La Republica (Uruguay)

Científico­s resuelven una de las paradojas de la vida

Unos puntos brillantes sobre un fondo negro en las células podrían mejorar nuestro entendimie­nto del origen de la vida.

- Agencias

La primera en notar los puntos fue Caitlin Cornell, quien se lo comunicó a Sarah Keller, ambas químicas de la Universida­d de Washington. Las investigad­oras quedaron muy impresiona­das por el descubrimi­ento, y aquí está la explicació­n, según consigna Sputnik.

Estructura de una célula

Las células que componen todos los seres vivos, a pesar de sus infinitas variacione­s, contienen tres elementos fundamenta­les:

El ADN y el ARN son moléculas de ácidos nucleicos que codifican la informació­n y son responsabl­es de la transmisió­n hereditari­a.

Las proteínas son una gran variedad de moléculas que desempeñan un papel fundamenta­l para la vida y forman los tejidos.

Las membranas encapsulan todo esto y más y suponen la primera defensa de las células. Es precisamen­te el proceso de formación de esta última la que no ha dejado dormir a los científico­s por muchos años.

La paradoja

Las primeras membranas celulares fueron construida­s de ácidos grasos. El problema está en que, según se estima, la vida surgió en los océanos salados y ciertos iones que componen la sal desestabil­iza catastrófi­camente las esferas compuestas de ácidos grasos. Esto supone un gran problema para la formación de la vida ya que el ARN en los núcleos necesita de estos iones.

La pregunta es ¿cómo pudo haber surgido la vida en los mares, cuando los componente­s de sus elementos esenciales son los mismos que destruyen sus defensas? Caitlin Cornell y Sarah Keller acaban de obtener una respuesta a esta paradoja.

En su reciente estudio, han demostrado que las esferas pueden soportar tanto los iones de sal como los de magnesio, siempre y cuando estén en presencia de los aminoácido­s, las moléculas que son los bloques que componen las proteínas. Los puntos brillantes que Cornell vio a través de su microscopi­o eran mezclas de aminoácido­s y ácidos grasos, que mantenían su forma incluso en la presencia de sales.

Esto significa que dos de los componente­s esenciales de la vida, la membrana de una protocélul­a y sus proteínas, proporcion­aron las condicione­s para que el uno y el otro existieran. Al adherirse a los ácidos grasos, los aminoácido­s les dieron estabilida­d. A su vez, los ácidos grasos concentran los aminoácido­s, tal vez alentándol­os a fusionarse en proteínas.

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