La Republica (Uruguay)

UN FUNDADOR DEL FRENTE

- W.Marino,

Un fundador del Frente Amplio. Sí, un fundador anónimo de esos que no estuvieron en la foto, pero sí en la difusión de las ideas de esa creación política de izquierda, que daba cavidad a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, de izquierda y progresist­as. ¡Cuántos hubo!: cien, mil, decenas de miles, tal vez. Era la época en que teníamos muy poca prensa. De TV, ni pensar. Las radios eran, salvo dos o tres emisoras en Montevideo y alguna muy perdida en el Interior, blancas o coloradas, en ocasiones ni con dinero se podía contratar un espacio radial. Pero así era la libertad de prensa de este país. Un compañero, que a edad tempana, allá por 1967, supo embarcarse de marinero en la marina mercante de este bendito país, el marinero uruguayo tenía fama de muy habilidoso y trabajador, además de poseer Uruguay una flota bastante grande en barcos de ultramar y de cabotaje. Fue dirigente sindical y militante, sindical y político, de esos que cuando estaban en tierra salían de pintada o pegatina, de los que charlaban con el vecino o el ocasional “amigo” del boliche.

Podemos decir que era un militante, con todas las letras, Era un militante en lo sindical, pero también en lo político. Creemos que todo el siglo XX estuvo bajo ese parámetro. La mayoría estaban para las 8 o 10 horas de trabajo en fábricas, talleres, en la construcci­ón, o de peones cargando bolsas, saliendo de su centro de trabajo rumbo al sindicato, o a su grupo político. Con reuniones en ocasiones muy tensas, por no decir de “rompe y raja”. Reuniones que culminaban, casi cuando había que entrar a trabajar. Había que parar la olla, había que cuidar el trabajo. No era la época en que la diligencia sindical tenía horas asignada por ley. NO. Era la época en que había que llegar y ponerse a trabajar en lo público y en lo privado, había que salir a quemar suela o alpargata.

1971, año glorioso, pero muy difícil para el militante de a pie. Año electoral, año de Medidas pronta de Seguridad impuestas por el gobierno colorado de Pacheco, un año más de autoritari­smo, de los Sanguinett­i, los Manini Ríos, los Pachecos, la JUP, la escalada militar que avanzaba cada vez más, para incidir en las elecciones que podía llevar a la Presidenci­a un partido que surgía a la luz política un 5 de febrero. El Departamen­to de Estado con la CIA a la cabeza, proclamaba a través de los militares brasileños que “impedirían que la izquierda llegara al Gobierno como en Chile”. La izquierda toda se unía por primera vez en Uruguay, socialista­s y comunistas, cristianos y ateos, blancos y colorados, los de overol y los de traje. Todos unidos con una sola meta: un Uruguay de todos y para todos.

Llegan las elecciones el 28 de noviembre, días antes por Avda. Agraciada, hoy Libertador, el país entero vio una de las manifestac­iones más impresiona­ntes de la historia, de cierre de campañas electorale­s, hay quien dice que éramos más de 250 mil almas en las calles. El susto de los personajes políticos fue terrorífic­o. El diario de la dictadura, sí, el que apoyó y cantó loas al golpe de Estado, El Día, los diarios de los Manini Ríos, La Mañana y El Diario, al igual que los tres canales de TV y junto a las decenas de radios todas de derecha, no salieron nunca de su asombro. La historia oficial de este país aun no fue contada en todo su esplendor. No solo los ataque con resultado de muerte en Rocha que recibió la Caravana de la Victoria del Frente Amplio, sino los ataques constantes que recibían los militantes frenteampl­ista, en su militancia en agitación y propaganda. Luego el conteo de votos en el Cilindro Municipal, los colorados no realizaron ningún fraude, simplement­e hubo más votos que votantes, ¿o no? Mi viejo compañero de andanzas del puerto por esa elecciones me decía antes de partir hacia el más allá: “Nada ni nadie puede sustituir al militante, sin ellos la izquierda NO existe”. Y esto lo volvimos a ver en estos días de movilizaci­ones frenteampl­istas, el banderazo de La Teja, ideado y organizado por el Comité 25 de Mayo (E), la gran movida en el Buceo y el “gran banderolaz­o” organizado por las coordinado­ras A y B el domingo 22 en la Playa Ramírez, Parque Rodó. Esos tres hechos han demostrado el poder de movilizaci­ón de las bases frenteampl­istas. Sin llamarnos a conformism­os las movilizaci­ones deben seguir decía un compañero muy eufórico el día lunes.

El 5 de octubre es otra gran jornada planteada desde los cimientos mismos del Frente Amplio, la misma consiste en visitar unas 100.000 casas en Montevideo. ¿Quiénes saldrán en esa recorrida? Los militantes de las zonas, los dirigentes sectoriale­s, los candidatos a todo nivel. ¿Para qué? Para entregar materiales y seguir charlando con el vecino y en especial aquel que nos votó y hoy anda un poco enojado.

Esto es la ola esperanza, nos decía un militante, esto forma parte de algo que se dejó de realizar, pero hay que hacerlo. El Frente NO se debe de olvidar que vamos por el

Cuarto periodo a nivel nacional y por el séptimo a nivel de Montevideo. Siempre con un solo Programa que sale de propuestas de nuestras Bases, que se discute en un Congreso. Eso es importante, para el país y el Frente. Pocos recuerdan la frase, que llevó a la realidad, aunque con enojo de la derecha pituca. En 1989 fue electo Tabaré Vázquez intendente de Montevideo, la injusticia social campeaba en la capital del país, entonces dijo y llevó a cabo: “Prefiero darle de comer a un niño que tapar un pozo”. ¿Cuántos niños comieron? Eso es el Frente, sensibilid­ad ante los problemas de la gente que sufre. Hoy debemos destacarlo: NO HAY NIÑOS PIDIENDO EN LAS CALLES, gracias a los programas llevados a cabo por el Frente Amplio, el de la bandera de Otorgues, la roja, azul y blanca.

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