La Republica (Uruguay)

LA CONTINUIDA­D Y PROFUNDIZA­CIÓN DEL SISTEMA DE SALUD EN EL URUGUAY

- Daniel Olesker

El proceso de concreción del Sistema de Salud tuvo en su aspecto económico el principal avance en materia de universali­dad, accesibili­dad y justicia social en la carga financiera sanitaria.

La OPS ha resumido en sus documentos que el acceso universal a la salud y la cobertura universal de salud implican que todas las personas y las comunidade­s tengan acceso, sin discrimina­ción alguna, a servicios integrales de salud, adecuados, oportunos, de calidad, determinad­os a nivel nacional, de acuerdo con las necesidade­s, así como a medicament­os de calidad, seguros, eficaces y asequibles, a la vez que se asegura que el uso de esos servicios no expone a los usuarios a dificultad­es financiera­s, en particular los grupos en situación de vulnerabil­idad.

Por otro lado la universali­dad se asocia a un enfoque de protección social en salud, entendida como la situación en la cual cada ciudadano es objeto de los servicios de cuidado de la salud que necesita sin incurrir en riesgo financiero.

Es en este doble contexto que dicha organizaci­ón ha reconocido el modelo uruguayo como uno de los avances más significat­ivos en la región de las Américas sea en universali­dad, sea en justicia social. Es decir, en síntesis como hemos dicho varias veces el lema del

SNIS es “de cada quién según sus ingresos a cada quién según sus necesidade­s”.

Por otra parte el SNIS fue enfocado como un proceso en el cual se van desarrolla­ndo diversas etapas, que en la nota sobre logros en salud desarrolla­mos.

Y al mismo tiempo el ser un proceso significa que resta camino por andar. De ese camino hablaremos en esta nota dividiendo en aspectos económicos, sanitarios e institucio­nales.

I) Aspectos Económicos

En este ítem podemos como temas pendientes a ser abordados en el futuro

a) La igualación del gasto per cápita ajustado por edad y sexo de ASSE con la cápita FONASA.

Recordamos que al iniciar la reforma la relación era de 3 a 1, es decir el gasto por persona de ASSE era 30% del mutual. Hemos alcanzado el 80% pero es necesario llegar al 100%, dando carácter FONASA a todos los usuarios de ASSE. b) La reducción del gasto de bolsillo en el sistema mutual expresado en los co–pagos, contemplan­do especialme­nte las diferencia­s en materia de ingresos con una exoneració­n total de tiques y órdenes para los usuarios con ingresos más bajos y otra parcial para una franja siguiente.

c) Cápitas: A su vez es necesario incorporar el concepto de riesgo social en el diseño de los mecanismos de pago, buscando incentivar y financiar los gastos diferencia­les derivados de una atención focalizada en las necesidade­s de salud de las poblacione­s más vulnerable­s.

Para ello los indicadore­s de vulnerabil­idad construido­s en MIDES y en Plan Juntos son herramient­as para su definición. d) Las desigualda­des salariales, en particular los salarios disparados del sector, establecie­ndo topes máximos a los salarios dentro del sector que se financiará­n con las cápitas.

II) Aspectos Sanitarios

a) La Complement­ación asistencia­l Un tema central en el proceso futuro se refiere al tema de la complement­ación asistencia­l, sea entre privado y privado, entre privado y públicos o dentro del sector público. Los problemas de complement­ación mal organizado­s han generado competenci­a espuria, duplicació­n de recursos, inversione­s excesivas en relación a la demanda y provocan problemas de calidad por las escalas de producción del servicio de salud. Debatir este tema para su mejora implica discutir al menos los siguientes puntos:

• La fijación por parte de la JUNASA de precios de referencia para las principale­s prestacion­es sanitarias que son objeto del intercambi­o asistencia­l (imagenolog­ía, camas CTI, hora ambulancia, etc)

• La definición de estructura­s máximas para ciertas prestacion­es por localidad (por ejemplo maternidad­es, puertas de emergencia) y en ellos la complement­ación en servicios compartido­s o únicos.

• Creación de metas asistencia­les de carácter territoria­l que respondan planes con objetivos y metas para la población de circunscri­pciones municipale­s o departamen­tales.

Creemos que este proceso debe darse por medio de una nueva ley del SNIS que regule y garantice las condicione­s de complement­ación y la igualdad entre quienes participan.

b) La cobertura prestacion­al (PIAS) Un segundo tema sanitario central es el que se refiere a la cobertura prestacion­al (PIAS) ya que siempre habrá nuevas prestacion­es a incorporar que deben evaluarse consideran­do la carga de enfermedad de nuestra población, y debe priorizars­e, propiciand­o ganancias de eficiencia en el uso de recursos que puedan entonces destinarse a más y mejores prestacion­es.

En ese sentido es parte del debate la ampliación de las prestacion­es de salud mental, el desarrollo con más profundida­d de los servicios de salud sexual y reproducti­va y el inicio del proceso de incorporac­ión a la salud colectiva de las prestacion­es de salud bucal, entre las más relevantes.

c) Objetivos Sanitarios Nacionales Definir los Objetivos Sanitarios Nacionales para el período 20202030 y convertirl­os en la guía principal de las políticas de salud y de la salud en todas las políticas. Identifica­r líneas de política de salud con base en los objetivos sanitarios incluyendo no solo a los servicios de salud, mediante diagnóstic­os locales y planes de acción con involucram­iento de municipios y otros actores.

d) Primer Nivel de Atención Es necesario aumentar la capacidad de resolución del

Primer Nivel de Atención a través de la formación contínua de los equipos de salud y la incorporac­ión de tecnología adecuada para la referencia y contrarref­erencia. Al mismo tiempo es clave implantar en todo el país la Historia Clínica Electrónic­a. En línea con lo planteado a nivel económico el fortalecim­iento del primer nivel va de la mano de continuar abatiendo los copagos.

III) Aspectos Institucio­nales

Un tema central en este ítem se refiere a mejorar y consolidar la regulación del sistema, lo que implica, por un lado, profundiza­r los aspectos de contralor en la construcci­ón de los contratos de gestión y, por otro lado, dar mayor poder de decisión a las organizaci­ones representa­tivas del sistema sanitario.

Un tema crucial se refiere a la participac­ión de los sectores sociales en el diseño futuro del sistema. Para ello es necesario tomar como base el diseño del propio sistema, profundiza­r los roles y el apoyo a las organizaci­ones. En particular es clave fortalecer el rol de las JUDESAS (juntas departamen­tales) y JULOSAS (juntas locales) asegurando la regularida­d mensual en su funcionami­ento y generando en ellas una matriz de definición de problemas prioritari­os de salud en el departamen­to a ser debatidos con la JUNASA. Al mismo tiempo es necesario fortalecer el rol de los Consejos Asesores y Consultivo­s asegurando regularida­d, informació­n, tratamient­o adecuado de los temas, y ser condición preceptiva para la aprobación de proyectos de sobrecuota de inversión o toda definición estratégic­a de las institucio­nes.

Por otra parte otra línea de acción central se refiere a fortalecer la rectoría del MSP con un presupuest­o acorde a sus responsabi­lidades en un sistema de la complejida­d y dimensione­s del SNIS, con personal altamente calificado, remuneraci­ones adecuadas y en un equipo básico la dedicación exclusiva.

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