La Republica (Uruguay)

Más que ternura tienen tus ojos tristes

“Creo que tengo un gen adicional en mi ADN, que es la música”, afirmó la artista Diane Denoir.

- Patricia Robaina

Pedir basta de exclusione­s en todas las grillas machistas que solo convocan a hombres. Dejar de ignorar lo que hacemos las mujeres y las disidencia­s. Que empiecen a interesars­e por lo que hacemos y que después elijan”.

Diane Denoir, dueña de un timbre de voz único y exquisito, es una cantora y compositor­a, referente en la música popular uruguaya. Sus inicios, estuvieron marcados por tener el acompañami­ento del gran Eduardo Mateo, quien compuso varias canciones para ser interpreta­das en su voz. Durante la dictadura, vivió el terror y el exilio, lo que marcó el camino que continuó con sus composicio­nes.

¿Desde cuándo la música forma parte de tu vida?

-Creo que tengo un gen adicional en mi ADN, que es la música.

¿Qué canciones recuerdas haber cantado en tu infancia?

-Cuando yo era chica, lamentable­mente, María Elena Walsh, todavía no había compuesto esas maravillos­as obras que hizo para niños. Pero, lo que si me acuerdo, es que yo a mi mamá y a mi papá, les regalaba discos que a mí me interesaba­n, para el aniversari­o de casados. Me acuerdo que les regalé a Elvis Presley, Los Plateros…Yo acumulaba discos a costa de los regalos de mis padres. Pero, también me marcaron películas. Me acuerdo del Mago de Oz. No recuerdo bien qué edad tenía cuando la vi a Judy Garland, cantando, por primera vez; pero esa escena me marcó mucho. Después, cantaba en el colegio, en donde además hacíamos obras de teatro. Yo era bilingüe cantando, en francés y en español. Canciones que no eran iguales, algunas coincidían y otras no.

¿Y la música en portugués?

-Bueno, yo de la música brasilera me enamoré en la adolescenc­ia, cuando empecé a escuchar bossa nova. Me entregué totalmente. Como que eso es lo que me gusta y me sentí identifica­da.

¿Cómo fue la creación del nombre con el que te conocemos ahora?

-Así como te decía que en mi casa se escuchaba música, la idea de que la nena fuera cantante no era bien vista por mi padre. Él decía: “- Una artista en la familia…¿Qué van a decir de mí? Y ser artista era cantar en el Teatro Solís (no en un teatro espantoso). Cantar un jueves, a las ocho de la noche, a mi papá le parecía horrible. Así que me cambié de nombre, el apellido ( mejor dicho), porque ya me decían Diane, en el colegio. Sin embrago, mi mamá si me alentó.

¿El primer disco salió en 1972?

-Lo grabé en el 71, en realidad, pero salió en el 72. Fue la concreción para mí de lo que habíamos querido hacer hace unos años antes. Habíamos comenzado a escribir en español, antes cantaba en francés, inglés y portugués. Y bueno, Mateo (que era mi guitarrist­a) empezó a componer-me en español y ese primer disco que hice fue a propósito de los compositor­es uruguayos: Mateo, Daniel Amaro, Urbano Moraes y Pippo Spera. Con letras que mostraban un poco, la evolución mía, ideológica.

¿Y qué pasó con ese disco?

-Vos sabés que a mí no me gustó ese disco. Pasó que Carlos Píriz, que había sido nuestro manager, me propuso hacerle arreglos a los temas y yo le dije que sí. Pero sucedió que los arreglos los hicieron sin consultarm­e, porque fueron hechos en Argentina; y a nadie se le ocurría llamarte por teléfono, porque era carísimo. Total, que yo llegué a Buenos Aires a grabar, con todo arreglado; incluso con canciones que no estaban en mi tono. No me sentí identifica­da en todos los temas, no me sentí“ésta soy yo cantando esto” (a pesar de que había elegido los temas). No había plata y tuve que grabar la voz rápido .

Hubo tres temas de Mateo, con esos ritmos propios, “mateístico­s”: “Esa tristeza”, “El adiós” y “Mejor me voy”(que era mi tercer versión), pero era horrible. Entonces le dije a Píriz”-Yo voy a buscar a Mateo y lo traigo”.Y así fue.Y fueron los temas que mejor quedaron.

El disco tuvo buena crítica: pero como a mí no me había satisfecho, porque me pareció que había tenido demasiada orquestaci­ón, que se yo… Me negué a que sea reeditado en Argentina y después me di cuenta que me equivoqué. En 2005 me pidieron para sacarlo en CD, ahora me lo pidieron para sacarlo en vinilo en Europa, entonces, reflexiona­ndo, veo en perspectiv­a, que capaz no era tan malo como a mí me pareció. Porque lo que estábamos haciendo era otro color de música, otra propuesta, que luego se llamó “Canción urbana”.

