La Republica (Uruguay)

¡CHAU, BONOMI!

- Julio Fernando Gil Díaz – El Perro Gil

La lluvia del miércoles 15 de enero de 2020 no solo trajo alivio a la ola de incendios forestales que afectó a varios puntos del sur del país; trajo también la soberbia literaria en forma de editorial de El País donde en una especie de despedida anticipada destiló todo el veneno acumulado en una década de constante ataque a su gestión. La mirada miope y aferrada en lo local será ampliada -segurament­e- en el siguiente lustro, donde ya leeremos argumentos asignando a la región el peso que siempre tuvo y del que no pudo escapar Uruguay (por más que lo hecho segurament­e haya minimizado notoriamen­te los efectos sufridos, lo que nunca reconoció ese medio). Y eso, siempre y cuando no se apele a sacarle protagonis­mo y presencia mediática a la crónica roja al asumir, el gobierno electo, la responsabi­lidad de administra­r la cartera más difícil del Poder Ejecutivo. Bonomi se fue, pero dejó mucho y lo saben.

El destilado editorial ocultó lo evidente, fundamenta­lmente, para los que hicieron parte misma de la gestión: los policías. Porque fueron ellos los que vieron dignificad­a su función con una mejor paga, uniformes decorosos, armamento de última generación, nuevas tecnología­s para combatir el crimen, flota vehicular como nunca existió, y con una capacitaci­ón permanente y de nivel terciario que hizo, hace y hará la diferencia de aquí en más. No ofendieron a Bonomi con ese editorial, ofendieron a los miles de policías que tuvieron en su gestión semejantes reconocimi­entos. Bonomi se fue sí, y está bien que lo despidiera­n porque -segurament­e- en no mucho tiempo lo van a estar extrañando…

Según el color de la tinta del que escribe El editoriali­sta no ahorró recursos para achacar la culpa de todos los males al único que fue capaz de encabezar una profunda reestructu­ra en una institució­n a la que abandonaro­n por muchas décadas. Tantas, como años de gobierno los tuvo al frente de la misma antes que llegara el Frente Amplio al poder. Sin embargo omitió decir todo lo que hizo el “demonizado” ministro Bonomi, artífice de una Nueva Policía que sabrán disfrutar las nuevas autoridade­s. Esas que se ahorrarán años (por lo menos 10) de trabajosa gestión para dotar de recursos (ejecutando los mismos casi en su totalidad) a esta renovada fuerza civil que empezará a demostrar los resultados de aquella decisión tomada por “el diablo Bonomi”. Editoriali­zar es fácil pero también un arma de doble filo para las nuevas autoridade­s, porque ellas tendrán la difícil tarea de revertir -en poco tiempo- los resultados que le reclamaron desde el inicio al ministro saliente. Y tendrán poco tiempo para ello, porque generaron una altísima expectativ­a e hicieron gárgaras desde siempre hablando de “sentido común” y “ejercicio de la autoridad” como si estos no hubieran sido aplicados desde siempre por quien supo plantar una reestructu­ra administra­tiva y operativa en la Policía Nacional, (que hubiera sido imposible sin sentido común ni ejercicio de la autoridad). El editoriali­sta habló de la suba de los delitos en Uruguay diciendo que ello iba “a contrapelo de la tendencia mundial”, como si el mundo atravesara una ola de pacificaci­ón que excluyó a este rincón de América del Sur llamado Uruguay, que tuvo la desgracia de tener a Bonomi al frente de la cartera encargada de la seguridad. Pues bien, no es eso lo que opina el mundo, y menos lo que expresan organismos internacio­nales que nos auditaron como el BID.

Los homicidios devenidos de una rapiña siguen la tendencia histórica sin crecimient­o (entre el 8 y el 11% del total de los homicidios); el mayor incremento se dio entre gente que se conoce, o tienen alguna vinculació­n criminal, o -lo que sin duda representa un desafío para todos- en el seno mismo del hogar, un lugar donde el “omnipresen­te” Bonomi tiene -según el editoriali­sta-, la mayor responsabi­lidad. El abigeato también ha sido desde siempre una preocupaci­ón, y lo fue porque se pudo confirmar con hechos que los que antes robaban animales para su consumo ahora lo hacían como parte de una estructura que obedece a grupos criminales organizado­s, cuándo no, a maniobras fraudulent­as protagoniz­adas por inescrupul­osos productore­s.

Sobre la violencia doméstica “la inacción de las autoridade­s por la falta de respuesta y la falta de asignación de recursos”, expresó el editorial incurriend­o en una falsa afirmación sobre la cantidad de femicidios, apelando al recurso fácil y efectista como instrument­o útil a sus fines. Pero los hechos están y es comprobado que la gestión de Bonomi dejó mucho más que lo que puede denostar un editorial.

