Sánchez constata su divorcio con el PP que no dará la estabilidad de la legislatura
El presidente del Gobierno español, el socialdemócrata Pedro Sánchez, recibió en el Palacio de la Moncloa al presidente del Partido Popular, Pablo Casado, con quien pudo constatar la existencia de diferencias que impedirán el establecimiento de vías de colaboración para dar una mayor estabilidad a la legislatura, informó Sputnik.
“No hemos encontrado en Casado la actitud de colaboración que la situación de España requiere”, dijo al término del encuentro la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero.
Además, la Moncloa emitió un comunicado en el que se lamenta que “a pesar de su responsabilidad como principal partido de la oposición” el Partido Popular no se muestre dispuesto a colaborar en asuntos para los que se necesitan consensos parlamentarios, como la elaboración de los presupuestos generales o la renovación de los órganos judiciales. Por su parte, Pablo Casado negó estar instalado en una posición de bloqueo y contestó a la Moncloa afirmando que él tiene la “mano tendida” para alcanzar acuerdos con el Gobierno siempre y cuando Sánchez cambie algunas líneas fundamentales de su gestión. “El Partido Popular sigue con la mano tendida para llegar a pactos fundamentales para que él no tenga que depender de los independentistas, de los batasunos y ni siquiera en cierta medida de las personas más radicales del Gobierno”, dijo Casado. En concreto, Casado invitó a Sánchez a cambiar su política económica —reflejada en un cuadro macroeconómico en el que se intuye una intención por dejar atrás la austeridad— y, sobre todo, a renunciar a la creación de una mesa de diálogo con el Gobierno catalán.
Estas dos líneas son ejes centrales del programa con el que Sánchez consiguió ser investido a principios de año, por lo que la petición de Casado, más que tender la mano a una posible colaboración, supone una enmienda a la totalidad con la que se evidencia el divorcio entre oposición y Gobierno. El fracaso del encuentro entre Sánchez y Casado tendrá como primera consecuencia previsible el enquistamiento de reformas pendientes en la renovación de órganos como: el Consejo General del Poder Judicial, la Radio Televisión Española, el Tribunal de Cuentas y el Defensor del Pueblo.