Macron y Le Pen preparan el escenario para nuevas batallas electorales
Convertidas en las principales figuras de la política francesa, en cuanto a resultados electorales, el presidente Emmanuel Macron y la líder de la extrema derecha Marine Le Pen aprontan sus armas con miras a los comicios municipales de marzo próximo.
Si bien no es poco lo que está en juego en esta cita, -la dirección de unas 36 mil comunas del país- ambos tienen de manera estratégica la mira puesta en las presidenciales de 2022, cuando Macron busque mantenerse en el Palacio del Elíseo y Le Pen conquistarlo.
En 2017, el dirigente de La República en Marcha (LREM) derrotó en la segunda vuelta a la fundadora de Agrupación Nacional (RN), fuerza heredera del Frente Nacional lanzado por su padre Jean-Marie Le Pen, para ser el más joven a sus 39 años en lograr el máximo cargo ejecutivo.
Sin embargo, en mayo pasado, RN aventajó por estrecho margen a LREM en las europeas, 23,34 a 22,42%, elecciones que dejaron mal paradas a la derecha tradicional, representada por Los Republicanos (LR), y a la izquierda de La Francia Insumisa y los partidos Socialista y Comunista.
De acuerdo a los expertos y sus análisis, en 2022 volvería a repetirse el mismo duelo, a menos que ocurra alguna situación imposible de prever ahora, o el surgimiento de una figura capaz de retarlos, posibilidad que la mayoría descarta.
Después del verano, Macron regresó con un seminario el 3 de setiembre en el Elíseo para trazar la estrategia oficialista para las municipales.
LREM y el jefe de Estado tienen varios retos, pero tal vez el más grande de todos sea la reforma a la jubilación, criticada por amplios sectores y punto vulnerable potencial con vistas a los comicios.
Consciente del peligro, el primer ministro, Edouard Philippe, encabeza en persona un proceso de consulta con sindicatos y patronos para tratar de calmar los ánimos, pero sin resultados favorables hasta el momento, si se tienen en cuenta las notables protestas de los últimos 10 días y los anuncios de nuevas.
Una de las apuestas de Macron parecer ser potenciar la eficiencia de sus ministros, lo que daría a los electores una imagen siembre añorada de cumplimiento de promesas y proyectos, y de menos burocracia.
En ese sentido, según el diario Le Figaro, el mandatario lanzó advertencias a sus funcionarios, en una reunión el 11 de septiembre, de que vigilaría de cerca su labor, contando para ello con una novedosa aplicación telefónica.
Unos días después, alertó a sus filas sobre ‘lo mortal que es en la política la división’, un mensaje para quienes antepongan sus proyectos al de LREM, como el matemático y diputado oficialista Cédric Villani, candidato disidente a la Alcaldía de París, lo que pudiera garantizar en marzo la reelección a la socialista Anne Hidalgo.
Le Pen a la carga
Alejada del escenario mediático en los meses veraniegos, Le Pen lanzó su campaña política el domingo desde la sureña localidad de Fréjus, donde acusó a Macron de protagonizar ‘una era’ generadora de una sociedad en la cual“nada es seguro, ni el empleo ni la edad de jubilación”.
A diferencia de su fallecido padre, la líder de RN apela a la flexibilidad cuando puede sacarle provecho, y eso significa lo mismo abrazar un discurso ecologista que llamar a la unión en torno a su seno de gente de derecha y de izquierda o de reconocer la existencia de los chalecos amarillos como una respuesta ‘al miedo de los franceses al futuro’.
Es una posición electoralista, que la hemos visto otras veces, por ejemplo en Nicolas Sarkozy, pero en realidad, ni él ni su partido han hecho nada al respecto en dos años y medio, aseveró en el canal BFMTV la diputada, conocida por su discurso antiinmigrante.
Le Pen fustigó además el proyecto de reforma a la jubilación, un paso inteligente, teniendo en cuenta que nada hace ahora mismo más vulnerable a su rival que este tema.
El camino hacia las urnas apenas comienza, así que resta mucho por ver, ataques sobre todo.