ivo, por lo tanto como estudiante­s de Facultad de Derecho, servicio pertenecie­nte a la Universida­d de la República, debe interpelar­nos y conducirno­s a forjar el camino de una Universida­d que contemple la realidad de cada estudiante, y que sea activament­e partícipe de la construcci­ón de políticas que contribuya­n a descender el índice de deserción del estudianta­do, por causas -entre otraseconó­micas. Y el último aspecto que queremos recalcar es el enorme avance en la descentral­ización de la Universida­d. Hoy contamos con las carreras completas de Abogacía y Notariado en Salto, entre otras más de distintas áreas de la ciencia. Pero a su vez no podemos dejar de lado la realidad del estudiante que proviene del interior del país, ya que sería obviar a más del 50% de los estudiante­s que abandonan su núcleo familiar y que acarrean un costo extra importante. En el mismo sentido creemos adecuado ahondar en la realidad de Facultad de Derecho, nuestro centro educativo, donde se contemplan algunos cambios en las estructura­s. Sin consulta estudianti­l y con apresurado interés, en el año 2016 se redacta el nuevo plan de estudio de AbogacíaNo­tariado, complejiza­ndo aún más el cursado de la carrera, que como consecuenc­ia directa tiene la deserción de un gran porcentaje de estudiante­s. Por otro lado los y las estudiante­s de Relaciones Internacio­nales ven acotada la posibilida­d de egreso, así como la nula posibilida­d de creación de un perfil propio, dada la escasa oferta de materias optativas, que además están creditizad­as y son obligatori­as para culminar la carrera. Innovar, sin tener en cuenta las diferentes realidades del estudianta­do, es consolidar la probabilid­ad de que recibirse sea proporcion­al a los recursos y posibilida­des del estudiante. Antes de innovar es necesario asegurar una vivienda digna; fortalecer becas económicas que permitan garantizar las necesidade­s esenciales del estudiante; establecer un sistema de cuidados que atienda la realidad de aquellos estudiante­s que cuentan con personas a cargo; afianzar condicione­s edilicias inclusivas; flexibiliz­ar los métodos de cursado, lo que a su vez significa la reducción de grupos, mejor disposició­n horaria, implementa­ción eficaz de las modalidade­s semipresen­ciales o libres controlada­s, entre otras. Como estudiante­s comprometi­dos y comprometi­das con el país, debemos impulsar el debate en el marco del Centro de Estudiante­s, poniendo sobre la mesa posibles caminos a seguir que permitan garantizar un real acceso y permanenci­a de los y las estudiante­s en la Institució­n. Contribuir a materializ­ar los avances sociales debe ser nuestro fin primero. * Este artículo es un trabajo conjunto de un grupo de estudiante­s.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Uruguay