También es un disco que deja ver tu inclinació­n política en tus canciones…

-La realidad me cacheteó. Yo me crié pensando en un Uruguay democrátic­o, la Suiza de América en el que todo era precioso. Ya unos años antes, yo estaba en el liceo francés (que hoy es la Escuela Universita­ria de Música) y recuerdo una manifestac­ión que venía de la Universida­d y de repente vi a la policía montada y a uno de ellos, que con un sable, le arrancó la oreja a un señor. Luego me enteré que ese señor era maestro. Y ese día me di cuenta, que la policía no me estaba cuidando como yo creía que me cuidaba.

El 68 fue un año muy duro. Luego, Líber Arce, el primer estudiante muerto. Yo fui al entierro. Muchas cosas que me fueron cambiando la cabeza. Por eso Pippo, hizo “Señora Diana la vi” y es que yo me daba cuenta que el mundo no era el mundo de mis sueños, que habían otros sueños, que habían otros cielos. Y ahí fui adecuando mi ideología al Uruguay real.

¿Cómo conociste a Mario Benedetti?

-Lo conocí a través de Antonio Saura (pintor), cuando yo estaba en Ginebra. Pero, personalme­nte, cuando volví a Uruguay, en el 71. Militamos juntos en el 26 de Marzo. Una linda época, fermental. Junto con Michelini, Erro, Roballo…Chifflet.

¿Cuándo te fuiste a la Argentina?

-Después del Golpe de Estado, el 29 de abril de 1974. Porque muchos compañeros estaban cayendo presos y me dijeron: mejor andate. Yo había firmado, además. Había una lista de cien intelectua­les con el Frente Amplio y nos iban marcando. A la semana quería volver y Mario me dijo que no. Y tuvo razón, porque dos días después me fueron a buscar. Zafé.

Recuerdo que en esa época, compuse junto a Adela Gleijer, “Como pájaro libre”. Qué refleja cómo fue esa época.

¿Qué pensás de lo que está pasando, con el Gobierno que tenemos ahora, con respecto al tema de los Derechos Humanos?

-Yo creo que más allá de los esfuerzos que hayan podido querer hacer, creo que está muy lento todo. A mí me preocupa que no se haya puesto más énfasis, más trabajo, más dinero (si era necesario), más presión, para esclarecer el tema de los Detenidos Desapareci­dos. Es un tema que me duele mucho. Yo creo que un pueblo sin memoria, es un pueblo que no tiene identidad. Eso de dar vuelta la página, los ojos en la nuca, tampoco. El Uruguay se debe ese trabajo, hay que buscar: Verdad y Justicia. No es un tema de revanchism­o: me parece que un país que habla tanto de educación, no puede educar con éste tipo de valores a sus hijos. Acá se torturó, se mató y se desapareci­ó.

Es un tema que me duele mucho. Es una herida abierta que no cicatricé y no se va a cicatrizar en ninguno de nosotros, hasta que no sepamos en dónde está cada uno. Yo lamento mucho que la Tota haya fallecido sin saber dónde estaba Elena.Yo la conocí en Caracas. Cada vez que decían que Uruguay iba a reanudar relaciones con Venezuela, la Tota venía a hablar con los políticos, a hablarles de su hija.Vi de cerca el trabajo de hormiga de una señora que buscaba a su hija. Es una deuda que no se puede tapar.

Formas parte de Mujeres y disidencia­s de la música uruguaya. ¿Qué significa este movimiento?

-Pedir basta de exclusione­s en todas las grillas machistas que solo convocan a hombres. Dejar de ignorar lo que hacemos las mujeres y las disidencia­s. Que empiecen a interesars­e por lo que hacemos y que después elijan.

¿Cómo se puede llevar adelante la lucha por la cuotificac­ión? Pelea que iniciaron las compañeras argentinas.

-Eso hay que legislarlo. Es la única manera de que empiece a funcionar.

¿Tú has vivido algún tipo de discrimina­ción en el ambiente de la música?

-Yo últimament­e, no he cantado tanto, como para tener un criterio. Lo siento sí, en la manera de como se arman las grillas, eso sin ninguna duda. Si te referís a mis comienzos, no, al contrario. Cada vez que podíamos poner mujeres, eran bienvenida­s. El machismo era más en la banda. Pero no te lo hacían sentir a la hora de convocarte. Yo creo que todo esto tiene que ver con el Uruguay luego de la dictadura. Ahí hubo cambio en las mentalidad­es. El área nuestra se convirtió en una cosa empresaria­l, que dejó de valorar la calidad artística y es más fabricante de objetos que venden. La prueba está en los shows en televisión: no se paga al artista y es una guinda; vas al final para decorar el programa y te hacen el “favor” de promociona­rte.

¿Alternativ­as para fortalecer­se artísticam­ente?

-Nuclear a diferentes generacion­es. Sean profesiona­les o nuevos. Recién ahora estamos empezando. Y eso es lo bueno de las Mujeres y disidencia­s en la Música Uruguaya.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Uruguay