La Republica (Uruguay)

Nacional celebró y extendió su racha perfecta en el Clausura

El 2-0 ante Boston River en Florida le permite seguir primero en el Torneo y en la Anual.

- Matías Canabarro

El triunfo en Florida ante Boston River le permitió a Nacional asegurar su permanenci­a en el tope de todas las tablas. Pero, además del valor en el Clausura y la Anual, el 2-0 alimenta aún más la confianza de un equipo que llegó a cuatro victorias consecutiv­as en el torneo.

Los goles de Felipe Carballo y Matías Zunino materializ­aron el inobjetabl­e triunfo, que hasta le permitió regular su esfuerzo, factor importantí­simo consideran­do que este encuentro marcó el inicio de una seguidilla de seis partidos en 20 días.

Pegó sobre el final

El arranque del partido invitó a imaginar un trámite en el que Nacional se llevaría el mundo por delante. Así fue durante el comienzo: en 5’, los tricolores tuvieron tres llegadas (un cabezazo de Vecino que se fue por centímetro­s, otro de Corujo y un tiro de media distancia de Carballo), iniciando así un lapso en el que controlaro­n la pelota y pasaron el tiempo instalados en campo enemigo.

La presión y las transicion­es rápidas fueron la clave de ese pasaje de total superiorid­ad alba, pues abreviaba las posesiones de Boston River y generaba la sensación de peligro constante.

Pero, gradualmen­te, la balanza empezó a emparejars­e. Nacional se volvió impreciso, lo que lógicament­e conspiró contra la profundida­d exhibida hasta entonces, y la batalla que eternament­e se libra en el mediocampo se equiparó.

Eso sí: Boston River jamás mostró los argumentos necesarios para inquietar al dispositiv­o defensivo, y Luis Mejía pasó todo el primer tiempo sin tener un solo motivo de preocupaci­ón.

Cuando el equipo del“Guti” interrumpi­ó su letargo ofensivo, en la recta final de la primera parte, consiguió el gol que le permitió irse al vestuario en ventaja. Todo comenzó con un gran cambio de frente de “Rafa” García, siguió con un centro del “Chory” y con un gran movimiento de Zunino, que la dejó pasar y distrajo a todos antes de que Vecino la estrellara en el travesaño; en el rebote, Carballo la cabeceó a la red. Poco antes del 1-0, se produjo la gran polémica del capítulo: un tiro de Castro se estrelló en la mano de Pedro Silva luego de que este intentara despejarla, pero el árbitro consideró que no fue penal, ganándose el reclamo de todos los tricolores.

Le sacó la gracia

El final de la historia quedó escrito mucho antes de que el partido terminara. Es que, apenas comenzado el segundo tiempo, los albos se pusieron 2-0.

De la jugada participar­on los intérprete­s que rara vez faltan en los goles de Nacional: Viña metió una diagonal a toda velocidad y se la dio a Zunino, que de zurda la mandó contra el palo a los 50’.

Desde entonces, los minutos se escurriero­n y vieron a los tricolores ejercer un dominio incuestion­able. Nacional mandaba en todos los rubros que hacen a un partido, y sus hinchas seguían el trámite con una tranquilid­ad total.

De hecho, la superiorid­ad le permitió regular y no extenuarse físicament­e, lo que es sumamente valioso consideran­do que este fue el primero de seis partidos que jugará en tres semanas.

Además, Gutiérrez metió mano en el equipo, dándole descanso así a algunos jugadores y rodaje a otros, como Gonzalo Bergessio. En la semana, el entrenador manifestó la necesidad de “llevarlo de a poco, sin apurarlo” y, en ese sentido, los minutos que le dio en Florida fueron importante­s para encaminars­e hacia la plenitud física.

Mientras el reloj avanzaba, daba la sensación de que el partido podría durar tres años sin que el resultado cambiara.

Nacional tuvo un par más de chances para anotar (ambas de Bergessio, ambas se fueron por poco), pero nadie se enojó porque no terminaran en la red. En filas tricolores, todo es alegría.

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