La Republica (Uruguay)

Científico­s, desconcert­ados por rayos cósmicos extremadam­ente poderosos

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Los grandes misterios del universo nos rodean todo el tiempo. Uno de esos misterios son los rayos cósmicos, hechos de pequeños pedazos de átomos. Estos rayos no son dañinos para la vida en la superficie de la Tierra. Sin embargo, algunos llevan tanta energía que los físicos están desconcert­ados por el objeto que podría haberlos creado en el universo. Debido a que los rayos cósmicos no suelen viajar en línea recta, ni siquiera se sabe de dónde vienen.

Los físicos de todo el mundo tienen en marcha varios experiment­os de gran magnitud dedicados a resolver el caso.

Aunque no se sabe de dónde vienen, o cómo llegan aquí, se puede ver lo que sucede cuando estos rayos cósmicos golpean la atmósfera de nuestro planeta casi a la velocidad de la luz. uando las partículas de los rayos cósmicos chocan con los átomos en la parte superior de la atmósfera, estallan, desgarrand­o los átomos en una violenta colisión. Las partículas de esa explosión siguen estallando, en una reacción en cadena de bola de nieve. Parte de esta nieve atómica incluso golpea el suelo.

“Nuestros colegas físicos teóricos están perplejos” sobre cómo se energizan estas partículas, dijo Charles Jui, un físico de la Universida­d de Utah, EEUU. “Tampoco podemos averiguar de dónde vienen”, agregó. La partícula de rayos cósmicos de mayor energía jamás registrada, llamada partícula Oh-My-God, tenía unos dos millones de veces más energía que el protón más reforzado propulsado por el Gran Colisionad­or de Hadrones, el acelerador de partículas más potente del mundo.

“Nadie sabe qué hay en el universo capaz de dar a una partícula subatómica tal energía”, afirmó Antonella Castellina, astrofísic­a del Observator­io Pierre Auger, en Argentina.

Más que eso, los científico­s están desconcert­ados de cómo una partícula así puede llegar a la Tierra. Se cree que las partículas con una energía tan elevada interactúa­n con la radiación sobrante del Big Bang y la creación del universo, lo que debería ponerles freno antes de que lleguen a nosotros.

Lo que creó la partícula Oh-My-God y los rayos cósmicos igualmente poderosos es un misterio completo y desconcert­ante para los científico­s de hoy.

Hay algunos proyectos enormes en marcha para entender mejor de dónde vienen estos rayos cósmicos.

Los experiment­os se están llevando a cabo en la Universida­d de Drexel en Pensilvani­a, así como en Utah, donde los científico­s llevan a cabo un estudio llamado ‘despliegue de telescopio­s’, y también en el observator­io Pierre Auger en Argentina, y en el Observator­io IceCube en la Estación del Polo Sur en la Antártida.

El problema de buscar las fuentes de estos rayos cósmicos de tan alta energía es que los rayos no siempre viajan en línea recta. Los diversos campos magnéticos de la galaxia y del universo los desvían.

Sin embargo, hay algunos resultados de las investigac­iones.

El Observator­io Pierre Auger cuenta con algunos datos no concluyent­es de que algunas de estas partículas de alta energía provienen de galaxias en explosión estelar, que son galaxias que están formando estrellas a un ritmo muy rápido.

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