Desde la era Guardiola y Tito (2011) y (2012-2013) ningún DT había superado el millar de pases.
El nuevo y ‘súper mejorado’ Barcelona de Quique Setién casi hace el ridículo ante un Segunda B en la Copa del Rey. No solo por acabar con su sambenito de no ganar en sus debuts o hacer debutar a un gran Riqui Puig sino también en lo referente al estilo (posesión y pases).
El Ibiza fue superior y contó con las mejores ocasiones del encuentro a pesar de casi no tener el balón en su poder. Replegó bien, juntó las líneas y salió a la contra cuando tenía que hacerlo. Plan potenciado por un equipo predecible, lento y muy apático en una circulación aburrida y horizontal.
Según OPTA, el Barcelona sumó 1.005 pases frente al Granada en un encuentro donde dominó el balón de cabo a rabo aunque lo cierto es que solo 203 fueron pases hacia delante.
Desde la era Guardiola y Tito (Barcelona-Levante 2011) y (Barça-Levante 2012-2013) donde se dieron 1.046 y 1.035 pases respectivamente, ningún técnico azulgrana había conseguido superar el millar de pases, aunque lo cierto es que 802 fueron dados hacia detrás, algo que demuestra que no fue tan efectivo.
En cuanto a la posesión es cierto que el Barcelona obtuvo un 82,6%, algo que solo el propio Guardiola había logrado superar (84% frente al Racing en 2011 y 83,9% ante el Levante en 2011), pero el Barça acabó ganando 1-0 con seis únicos tiros a puerta.
De hecho Busquets fue capitán general de la nueva idea futbolística acaparando el balón en gran parte del encuentro. Busi completó 157 pases con más del 92% de acierto en ello, un récord para el jugador barcelonés.
De hecho los 508 pases completados en la primera mitad sin ver puerta entran en el registro de LaLiga desde que se tienen datos de este tipo (2005-2006) un síntoma de que se circuló mucho el balón pero sin crear el pertinente peligro.
Mucho balón pero sin peligro en área contraria. Una lentitud cansina e inapropiada para un equipo con el talento y estirpe como el culé. Setién tardó en los cambios y tuvo que confiar, increíblemente, en las vacas sagradas para sacar la eliminatoria a partido único adelante.