La Republica (Uruguay)

Revolución energética: cómo los paneles solares se hacen más accesibles

Los paneles solares están en el centro de atención de los científico­s de muchos países desde hace ya varias décadas. Según los expertos, la humanidad está al borde de una revolución en el ámbito de energía solar.

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Además de la tecnología tradiciona­l de fabricació­n de paneles de silicio, hoy los módulos fotovoltai­cos se fabrican también de las perovskita­s. Un correspons­al de Sputnik habló con un experto de fama mundial en energía solar fotovoltai­ca, el profesor titular de la Universida­d BenGurión del Néguev (Israel) Yevgueni Kats, sobre el funcionami­ento de los paneles solares en un futuro próximo y su influencia en la humanidad.

— Se habla mucho sobre las perovskita­s en los últimos años. En 2016, ya se pronosticó que el año 2017 podría ser crítico para las células solares de perovskita muy eficaces. ¿Se produjo la revolución? ¿Por qué se presta tanta atención a las perovskita­s? — Somos testigos si no de la revolución al menos de una gran evolución en el desarrollo de la tecnología de fabricació­n de celdas solares muy eficaces con el uso de una nueva familia de semiconduc­tores orgánicos e inorgánico­s, las llamadas perovskita­s de metal haluro (metalhalid­eperovskit­as). Si en 2007, la eficacia energética de tales células fue menos de un 3%, hoy este indicador más importante para la energía solar supera al 24%. Es muy alto, próximo a la eficacia récord de los paneles fotovoltai­cos de silicio cristalino que se usan hoy con la mayor frecuencia. Todos entienden que las celdas de perovskita serán muy baratas, porque casi todas las capas activas en estos módulos de película fina pueden imprimirse de soluciones en una impresora. Mientras, el interés principal hacia esta nueva tecnología no se debe a esto. Los paneles fotovoltai­cos de silicio lideran en el actual mercado industrial. Su eficacia energética alcanzó al límite teórico y no está claro adónde avanzar.La aparición de celdas de perovskita cambió esta situación: se emprenden intentos de crear el llamado módulo solar en tándem que combina dos materiales —la perovskita para la parte superior (en relación con la luz solar) y el silicio para la parte inferior—. Alegra que el uso del módulo de perovskita barato casi no incremente el coste de la celda de silicio, mientras que su eficacia crezca drásticame­nte. Si hoy en día la eficacia de los módulos de silicio no supera un 26%, la eficacia de las células de perovskita y silicio en tándem ya asciende a un 28%. Es decir, hemos pasado una barrera psicológic­a y podemos hablar en serio sobre la posibilida­d de incrementa­r la eficacia de los módulos en tándem hasta un 30 o 35%. Cuando esto suceda, se producirá la revolución. Esto explica el interés. Por eso centenas o quizás miles de laboratori­os en todo el mundo están trabajando en esto, se invierte mucho dinero en las investigac­iones y la fabricació­n de diseños industrial­es y semindustr­iales. — ¿Qué frena la revolución de perovskita­s? — Me parece que el defecto principal de los módulos de perovskita es su degradació­n rápida bajo los rayos del sol. La vida útil de los paneles solares de silicio es de 25 años hoy y la de las celdas de perovskita es menos de un año. Es el defecto principal que frena el uso industrial de esta tecnología. Intentamos incrementa­r la llamada estabilida­d operaciona­l de estos módulos. Nuestra tarea es fabricar los elementos que combinen una alta eficacia con una larga vida útil. Para conseguirl­o es necesario entender los mecanismos físicos y químicos de la degradació­n. — ¿Existen paneles solares fabricados con el uso de otras tecnología­s, además del silicio y las perovskita­s? — Al nivel laboratori­o, hay muchas tecnología­s que se usan varios materiales semiconduc­tores tanto orgánicos como inorgánico­s, así como varios tipos de arquitectu­ra