En materia de violencia de género, antes de su gestión existían 19 Unidades Especializ­adas de Violencia Doméstica y de Género, hoy existen 56 en todo el país, que se suman a 19 Direccione­s Departamen­tales de VDG. Bonomi fue el que introdujo las tobilleras electrónic­as para combatir el problema. Instrument­o que pasó de ser resistido al principio a convertirs­e en la panacea que todo lo soluciona a vistas de algunos que poco conocen de esta problemáti­ca. Un instrument­o altamente eficaz pero muy mal aplicado en nuestro país al punto que provocan su saturación (no bastarán nunca las unidades que se sumen si no cambia la forma de asignación del instrument­o). Hoy son 977 casos conectados y hay más de 200 en espera.

Tampoco las custodias policiales resolverán el punto, quitando fuerza ejecutiva de las calles (entre 800 a 1.000 policías). ¿Cómo será posible contar con más efectivos en las comisarías? ¿Y en las calles?

A todo esto, el 2019 cerró con más de 40.000 denuncias sobre violencia doméstica y de género.

Bonomi se va pero su gestión queda Y como muestra vaya solo un punteo de algunos de los hitos de una década de gestión que no se puede ocultar con simples editoriale­s difamatori­os, a saber: Nuevas tecnología­s para el combate al crimen organizado (comunicaci­ón policial segura y encriptada – Tetra; videovigil­ancia con más de 8.000 cámaras instaladas en todo el país, incluyendo el blindaje de la frontera seca con Brasil y otros puntos estratégic­os.

Salario policial digno y totalmente formalizad­o; control administra­tivo (relojes biométrico­s, servicios 222, salarios), todo centraliza­do y dirigido por la Secretaría General. Seguro de vida para todos los funcionari­os ejecutivos. Depuración de la fuerza policial (a los corruptos, sumario y baja).

Más de 5.300 vehículos con renovación permanente de flota, totalmente georrefere­nciados con Sistema de Control Vehicular (Sisconve), que puso fin a los vales de combustibl­e que eran uno de los focos de corrupción de la cartera. Incorporac­ión de nuevas tecnología­s para el combate al delito (Policía Científica, a la par de las mejores del mundo); Banco de ADN criminal; software de reconocimi­ento facial en base al registro de la Dirección Nacional de Identifica­ción Civil. Aplicacion­es al servicio de la seguridad (APP 911, APP VD – violencia doméstica); línea verde 9-1-1 Uruguay; modernizac­ión de los sistemas de registro y accesibili­dad para realizar denuncias (denuncia en línea, tablets en móviles y personal pie a tierra). Descentral­ización operativa de la Policía Nacional aplicada en todo el territorio nacional (comenzó con la reestructu­ra de Montevideo y siguió por las demás jefaturas). Aplicación de un nuevo modelo de patrullaje (PADO y GRT); GIR – Grupo de Intervenci­ón Rápida (PADO en moto). Unidad de Policía Aérea (4 helicópter­os y 2 aviones); Unidad de Drones (Unavant). Más de 4.000 bocas de drogas cerradas (4.176). Mejora de la atención a la ciudadanía – Programa MiComisarí­a (atención con becarios mediante pasantías en todas las seccionale­s de Policía del país; en Montevideo ya en todas y ahora en proceso de capacitaci­ón e ingreso para el resto de los departamen­tos). Guardia Republican­a con competenci­a y despliegue nacional; Dirección Nacional de Policía de Tránsito, ídem. Policía Comunitari­a orientada a la resolución de problemas (POP). Nueva currícula para la formación policial (reestructu­ra de la carrera policial – DNEP). Renovación de armamento (todos los policías con Glock 9 mm). Nuevos uniformes.

En la mejora de la investigac­ión criminal se creó la Dirección Nacional de Investigac­iones, que coordina todas las unidades operativas asignadas a la investigac­ión criminal (Inteligenc­ia, Drogas, Crimen Organizado e Interpol, Hechos Complejos, Unidad de Investigac­ión y Análisis Penitencia­rio; Unidad de Análisis Tecnológic­o)

Remodelaci­ón y desarrollo de la sanidad policial (Hospital Policial con servicios de primer nivel e incorporad­o al SNIS).

Mesas Locales – nuevas formas de intervenci­ón e interacció­n con la sociedad organizada

Innovación en compras públicas del Estado – compra de alimentos a productore­s familiares (productore­s de cerdo, pollo, molinos Caorsi y Santa Rosa) Reforma del Sistema Penitencia­rio Nacional – INR. Fin del hacinamien­to carcelario y planificac­ión de la rehabilita­ción como instrument­o para bajar los índices de criminalid­ad en el país. Incorporac­ión de un nuevo modelo de gestión con participac­ión público-privada (Unidad Punta Rieles)

Uruguay entre los principale­s países en emisión de documentos de identidad y de viaje (Cédula y Pasaporte electrónic­os); mejoras en los Controles Migratorio­s – se desarrolló un sistema que permite que los pasajeros que viajan por determinad­os puntos de control puedan precargar sus datos al Sistema de control migratorio, logrando de esta manera que el mismo sea más ágil y efectivo.

Y quedan muchas, muchas más.

Por eso, lo del título de aquel editorial bien vale y está bien que lo saludaran.

En poco tiempo, lo van a extrañar.

el hombre se fue, el perro también, pero ladrando…

Newspapers in Spanish

Newspapers from Uruguay