Liverpool casi lo pierde por dejarse estar

Los reds iban 3-0 en la primera media hora de partido, se dejó estar y el Salzburgo lo empató. Sobre el final, Salah marcó el 4-3. El vendaval rojo en que se convirtió el Liverpool desde la llegada de Klopp es increíble. Los reds juegan rápido, dinámico, hacen un desgaste casi inhumano en cada partido, pero obtienen resultados.

Este miércoles se enfrentaron al RB Salzburgo austríaco, que resistió como pudo las embestidas de los de Anfield. Al principio, los “Toros” fueron directamente al área rival, pero descuidaron la suya, y el Liverpool no perdona. Sólo media hora de partido había pasado y los ingleses ya iban 3-0 arriba. Sadio Mané, figura descollante, participó en la mayoría de los ataques del Liverpool, además de marcar el primer gol a los nueve minutos. A los 26, Robertson luego de gran una jugada colectiva marcó el segundo, y Salah diez minutos más tarde marcó lo que parecía la sentencia del partido.

Todavía estoico, el Salzburgo continuó atacando, hasta que Hwang, antes del descanso, marcó el 3-1 con un tiro preciso. Minamino, con una volea, volvió a descontar y los austríacos se pusieron a tiro a los 56 minutos. Haaland, desde el banco, empató el partido 3-3 a los 60.

El Liverpool no lo podía creer. Pasaron de tener un partido liquidado a verse con un empate 3-3 y un rival envalentonado que no paraba de atacar. Fueron nueve minutos agónicos, hasta que luego de una jugada entreverada, Salah superó a la defensa y definió ante la salida del arquero rival. Era 4-3 y los reds respiraban.

En lo que quedaba de partido, los de Anfield aguantaron y se llevaron un sufrido 4-3 junto con una lección: no dormirse en los laureles.