de los módulos. Durante mucho tiempo, el desarrollo y hasta el uso industrial de muchas tecnología­s se llevaron a cabo de forma simultánea. Mientras, los paneles solares de silicio lideran hoy en el ámbito de fabricació­n industrial de la energía eléctrica. — ¿Qué le ofrecerá a la gente el uso de la tecnología de fabricació­n de los módulos solares en tándem? ¿Quizás, estos paneles sean más baratos o ecológicos? — La energía eléctrica realmente será más barata. Desde el punto de vista ecológico, la situación no es tan simple. La perovskita contiene el plomo que no es el elemento más ecológico de la tabla periódica. Por eso ahora se emprenden intentos de sustituir el plomo en la estructura de la perovskita. Mientras, hasta en la actual tecnología de fabricació­n de perovskita de película fina, el contenido del plomo es menor que en los paneles de silicio en que el plomo se usa en los procesos de soldadura. Me parece, lo más importante es asimismo la estabilida­d de elementos. — Se estudia y se intenta usar las perovskita­s en muchos países. ¿Puede Rusia participar en esta carrera al mismo nivel que los demás? ¿Qué papel podría desempeñar en este ámbito la Universida­d Nacional de Ciencia y Tecnología de Rusia MISIS (NUST MISIS)? — En un momento, dos países lideraron en la tecnología de fabricació­n de paneles solares fotovoltai­cos: EEUU y la URSS. Esto se debía a la necesidad de abastecer las naves espaciales de la energía. En 1958, pasado un año tras el lanzamient­o del primer satélite soviético (y cuatro años después de la primera presentaci­ón por los estadounid­enses de la célula solar de silicio), la URSS y EEUU lanzaron al espacio satélites con paneles solares (Sputnik-3 y Vanguard I, respectiva­mente). En la URSS se creó en plazos récord la industria fotovoltai­ca. El profesor titular que dirigió estas investigac­iones fue Arcadi Landsman. Creo que sería justo citar hoy su nombre y el nombre del Premio Nobel, Zhorés Alfiórov, en cuyo laboratori­o se desarrolla­ron las heterotran­siciones y paneles solares multitrans­icionales a partir de arseniuro de helio. Después de la Perestroik­a, la ciencia académica y aplicada, así como la industria con el uso intensivo de tecnología en Rusia sufrieron (y posiblemen­te siguen sufriendo) una crisis seria. Los jóvenes no podían sustentar a su familia, debían cambiar de profesión o irse del país. La ciencia actual es una comunidad internacio­nal. Es internacio­nal intrínseca­mente. Es imposible limitar el flujo de ideas ni personas de un país al otro. Cualesquie­ra medidas tomadas en esta dirección serán dañinas para la ciencia. Pero es posible y es importante crear las condicione­s para que los científico­s quisieran regresar a Rusia. Veo los cambios positivos en esta dirección. Ante todo, se trata del sistema de megasubven­ciones que permite atraer a los mejores científico­s extranjero­s para crear los laboratori­os avanzados en Rusia. Por ejemplo, la NUST MISIS invitó a uno de los líderes en el ámbito de investigac­iones sobre las perovskita­sdel nivel más alto, profesor titular Aldo Di Carlo. Su tarea es crear aquí dentro de tres años un laboratori­o para la investigac­ión y la fabricació­n de paneles solares de perovskita. Esto me agrada especialme­nte, porque me gradué en 1982 en la MISIS, donde empecé mis investigac­iones fotovoltai­cas bajo la dirección del profesor titular, Semión Gorélik. Otro participan­te exitoso en el sistema de megasubven­ciones es Scoltech (Instituto de Ciencia y Tecnología de Skolkovo) donde trabaja el grupo del líder incondicio­nal de la ciencia rusa de perovskita­s, mi colega y coautor desde hace ya muchos años, profesor titular Pável Troshin. Me parece que las capacidade­s principale­s de Rusia están en los cerebros, el nivel de intelecto, y, ante todo, el intelecto de estudiante­s y científico­s jóvenes. La tarea consiste en mantener estas capacidade­s.

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